¿Quién se quedaría con la rebaja del IVA? Tributaristas enjuician la propuesta
Hasta US$ 6.000 millones podría dejar de percibir el Fisco con esta fórmula que busca aliviar los bolsillos de los consumidores. Los expertos advierten sobre los vacíos que tiene la fórmula de diputados oficialistas.
El mercado comenzó a internalizar los efectos financieron de una eventual rebaja diferenciada del IVA, desde el 19% actual a 10% para ciertos productos y a 4% para otros. Esto, de aprobarse una medida en tal sentido impulsada por diputados de oposición en el marco de la reforma constitucional que busca gravar a los altos patrimonios.
En la jornada del jueves 29 de abril los seguros de inflación (instrumentos financieron que apuestan a la evolución del IPC) bajaron medio punto porcentual (pp), un movimiento poco habitual que reflejaría preocupación por el nuevo escenario.
Fuentes consultadas por PAUTA estimaron preliminarmente entre US$ 5.000 millones y US$ 6.000 millones la pérdida de ingresos fiscales derivada de esta iniciativa. “Sobre el impacto en menor recaudación, le estamos pidiendo al Ministerio de Hacienda apurar los estudios”, respondió uno de los impulsores de la idea, el diputado Jorge Alessandri (UDI). Pero destacó que “cada peso que no se gasta en una cosa, la familia puede destinarlo a otra que podrá tener IVA y generar recaudación fiscal”.
Desde Fynsa precisaron que los productos cuyo IVA se propone rebajar a 10% ponderan 20,7% de la canasta del IPC y 13,4% aquellos que quedarían con una tasa de 4%. Considerando varios supuestos, el economista jefe de la entidad, Nathan Pincheira, estima en 3,3 pp la incidencia de esta medida en la variación mensual del IPC en el mes enque se concrete, lo que implicaría que si la UF está en $29.500, se reduciría a $28.525 en 30 días.
¿Rebajará precios?
Una de las complejidades en que coinciden los especialistas es cómo asegurar que la rebaja de IVA efectivamente llegue a los consumidores. “El problema está en que nada indica que se vaya a producir una caída automática de los precios ni tampoco que esta disminución sea equivalente al monto del IVA que se rebaja”, dice el director del Centro de Estudios Tributarios de la Universidad de Chile, Gonzalo Polanco.
El associate partner de Consultoría Tributaria de EY, Víctor Fenner, coincide en que la rebaja del IVA no necesariamente beneficia al consumidor final por el total de esa reducción. Quienes proveen los productos y servicios con IVA reducido contratan bienes y servicios con IVA a 19%. “Si a su turno ellos solo pueden recargar 10% o 4% a sus clientes, podrían quedarse con un remanente de IVA que no podrán recuperar en el corto plazo, por lo que surge el incentivo de no traspasar a precio el menor IVA”, explica.
¿Quien se queda con el menor costo?
Gonzalo Polanco comenta que en la decisión del productor, distribuidor y vendedor de traspasar estos menores costos al consumidor, es clave la elasticidad de la demanda; es decir, cuánto sube o baja la compra de un bien al variar su precio. “Por ejemplo, las personas necesitan comprar sus medicamentos aunque suban de precio, no hay otra opción. Si se les baja el IVA, el vendedor podría aumentar su margen de rentabilidad en vez de rebajar el precio. En cambio, un vendedor de flores o de otro producto no esencial, tendrá más incentivos a traspasar la rebaja para no perder compradores”, explica.
Recordó que en 2009 Francia implementó una política de reducción del IVA en restaurantes y estudios indicaron que 55% de rebaja se la quedaron los dueños de esos establecimientos.
“Queremos pedirles a los gremios del comercio y supermercadistas que nos apoyen en esto y estarán ahí la prensa y los ciudadanos fiscalizando y comparando los precios”, dijo el diputado Alessandri. Este control se puede facilitar con las nuevas boletas electrónicas de ventas y servicios, de emisión obligatoria desde enero de este año, que separan el costo total de lo que corresponde al IVA; desglose que en facturas existe desde hace años.
¿Qué pasa en la cadena productiva?
Aunque menciona el problema constitucional de esta norma, la socia de Recabarren & Asociados, Soledad Recabarren, alerta que es necesario definir a qué nivel se reduce este ajuste de tasa. “Si es para consumidores finales, puede ser conveniente; si es el producto esencial el que goza del beneficio, hay que preguntarse qué pasa si éste se usa para producir otros bienes”, plantea.
Pone como ejemplo el caso de un producto básico (harina) que podría ser usado para la elaboración de otros productos (como tortas o pizzas) que podrían o no gozar de la misma reducción. “Si no le doy el beneficio a este producto, tendré muy poco crédito fiscal IVA (4%), pero generaré débito fiscal IVA de 19%, con lo cual no existe beneficio en esta estructura”, advierte.
Problemas de implementación
Víctor Fenner sostiene que “no es llegar y bajar la tasa”, sino que debe analizarse el efecto en toda la cadena de IVA. Añade que si bien existen varios países con IVA diferenciado, según el tipo de producto, “ello exige importantes esfuerzos de administración y fiscalización del impuesto”. Además, algunos estudios sugieren que la tasa de IVA “debería tender a ser uniforme y que las tasas rebajadas deberían ser excepcionales”.
El socio Socio Tax & Legal de KPMG, Andrés Martínez, adelanta que si la propuesta se concreta tendremos un sistema más complejo: ya no sería simple y plano como es ahora con tasa 19%, habría que distinguir entre tres tasas distintas. “Tener más variables que analizar se traduce en un sistema complejo, más difícil de administrar, menos eficiente y que en general recauda menos”, resume.
Soledad Recabarren también advierte sobre la mayor exigencia de control al Servicio de Impuestos Internos (SII). “Si además esta rebaja de impuestos es transitoria, el problema se complica aún más. Quizás una solución más simple es que las personas de escasos recursos puedan recuperar el impuesto pagado o derechamente recibir subsidios estatales que compensen un IVA parejo de 19%”, plantea.
¿Se puede aplicar?
A juicio de Andrés Martínez, la propuesta necesita ser complementada y ajustada con una mirada sistémica. “Es importante precisar cómo se controlan y fiscalizan estas rebajas diferenciadas; entender la cadena de abastecimiento detrás, qué ocurre con el IVA que existe en toda la cadena de producción y qué pasa con todos esos créditos que se van generando. Si se despejan todas esas complejidades puede ser una buena medida que beneficie al consumidor final volviendo al IVA menos regresivo”, afirma.
Consultado sobre si podría aplicarse la rebaja si es aprobada por el Congreso, estima que “así como está planteado hoy, se podría aplicar con un grandes esfuerzos interpretativos y de implementación por parte del SII, pero probablemente genere más problemas que eficiencias”.
El experto de EY llama la atención sobre el hecho que se debata una rebaja transitoria del IVA cuando, por otra parte, en el informe de exenciones (solicitado por Hacienda) se aborda la posibilidad de ampliar el hecho gravado del mismo impuesto. “Falta una línea editorial en los cambios impositivos que se están debatiendo”, concluye.