La multiplicación de las mediaciones y los arbitrajes
Incumplimientos de contratos, promesas de compraventa rotas, retrasos en el pago de los arriendos son parte de los casos surgidos ante la crisis económica. Las salidas alternativas a un tribunal se multiplican.
Las mediaciones, acuerdos a los que las partes pueden llegar en vez de acudir a la justicia civil, son una práctica que ha tenido un aumento sostenido desde que comenzó la crisis sanitaria, y también económica, a partir de marzo. También ha ocurrido con los arbitrajes.
Incumplimientos de contratos y de promesas de compraventa que no se han materializado, no pago o retraso en la cancelación de los arriendos, son algunos ejemplos de los casos que han empezado a emerger, y cada vez más, durante los cuatro meses que el país se encuentra en cuarentena. En especial, porque las cifras económicas no acompañan una recuperación.
El alza de las mediaciones
Una fórmula en ascenso en este período son las mediaciones entre las partes, es decir, llegar a un acuerdo antes de enfrentarse a un largo y, a veces costoso, juicio civil. Según cifras del Centro de Arbitraje y Mediación de la Cámara de Comercio de Santiago (CAM), si a julio de 2019 fueron 23 las causas que ingresaron al año, a la misma fecha, en 2020, ya van 47 casos.
“La mediación es un ejercicio de reflexión, de valorar el diálogo y pensar en cómo llegar a un acuerdo”, explica a PAUTA Soledad Lagos, jefa de la Unidad de Mediación del CAM.
El alza de casos, agrega la abogada, no solo se debe a que la pandemia ha traído fuertes consecuencia económicas, sino que, además, porque el CAM realizó una convocatoria para atender probono causas civiles y comerciales a través de un sistema de mediación online. De esta forma, a través de Zoom, correo electrónico, teléfono y WhatsApp, la mediadora o el mediador conversa con las partes a fin de ayudarlas a encontrar soluciones acordes con sus necesidades.
Un ejemplo: un contrato de arriendo que terminó con el arrendatario sin el pago de una deuda acumulada, pero con el arrendador (que quedó cesante) fuera de la propiedad.
Un hecho que es importante, destaca la abogada, son los plazos: mientras un juicio civil puede llegara demorar hasta dos años, una mediación -si hay disponibilidad de diálogo de las partes-, puede durar, incluso, hasta tres semanas.
Para Alberto Labbé, profesor del Departamento de Derecho Económico, Comercial y Tributario de la Pontificia Universidad Católica de Chile, las mediaciones, al ser un diálogo guiado por alguien independiente, para el momento que atraviesa el país “es un proceso ágil, pues hoy la gente necesita soluciones rápidas y no una sentencia que diga que ‘yo tengo toda la razón y gané, pero no puedo cobrar, ejecutar o cumplir'”.
En cambio -añade-, “si me dicen que mi deudor no puede cumplir, pero a lo menos puede cumplir con una parte, eso es ya es importante”.
Arbitrajes: crecimiento sostenido
Para el académico de la UC, los arbitrajes también son una solución más rápida para resolver conflictos. “Aunque son un juicio, son más ágiles que un juicio ordinario. Pero, con mayor razón, en estos tiempos serán más útiles. Porque si bien los tribunales hoy están viendo causas online, es más sencillo para un árbitro pues los juzgados están llenos de causas”.
Se han multiplicado las solicitudes de arbitraje. “Si en un mes normal ingresan tres a casos, solo la semana pasada ingresaron 10. Lo anterior necesariamente responde al momento que estamos viviendo como sociedad” señala a PAUTA la directora ejecutiva del CAM, Macarena Letelier.
“Durante los últimos meses, entre enero y mayo, el CAM Santiago ha recibido entre un 10% y un 12% más de solicitudes arbitrales, lo que va en la línea del crecimiento sostenido de los últimos años. Las razones -hasta ahí- se deben al mayor conocimiento acerca de los beneficios del mecanismo, la promoción de los mismos, el nuevo sistema de procedimientos acelerado y la internacionalización del CAM”, dice la abogada.
Pero añade otro factor: “Durante esta pandemia, son muchos quienes se han visto en la imposibilidad de cumplir con sus obligaciones contractuales, optando por iniciar un arbitraje o una mediación”.
En este sentido, explica que los árbitros y mediadores han seguido con la tramitación de las causas y en esto las herramientas tecnológicas han ayudado mucho a la continuidad del sistema: “Los expedientes en línea, la interconexión con el Poder Judicial, el acuerdo de las partes en audiencias de coordinación con el árbitro han sido claves para que no se hayan detenido los casos, sobre todo ahora que es cuando las personas requieren muchas veces definiciones en sus temas”.
-¿Qué sectores son los que más han demandado estos servicios?
“El sector de la construcción es uno de los más afectados, pero hoy también vemos casos de diferente índole, como arrendamientos, prestaciones de servicios, societarios, inmobiliarios, etcétera. Queremos apoyar, ojalá desde antes de que el conflicto ya esté presente. Porque las personas muchas veces saben que no podrán cumplir sus obligaciones el mes siguiente y es tiempo de buscar soluciones con tiempo”.
Solo para este año ya se han coordinado más de 400 audiencias por plataformas de videoconferencia. “Sin embargo, creemos que al final, más bien, una vez que podamos volver a las oficinas, habrá que lograr el justo equilibrio entre lo presencial y lo virtual. Habremos ganado experiencia como nunca lo imaginamos y eso solo debe volcarse en beneficios de las partes”.