Y no hubo manipulación: INE cierra el “caso IPC”
Tras 20 meses, el sumario interno concluye que no se acreditaron irregularidades. ¿Llegó la hora de cambiar la gobernanza del organismo?
Alivio para los injustamente inculpados, bochorno para la institución: el caso “manipulación del IPC”, denunciado en mayo de 2019 por el entonces director del INE, Guillermo Patillo, se cierra con “la absolución de los funcionarios a los que se imputó cargos por supuestas irregularidades”, según dice un comunicado del organismo que -al cierre de esta edición- no figura en su sitio web.
La indagación, que se inició en mayo de 2019, concluye que “no se acreditaron irregularidades en torno al indicador y que su cálculo se ajustó a las directrices normales”, dice el texto. Esta es la conclusión a la que llegó el fiscal que instruyó el sumario administrativo, decisión ratificada por la sucesora de Patillo, Sandra Quijada, que al momento de los hechos se desempeñaba como subdirectora Técnica del INE.
De este modo concluye una denuncia que generó alarma en el mercado, por las insospechadas repercusiones que podría haber tenido la necesidad de cambiar la cifra informada. Sin embargo, tanto la exdirectora del INE Ximena Clark como una comisión investigora de la Cámara de Diputados estimaron que se actuó precipitadamente con la denuncia y con evidente desconocimiento del proceso de generación del IPC.
Aunque Guillermo Patillo tuvo el respaldo del Gobierno, tras un nuevo traspié en el IPC –esta vez, cuando se corrigió el precio de la electricidad tras publicarse el IPC de enero de 2020– fue removido de su cargo.
Bravo: “Mal criterio”
Al analizar lo ocurrido en estos 20 meses desde que estalló el caso, el economista David Bravo, que dirige el Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Pontificia Universidad Católica de Chile, dice que la denuncia de manipulación “es probablemente una de las acusaciones más fuertes que se le puede hacer a una institución estadística y hecha por quien la encabeza”.
Como parte del Consejo Estadístico Asesor del INE, dice que en este tiempo la institución vio golpeada su reputación y mostró debilidades. “Con los resultados de este sumario se ratifica que se trató de un mal juicio, de un mal criterio que aplicó el [entonces] director del INE al tomar una decisión imprudente y temeraria, sin tener los antecedentes técnicos”, opina.
Sobre cómo evitar nuevos problemas, estima que se requiere una mayor autonomía del ente estadístico, “pero fortaleciendo su gobernanza, con un consejo directivo al que el director del INE le reporte”. A su juicio, tanto este caso como el del fallido Censo de 2012 muestran que el problema está en decisiones unipersonales del director basadas en deficientes antecedentes técnicos.
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