La CMF cambia su diseño estratégico: de supervisar sectores a un enfoque por objetivos
La idea fue propuesta hace una década por la Comisión Desormeaux. Expertos alertan sobre cierta duplicidad de competencia con el Sernac.
Ganancias en conocimiento y eficiencia, una regulación más consistente y robusta, y mayor foco en prevenir riesgos. Estas son algunas de las ventajas que desde el mercado ven en el anuncio del consejo de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) de comenzar a transitar hacia un modelo de supervisión no por industrias, sino buscando cautelar la solvencia y la conducta de mercado.
El paso que da la CMF, sustentado en un reporte del FMI, sigue el camino adoptado por los reguladores financieros del Reino Unido, Irlanda, Australia y Nueva Zelanda, entre otros. De este modo, por ejemplo, se facilitará el control de conglomerados aun cuando seguirá necesitándose una ley específica.
Aunque los equipos especialistas seguirán velando por las entidades específicas, la CMF vivirá en 2021 una transformación gradual que partirá con la creación de cuatro nuevas direcciones generales de regulación y supervisión de cada objetivo (que reemplazan a las actuales intendencias) y una dirección jurídica única. La Unidad de Investigación, dirigida hace más de dos años por el fiscal Andrés Montes, no registra cambios.
Una década
La creación de la CMF buscó sustituir a una autoridad unipersonal por un consejo, junto con darle plena autonomía a la fiscalización de ilícitos. Este nuevo paso implica avanzar desde una supervisión por silos o industrias (valores, seguros y banca) a una que se enfoque en objetivos: en este caso, la prudencial (solvencia y riesgos) y la de conducta de mercado.
Se cumple así lo propuesto en 2010 por la Comisión Desormeaux, que planteó modificar la regulación financiera basándose en el modelo Twin Peaks, con dos entidades separadas que velaran por la solvencia y la conducta de mercado, pero excluyendo de esta arquitectura al sistema de pensiones.
“En Hacienda nunca quisieron avanzar en ese modelo porque implicaba más gasto. La fuerza de los hechos demostró que era el más conveniente para Chile, aunque quede bajo el paraguas de una sola entidad y no en dos distintas, como originalmente se propuso”, comenta un exsuperintendente que pidió reserva de su nombre.
Excel y mentiras
“Es una buena forma de llegar al mismo lugar por una vía distinta”, apunta el exsuperintendente de Valores y Pensiones, Guillermo Larraín. A su juicio, este cambio le dará a los funcionarios un mandato claro, lo que se traducirá en una supervisión especializada y más creíble.
“Por ejemplo si la conducta de mercado falla, esto puede llevar además a problemas de solvencia, como lo vimos en el caso La Polar. Ahora se fiscalizará por separado estos objetivos y en caso de conflicto, será el consejo de la CMF el que dirima”, explica.
Coincide el abogado y director de Espacio Público, Diego Pardow, quien comenta que este modelo Twin Peaks surge de la reflexión tras la crisis subprime. “Hubo demasiada preocupación por lo prudencial, por controlar balances y estados financieros, pero menos interés en ver si los regulados estaban mintiendo. Se privilegió revisar planillas Excel sobre perseguir indicios de irregularidades. Separar ambas funciones busca que esos errores no se repitan y que la supervisión sea más integral”, afirma.
Los consumidores
En el nuevo modelo, la protección del cliente financiero está incluida en el objetivo de conducta de mercado, que se suma a las de transparencia e integridad de los actores financieros. “Esto es muy relevante, porque esta estrategia le da mejores condiciones de cumplimiento de sus derechos al consumidor financiero”, opina Guillermo Larraín.
Sin embargo, esta estructura acentúa la superposición material de competencias con el Sernac en las relaciones entre las personas con bancos, aseguradoras y otros intermediarios financieros. “Esto no es necesariamente problemático, pero genera un desafío que es necesario resolver”, advierte Diego Pardow.
Aunque lo natural es la coordinación entre ambas entidades, finalmente todo depende de las prácticas administrativas. El abogado explica que cuando hay dos entidades con atribuciones pueden ocurrir actuaciones contradictorias (como ocurrió con la controversia por los contratos de adhesión) “o que se genere una especie de ‘compra huevos’ en que cada regulador espera que el otro se encargue del problema. Esta es una de las razones por las que el fraude de La Polar se demoró tanto en detectarse”, concluye.