Economía

Elevar el impuesto al alcohol retrasaría el consumo juvenil (y reduciría las borracheras)

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Лечение Наркомании en Pixabay
POR Marcela Gómez |

Los tributos que paga el alcohol son hoy menores que los gravan al tabaco, y su venta y promoción tiene menos restricciones. Una investigación propone cambios.

Mientras más temprano se comienza a beber alcohol, más problable es caer en patrones de consumo peligroso, que llevan a enfermedades y a daños a menudo irreparables, como los ocasionados por accidentes de tránsito debido al exceso de alcohol.

En Chile, aunque está prohibido vender alcohol a menores de 18 años, los adolescentes comienzan a consumirlo, en promedio, a los 13,5 años de edad. Uno de los factores claves para ello es el bajo precio de esta droga legal de amplia presencia.

Elevar los precios del alcohol con un mayor impuesto contribuiría a retrasar el inicio de su consumo entre jóvenes, lo que ayuda a evitar una ingesta problemática. Así lo plantea una investigación realizada por los académicos Guillermo Paraje (Universidad Adolfo Ibáñez), G. Emmanuel Guindon (Universidad de McMaster, en Canadá) y Frank Chaloupka (Universidad de Illinois en Chicago, en EE. UU.).

Registro de excesos

Los investigadores recopilaron respuestas de poco más de 248 mil jóvenes urbanos que asistieron a Enseñanza Media entre 2003 y 2015. Se les pidió reportar la edad en que probaron alcohol por primera vez y la frecuencia de episodios de consumo excesivo, que consiste en beber cinco o más tragos estándar (60 g de alcohol puro) en el caso de los hombres y cuatro o más en el de las mujeres.

Los datos resultaron preocupantes. Los episodios de consumo en exceso (borracheras) superaron el 50% en el último mes reportado por bebedores varones de 15 a 19 años, y en el grupo entre 13 a 17 años ese comportamiento se mantuvo estable en el rango 35%-43% entre 2001 y 2015, sin distinción de género.

Además, mientras más tarde iniciaban en el consumo de alcohol, menos propensos eran a su ingesta nociva. Por ejemplo, los jóvenes que empezaron a beber a los 16 años informaron menos borracheras que quienes lo hicieron cuando tenían 12 años o menos.

Barato y sin control

Dos factores contribuyen al alto consumo de alcohol. Por un lado, aunque la venta (o regalo) de alcohol a menores de 18 años es ilegal, en 2015 casi la mitad de los secundarios estimaron que era fácil o muy fácil comprarlo. Esa cifra sigue aumentando con el tiempo.

Por otro, tras rastrear todos los precios de productos de alcohol durante los 12 años analizados, los investigadores detectaron que se han mantenido relativamente estables desde la década de los 90.

En 2015, los precios reales del alcohol eran aproximadamente 5% más bajos que en 2000 (el IPC se elevó 63% en ese periodo). Esto revela que el alcohol se ha vuelto comparativamente más barato y asequible respecto de otros productos con el paso del tiempo.

“En Chile el alcohol no solo tiene impuestos menores que los del tabaco, sino que casi no tiene restricciones: no hay limitaciones a entrega de patentes de venta, horarios de apertura o puntos de ventas; tampoco tiene restricciones a la publicidad (por ejemplo, en equipos de fútbol y recitales de música dirigidos a jóvenes)”, comenta Guillermo Paraje.

“Con el alcohol estamos como con el tabaco hace 30 años: toda la regulación está por hacerse. Lo que ocurre es que su consumo está mucho más normalizado”, agrega.

Ajuste tributario

La propuesta del economista apunta a cambiar la forma en que se grava el alcohol, pasando del impuesto ad valorem vigente (un porcentaje por categoría de acuerdo al precio de venta) a un impuesto específico de acuerdo con el contenido de alcohol del producto.

Hoy, vinos y cervezas tienen una tasa de 20,5% sobre su precio aunque su graduación alcohólica es diferente; en el caso de los destilados, la tasa es 31,5% ya sea para un licor de 25% de contenido de alcohol o de 45%.

Y aunque estas tasas se elevaron en la reforma tributaria de 2014, siguen siendo menores que las del tabaco. La investigación detecta que el impuesto representa cerca del 15% de los precios minoristas de cervezas y vinos y el 21% de los destilados. Comparativamente, la marca de cigarrillos más vendida en Chile en 2019 tuvo una carga impositiva equivalente al 71% de su precio (eso sí, ni vapeadores y cigarrillos electrónicos cargan con impuestos ni regulaciones).

Esta diferencia explica que para aumentar el precio minorista de las bebidas alcohólicas en 50%, el impuesto sobre el alcohol debería multiplicarse por cuatro para la cerveza y el vino, y por tres para los destilados. Aun así, estaría lejos de acercarse a la carga impositiva de los cigarrillos.

“Tenemos datos que muestran que la variable económica afecta el consumo y que los niños que empiezan a beber alcohol más temprano se emborrachan más seguido. El acceso al alcohol por parte de menores de edad hoy aparece normalizado: eso tienen que llamarnos a hacer cambios”, demanda Paraje.