El giro del FMI a su doctrina clásica de recomendaciones económicas
Al sugerir elevar impuestos para allegar recursos para enfrentar la pandemia y la recuperación, el organismo rompió su enfoque más tradicional.
El debate surgió luego que el Fondo Monetario Internacional (FMI) propusiera usar la herramienta tributaria para afrontar los gastos que demanda la pandemia y la recuperación económica. Esto, por la vía de elevar las tasas corporativas y el impuesto a la renta a los segmentos de mayor patrimonio.
La fórmula fue considerada un giro en la tradicional visión del organismo de contener el gasto público y recortar impuestos, dejando que el crecimiento económico hiciera el resto. Financial Times bautizó el cambio como el “nuevo Consenso de Washington”, aludiendo al ‘recetario’ económico de economía abierta, desregulación, Estado pequeño e impuestos bajos promovido por los organismos multilaterales. Ahora, dice el diario británico, el FMI está menos preocupado de la austeridad fiscal e impulsa el gasto en salud y educación, para controlar la pandemia y recobrar los aprendizajes perdidos.
La receta para la recuperación económica “lenta y divergente” que viene en América Latina, comentó el director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner, está en “acelerar las reformas estructurales, mejorar el acceso a sistemas de educación y salud de calidad, ampliar las redes de protección social y mejorar el clima empresarial”. Esto implica políticas fiscales y monetarias “acomodaticias”, que en simple significa estímulo fiscal y bajas tasas de interés.
El nuevo enfoque había sido anticipado en octubre de 2020 por la directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva, quien resumió su visión sobre el mundo pospandemia usando también un símil histórico: “Un nuevo momento de Bretton Woods“, aludiendo a los acuerdos logrados entre 44 países al concluir la Segunda Guerra Mundial. Lo que planteó en ese momento es que el nuevo escenario exige mantener políticas económicas adecuadas, con apoyos fiscales que no pueden retirarse demasiado rápido y vigilancia al nivel de deuda, pero con el imperativo que esas políticas “deben beneficiar a la gente”. Ahí despliega temas como salud, educación, igualdad de género, jóvenes, acceso a internet y cambio climático.
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Recetas para Chile
El cambio de foco el FMI también se refleja en las recomendaciones de política que su equipo técnico ha ofrecido a Chile en la revisión periódica que realiza a los países miembros, conocidas como consulta del Articulo IV.
En la Declaración al término de la misión correspondiente a 2018, el FMI respaldó el programa de reformas del Presidente Sebastián Piñera. Se referían a la reforma tributaria, nuevas regulaciones financieras, medidas administrativas para impulsar la inversión y cambios en materia laboral, entre otras. El organismo dijo que estos ajustes deberían “estimular el crecimiento y mejorar los niveles de vida”, y recomendó medidas complementarias para las pequeñas empresas, ciberseguridad y Fintech. Añadió que las autoridades también “podrían plantearse la posibilidad de profundizar la consolidación fiscal o reforzar el marco fiscal”.
La Declaración en 2021, en cambio, dedica gran espacio a valorar la respuesta “sin precedentes” de Chile en materia macroeconómica ante la crisis sanitaria y el proceso de vacunación, lo cual allana la recuperación que ya muestra la economía. Estima que el esfuerzo fiscal ha sido apropiado y advierte que si la pandemia se prolonga “podría ser necesario un estímulo adicional para continuar protegiendo la salud, los ingresos y los empleos”.
Aunque el FMI advierte sobre los riesgos asociados al “resultado incierto del proceso de la Nueva Constitución y un posible resurgimiento de los disturbios”, considera que debe buscarse un “acuerdo amplio sobre las reformas estructurales y sociales”, preservando la estabilidad macroeconómica. Califica de “urgente” finalizar la reforma de pensiones y recomienda una reforma de salud que cree un plan universal, elimine la discriminación basada en condiciones preexistentes en las isapres, mejore la eficiencia en el sistema público y reduzca el gasto en medicamentos.
Una vez que la recuperación se afiance, sugiere reducir las exenciones tributarias, aumentar la eficiencia del gasto y desplegar reformas que promuevan la productividad y la inclusión.