Se ofrece trabajo: el dilema del empleo según el Banco Central
“A las empresas les está costando contratar”, dice el economista jefe de la entidad, Elías Albagli, quien está optimista sobre la reactivación del empleo tras el fuerte avance de la actividad económica.
El Banco Central ve con optimismo lo que ocurrirá en materia laboral en los próximos meses. Algo de eso anticipa el reciente reporte del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Pontificia Universidad Católica de Chile, que reveló un quiebre en la tendencia de destrucción de empleo con la creación de 462 mil plazas en julio.
“Es una buena noticia. Está mostrando que en el margen parece que hay una aceleración en la creación de empleo”, dice el gerente de la División de Política Monetaria del Banco Central, Elías Albagli, quien precisa que hay que esperar si las demás encuestas (INE, Microdatos) confirman esa señal.
El ingeniero comercial UC y doctor en Economía por Harvard ha hecho prácticamente toda su carrera en la entidad. Como economista jefe, dirige el equipo que prepara los análisis macroeconómicos que sustentan las decisiones del Consejo del Banco Central. Junto con detallar cómo ve lo que está ocurriendo en el mercado laboral, apuesta a que la fuerte recuperación de la actividad lleve a un repunte en la creación de empleo. “Se ven pocas razones para que eso no ocurra”, afirma.
Liderazgo del empleo asalariado
Albagli sostiene que diversas fuentes de información coinciden en reflejar algún grado de mejora del mercado laboral desde el punto más bajo de la crisis, aunque aún sea heterogénea entre sectores y tipos de trabajadores.
El avance, agrega, ha sido más rápido para el empleo asalariado formal respecto de otros tipos de ocupación. Aquí los registros administrativos son clave: en julio de 2020 las AFP habían perdido 478 mil cotizantes y 359 mil los del seguro de cesantía, pero los últimos datos disponibles muestran niveles comparables con los previos a la pandemia. “Esto indica una recuperación prácticamente completa del empleo asalariado formal, que se ha beneficiado de mejor manera de la reactivación económica”, dice.
Añade que esta evolución es coherente con un importante uso del subsidio estatal al empleo para nuevas contrataciones, que ya suma “algo más de 800 mil subsidios”. Sin embargo, admite que en las encuestas (INE, Microdatos, UC) todavía faltan al menos 350 mil empleos asalariados por recuperar, que pueden deberse tanto a que aplicar encuestas “se ha tornado más desafiante en la pandemia” y también a una posible subdeclaración.
El lado gris de la foto
Pero no todo es avance. El economista dice que un factor a considerar -y que los datos administrativos no muestran- es la fuerte caída en la participación en la fuerza de trabajo. “Los inactivos han crecido 3,8% versus el primer trimestre del año y 23,3% respecto a su nivel prepandemia. La inactividad está muy alta y de hecho ha aumentado en los últimos meses. Por alguna razón los trabajadores no están volviendo al mercado con la rapidez que se anticipaba”, afirma.
Por categorías, el empleo por cuenta propia y el asalariado informal “se mantienen como los segmentos más rezagados, con una brecha de casi 600 mil personas respecto del nivel prepandemia”. Las mujeres y quienes se desempeñan en labores que requieren menores habilidades están más atrasados en la reincorporación al trabajo remunerado, añade.
Recuerda que el Informe de Política Monetaria (IPoM) de junio presentó un análisis del empleo femenino, que reveló que “el factor que más incide es la condición de ser o no jefa de hogar y el tener o no menores o adultos a cargo u otras responsabilidades en el hogar”. Se suma el golpe de la pandemia en sectores intensivos en empleo de mujeres, como servicios, restaurantes y hoteles, comercio y turismo.
Califica de “incierto” el efecto final de la pandemia en el empleo femenino, porque tanto las estructuras de trabajo como las expectativas de las mujeres se están modificando. “En nuestro análisis vimos casos de mujeres que salieron del mercado laboral y que esperan reinsertarse en iguales condiciones, otras que esperan hacerlo con menor carga laboral y otras que por edad no volverán”, resumió.
Es la oferta, no la demanda
Aunque más de la mitad de los casi dos millones de empleos perdidos en el peor momento de la crisis ya se han recuperado, recobrar la segunda mitad va más lento de lo esperado. A la hora de identificar por qué, el economista dice que “los antecedentes disponibles sugieren que estarían siendo más importantes los factores de oferta de trabajo por parte de las personas que de demanda por parte de empresas”.
Las razones de esta menor disponibilidad son variadas: influyen los recientes periodos de confinamiento y el temor al contagio, pero en las mujeres también pesan las pautas sociales que las obligan a asumir más responsabilidades en el cuidado de niños y adultos.
En el caso de trabajadores de menores ingresos, en particular en empleos informales y cuenta propia, “la disponibilidad de liquidez que han significado los retiros de pensiones y las transferencias fiscales (como el IFE) han entregado un respiro para poder posponer la realización de labores, en un contexto en el que los contagios se mantuvieron altos hasta hace pocas semanas”, afirma.
Otra razón que también puede incidir es “la posible resistencia a declarar estatus de empleo, por la preocupación de perder beneficios”.
Sobre cómo podría incidir la extensión del IFE hasta fin de año, se excusa de opinar precisando que al Banco Central “no le corresponde pronunciarse sobre políticas públicas”.
Hay vacantes
Albagli espera que la participación laboral vaya en aumento en las próximas mediciones, en la medida que los contagios se mantengan en niveles bajos y continúe el proceso de apertura. A esto colabora un mayor dinamismo en la demanda de trabajo, coherente con la recuperación de salarios, que se han acelerado en los últimos meses. “Esto da razones para ser optimistas respecto a la recuperación del empleo, en la medida que los hogares vayan volviendo al mercado del trabajo”, afirma.
Y lista un conjunto de datos que apuntan en esa dirección: repunte de avisos laborales; mejores expectativas empresariales respecto del empleo en el corto plazo en el comercio, la industria y la construcción;percepción de los consumidores sobre la facilidad para encontrar trabajo y dificultades en la contratación por bajas postulaciones reveladas en el Informe de Percepciones de Negocios de mayo.
“A las empresas les está costando contratar gente, sobretodo en los trabajos de menor calificación”, afirma.
¿Saltará el desempleo?
Si la reapertura de la economía trae de vuelta rápidamente a trabajadores inactivos, las tasas de desempleo podrían saltar si no encuentran una ocupación rápidamente. ¿Le preocupa este escenario al Banco Central?
“En un contexto de reapertura, fuerte crecimiento de la actividad económica y recuperación de la demanda por trabajo, hay condiciones favorables para la creación de empleos para las personas inactivas que regresen a la fuerza de trabajo”, dice el economista jefe de la entidad.
No obstante, advierte que tal como la recuperación de la actividad ha sido heterogénea entre sectores, es razonable esperar que la demanda por trabajo también sea más débil en aquellos más rezagados, relacionados con servicios. “Es posible que un proceso de recuperación de empleo tenga como contraparte un leve aumento de la tasa de desempleo, en la medida que el reingreso a la fuerza de trabajo sea algo mayor a la velocidad de creación de empleo”, dice.
Añade que tampoco se puede descartar una recuperación de empleos más lenta en algunos sectores, en particular el comercio, debido a cambios tecnológicos que se aceleraron durante la pandemia. “Este es un tema de alta importancia que el Banco Central se encuentra investigando y continuará monitoreando”, concluye.