Economía

Inflación: caen los alimentos, pero la bencina se instala como nueva preocupación

Imagen principal
Agencia Uno
POR Marcela Gómez |

El IPC subió 0,4% en marzo. En esta variación incidieron los aumentos de las gasolinas y el diésel, que ya suman 13 semanas seguidas de alzas.

Aunque levemente menor a lo esperado, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de marzo registró una variación de 0,4%, según informó el INE. Con este resultado, la inflación acumula 2,9% en los últimos 12 meses y la Unidad de Fomento (UF) subirá $117 en 30 días a partir del 10 de abril.

El mercado esperaba un alza en educación, asociada al período de matrículas y pago de aranceles. No se vió defraudado, ya que ese componente mostró un incremento de 2,7%, lo que explica cerca de la mitad del aumento del IPC del mes pasado. Pero la sorpresa vino de los alimentos, que “muestran una sorpresiva baja, marcada por caídas en carne de pollo y algunas frutas y verduras”, dijeron desde BCI Estudios. En los últimos doce meses, los precios de los alimentos han subido 5,2%, la mayor alza de todas las divisiones que componen el índice.

Otro componente que incidió en el registro de marzo, y que seguirá aportando a la inflación a futuro, son los combustibles y los automóviles nuevos, que siguen viéndose afectados por limitaciones de stock. ENAP anunció que los precios de la gasolina y el diésel subirán nuevamente esta semana, tendencia que partió el 14 de enero y que suma 13 semanas consecutivas de alzas.

Desde Santander estimaron que el menor IPC de marzo podría estar mostrando que se agota el impulso a la demanda generada con los retiros y transferencias a los hogares, aunque advirtieron que -como lo señaló el Banco Central- “aún existen abundantes recursos empozados en activos líquidos que podrían volver a canalizarse hacia consumo“, además de las nuevas medidas fiscales de apoyo a las familia y un eventual tercer retiro de fondos de pensiones.

En el registro de marzo la tasa de imputación, que refleja los precios que no pudieron observarse por las restricciones para el levantamiento en terreno y actividades que se suspendieron, llegó a 22,6%. Se trata de la menor tasa de imputación desde que comenzó la pandemia, indicador que tuvo su peak en abril de 2020 (42,6%) pero que está aún muy lejos de la tasa más normal de 12,9% de marzo de ese año.