El pesimismo de las pymes ante el nuevo Fogape
Con una mayor tasa, la garantía estatal lista para ser promulgada como ley busca incentivar a la banca a dar financiamiento a las actividades más golpeadas en la pandemia.
Una nueva opción para que empresas cuyas operaciones se han visto afectadas durante la crisis sanitaria puedan mantenerse a flote y salir adelante: esto es lo que puede significar la nueva línea de crédito con garantía estatal bautizada como Fogape Reactiva, que tras ser despachada por el Congreso quedó en condiciones de promulgarse como ley.
Esta garantía estatal, a la que se accede mediante la banca, permitirá levantar nuevas inversiones, capital de trabajo y también servirá para refinanciar los créditos Fogape que pueda ya haber contraído la empresa. Las postulaciones a este nuevo programa partirán en abril y concluirán en diciembre de 2021.
Para facilitar que más empresas de menor tamaño pudieran acceder a estos créditos, se flexibilizó la tasa de otorgamiento para que las actividades más golpeadas por la pandemia -que se han vuelto más riegosas- puedan acceder a este financiamiento. Así, aunque para la línea Fogape sigue vigente la tasa máxima de 3% + Tasa de Política Monetaria fijada por el Banco Central (TPM, hoy en 0,5%), para los nuevos créditos Fogape Reactiva no podrá ser mayor a 0,6% mensual (en torno a 7,2% anual, más la TPM).
“La flexibilización de la tasa de interés facilitará el acceso al crédito a aquellas empresas y sectores que se quedaron fuera durante la primera etapa por ser consideradas muy riesgosas como, por ejemplo, el turismo”, destacó el titular de Hacienda, Ignacio Briones, quien había calificado como “un error” la tasa fija del Fogape original.
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Adicionalmente, los créditos Fogape Reactiva estarán exentos del pago del impuesto a las operaciones de crédito, tendrá una duración máxima de siete años desde su otorgamiento y podrán aumentar los límites al aval estatal si los recursos se emplean para inversión o van a actividades especialmente afectados por la pandemia como turismo, hotelería y gastronomía.
La mirada de las pymes
El presidente de Asech, Marcos Rivas, considera que el primer Fogape tuvo “buenas intenciones, pero una implementación insuficiente”, por lo que espera que esta nueva herramienta supere esa deficiencia. “Creemos que la tasa quedó bastante alta como para pensar en las posibilidades reales de una pyme para pagarla, a pesar de que se ha dicho que esta serviría para asegurar el acceso a crédito de aquellas más riesgosas”, opina.
Con todo, enfatiza que una sola medida económica no será suficiente para abordar el problema en su conjunto. “Debe existir un pack de medidas que puedan, multidisciplinariamente, permitir a los emprendedores enfrentar los efectos devastadores que la crisis ha tenido para las pyme el último año”, afirma.
La secretaria general de Unapyme, Gianina Figueroa, no tiene una opinión favorable de esta medida, ya que sostiene que se repetiría lo ocurrido con los créditos Fogape iniciales: “Según el reporte de la Comisión para el Mercado Financiero, cerca de 270 mil empresas pudieron acceder, el 98% de ellas de menor tamaño, pero casi el 50% del total de los montos otorgados se entregaron a empresas grandes”, afirma.
Adelanta que con los meses transcurridos, con miles de empresas en largas cuarentenas, “sin ventas o con muy pocas, es casi imposible que un banco se arriesgue a prestar nuevamente”. Estima que esto no se resolverá con una mayor tasa, que además encarece el crédito. “Aquí hay una política mal priorizada, que no se hace cargo de verdad de los problemas de las empresas más pequeñas”, concluye.