El Consejo Fiscal entra al debate sobre qué hacer ante los mayores ingresos por cobre
“Cualquier modificación no debe hacerse a costa de la credibilidad de la regla fiscal”, advierte en PAUTA el presidente del CFA, Jorge Desormeaux.
“Cualquier modificación no debe hacerse a costa de la credibilidad de la regla fiscal”. Así de tajante es el presidente del Consejo Fiscal Autónomo (CFA), Jorge Desormeaux, al abordar el debate respecto de cómo deberían tratarse los mayores ingresos que podría recibir el Fisco si el precio del cobre se mantiene en niveles altos.
Ya que diversas proyecciones apuntan a que este año el precio del metal debería sostenerse en torno a US$ 3,3 la libra, lo que según la Dirección de Presupuestos podría aportar unos US$ 1.000 millones adicionales a las arcas fiscales, ha surgido la opción de gastar parte de esos ingresos extra dado el contexto pandémico.
Sin embargo, como presidente del organismo responsable de cautelar la visión de largo plazo de la política fiscal, Desormeaux enfatiza a PAUTA que la metodología del balance estructural “lo que busca es aislar las decisiones de gasto público de los movimientos en los ingresos fiscales que pudieran ser meramente transitorios”.
El economista añade que, en todo caso, es importante considerar “que el gasto aprobado para 2021 cumple con el compromiso adquirido por el Gobierno en el marco de la pandemia de covid-19, referido a mantener en 2021 el nivel real del gasto de 2020“.
Esto significa que en el caso del Presupuesto en ejecución, el espacio de gasto no fue definido, como es habitual, por los resultados de los parámetros estructurales (PIB tendencial y precio del cobre de largo plazo), sino por el acuerdo covid para la pandemia que apuntó a que el gasto 2021 no se redujera respecto del año anterior. Complementariamente, en octubre de 2020 el Gobierno actualizó la meta fiscal, comprometiendo un déficit estructural de 4,7% en 2021 y 3,9% en 2022.
Consultas a comités
En 2016, cuando se desplomó el precio del cobre, el Gobierno convocó en forma extraordinaria al Comité Consultivo que fija el precio de largo plazo del metal, que rebajó su estimación generando así un ajuste fiscal. Considerando ese antecedente, se estima que una convocatoria similar podría elevar ese cálculo desde los US$ 2,88 la libra estimados para el Presupuesto 2021, lo que expandiría el espacio de gasto.
Al respecto, Desormeaux precisa que en la última consulta extraordinaria a los Comités Consultivos de Cobre y PIB tendencial, registrada en mayo de 2020, se actualizaron dichos parámetros para las proyecciones de mediano plazo. Pero advirte que las nuevas cifras no se emplearon para calcular el balance estructural de ese año.
Añade que, como consta en las actas del CFA, en esa ocasión Hacienda explicitó que el cálculo del balance estructural de 2020 se haría considerando los parámetros empleados para el Presupuesto de ese año.
“De esta forma, incluso si la autoridad fiscal llegara a citar nuevamente a los comités de expertos, lo que corresponde para el cálculo del balance estructural de 2021 es utilizar los parámetros estructurales con los que se elaboró la Ley de Presupuestos 2021”, concluye el economista.
Así, si se sigue la regla fiscal, el mayor espacio de gasto que podría generarse si se actualiza el precio de largo plazo del cobre se daría a partir de 2022.