Efecto 10% y desconfinamiento: vestuario y alimentos suben de precio en agosto
Según detalla el economista jefe de Santander Claudio Soto, el impacto de las medidas en la demanda será más significativo en septiembre.
El titular parece no resistir mayor análisis: la inflación se mantuvo acotada y en línea con las expectativas en agosto, con un IPC que aumentó en 0,1%. Sin embargo, las novedades vienen entre líneas. Vestuario y calzado fue la categoría que registró el mayor alza en la canasta del IPC, con un avance mensual de 2,3%. Según explica el economista jefe de Santander Claudio Soto, este avance mostraría un aumento en la demanda producto del desconfinamiento y la reforma constitucional que permitió el retiro de parte de los ahorros previsionales. “Probablemente eso sí se va a intensificar en septiembre, donde realmente el impacto en la demanda seguramente va a ser más significativo”, detalló Soto.
Septiembre es visto tradicionalmente como un mes con mayor inflación ante el alza en el precio de ciertos alimentos relacionados con las celebraciones de Fiestas Patrias. Sin embargo, según el economista, en los últimos años esta tendencia se ha frenado. “Lo que había pasado es que las importaciones estaban subiendo en agosto y en septiembre estábamos viendo liquidaciones. Este año creemos que eso no va a pasar, no vamos a tener estas liquidaciones de precios de alimentos, vamos a tener precios subiendo acotadamente. Estamos viendo un IPC en 0,3%, presiones acotadas”, detalló Soto en PAUTA Bloomberg, de Radio PAUTA.
Para el resto del año, en tanto, desde Santander estiman que la inflación cerrará en 2,2%. La cifra es levemente menor al 2,4% que proyecta el Banco Central para fines de 2020. Según Soto, la diferencia radica en que sus pronósticos de crecimiento son más acotados a los que dio a conocer el ente emisor en el último IPoM. Mientras desde el BC estiman una contracción de entre 4,5% y 5,5% para este año, en Santander proyecta una caída del PIB de entre 5% y 6%.
“Por el lado de la inversión vemos bastante debilidad. De hecho, es uno de los grandes desafíos que vemos en el mediano plazo, recuperar la inversión. La parte externa de la economía que en general ha ido bien, vemos poco espacio para que siga contribuyendo mucho más de lo que ya lo ha hecho”, dijo Soto para explicar la diferencia.
Efecto Covid
Abril fue el mes más complicado para medir la inflación en Chile. Prácticamente la mitad de los productos y bienes que componen la canasta debieron ser imputados por la imposibilidad de hacer un levantamiento de datos en terreno. En mayo, junio, julio y agosto, en tanto, cerca de un tercio de la canasta ha debido ser imputada.
“Hay aproximadamente un 38% de la población del país que está bajo fase 1 con limitaciones al desplazamiento y eso rige para los funcionarios del INE y rige para los establecimientos, por lo tanto, hay razones físicas por las cuales no puede haber levantamiento de precios todavía. Ahí el INE lo que hace son unas aproximaciones metodológicas (imputaciones) que están validadas internacionalmente, donde o bien se toman precios de productos similares en el caso que existan o cuando ello no se pueda hacer así se deja el ultimo precio que sí se levantó en terreno”, explicó Soto.
Según el economista, el sesgo de estos ajustes metodológicos es menor. “El hecho de que no se estén levantando esos precios refleja que esos servicios se están comercializando a muy baja escala”, comentó.