Economía

Marcel abre la puerta al financiamiento indirecto del Estado

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El presidente del Banco Central, Mario Marcel. Crédito: Agencia Uno
POR Marcela Gómez |

El presidente del Banco Central se rehúsa a “financiar el gasto público emitiendo billetes”, pero sí acepta que la entidad compre bonos emitidos por el Fisco.

El debate lo habían abierto los senadores Jorge Pizarro (DC) y Carlos Montes (PS), quienes presentaron propuestas legales para permitir que el Banco Central aporte financiamiento al Fisco, de modo que este pueda ir en ayuda de los trabajadores y pymes ante la emergencia sanitaria. Ahora el presidente de la entidad, Mario Marcel, detalló por qué levantar totalmente esa restricción sería una mala idea y al mismo tiempo apuntó dónde hay espacio para avanzar en ese camino. 

El tema era inescapable, porque los tres actores tendrían un espacio de debate en la presentación del Informe de Política Monetaria (IPoM). Marcel no eludió la consulta directa de los senadores, sino que en 14 minutos expuso cuál es a su juicio la fórmula correcta: levantar la restricción constitucional que pesa sobre el Banco Central para adquirir bonos del Gobierno (los BTP y BTU que emite Tesorería en pesos y UF, respectivamente) en el mercado secundario. Es decir, en las mismas condiciones que los adquieren los bancos, aseguradoras, AFP y otras entidades.

El economista dijo que el organismo que dirige es “respetuoso del proceso legislativo” y que ha aprendido a convivir con las facultades constitucionales que tiene, pero añadió que, si se modifica esta disposición específica, “tenga la seguridad de que la vamos a ejercer con la responsabilidad que nos ha caracterizado”.

Por la estabilidad financiera

En su exposición, el funcionario dijo que la prohibición constitucional que tiene el Banco Central para adquirir en forma indirecta bonos del Estado o empresas públicas es más bien excepcional a nivel mundial. Puso como ejemplo al Banco Central Europeo, que puede comprar esos títulos  “y lo ha hecho incluso para profundizar la liquidez”. Añadió que esta facultad está a la base de las políticas de alivio cuantitativo (quantitive easing) empleadas en los países desarrollados cuando las tasas están cercanas a cero.

Marcel dijo que, hasta ahora, este impedimento “no ha sido un problema”, ya que han transado bonos de emisión propia y han desarrollado otros mecanismos para dar liquidez al mercado y complementar el estímulo monetario. Pero advirtió que en periodos de turbulencia como el actual esa opción ha sido usada por varios bancos centrales para reducir la volatilidad en las tasas de largo plazo, operaciones que “también ayudan de manera indirecta a estabilizar otros títulos como créditos hipotecarios, deuda corporativa, entre otros”.

Considerando que “situaciones de amenaza de la estabilidad financiera pueden producir fuertes discontinuidades que hagan insuficiente el instrumental existente”, planteó que existe mérito en considerar la idea de flexibilizar la limitación constitucional sobre estas operaciones. Esto, ante el riesgo de “que el shock que están sufriendo las empresas se traslade al sistema financiero con un efecto multiplicador en intensidad, duración y costo social […]; ante el riesgo de un efecto dominó desde la economía real hacia el sistema financiero, que profundice y extienda la crisis”.

No al cambio total 

Como contraparte, el presidente del ente monetario descartó de plano considerar un cambio en la prohibición constitucional para adquirir títulos públicos.

Dijo que ni hoy ni en crisis anteriores ha sido necesario, ya que el Gobierno tiene acceso a financiamiento internacional, ha usado recursos depositados en los fondos soberanos y ha emitido deuda a tasas convenientes.Tampoco es una opción que estén usando otros países en la actualidad.

Alertó que si el Banco Central otorga préstamos directos al Estado y le compre directamente bonos, “es como financiar el gasto emitiendo billetes”. Recordó que esta práctica se usó en Chile durante muchas décadas, pero citó también un caso actual. “En Argentina durante los últimos años el Banco Central [de la República Argentina] le ha otorgado créditos al gobierno; eso precipitó una crisis que tiene al país hoy con tasas de inflación de dos dígitos, con caídas de la actividad de varios trimestres y sin los recursos para poder apoyar a su población frente a la pandemia”, resumió.

Se trata del mismo ejemplo que el expresidente del Banco Central José De Gregorio comentó en conversación con PAUTA Bloomberg, de Radio PAUTA, aunque también aseguró que “para tiempos anormales necesitamos medidas inusuales no convencionales a veces“.

Para Marcel, en cambio, “por excepcional que sea, poner al Banco Central a negociar cara a cara con el Gobierno generaría un precedente de graves proporciones que debilitaría las instituciones y horadaría la confianza en nuestra economía precisamente en un momento de vulnerabilidad”. Y agregó un elemento más contingente: hacer ese cambio ante un próximo proceso constitucional “reviste especial riesgo”.