Las razones que explican la debacle del fondo E en 2021
La opción más conservadora del sistema de AFP ha caído casi 14% en el año. La brusca normalización de tasas entre 2020 y 2021, y los retiros de 10% han afectado su valoración.
Hay dos reflexiones que los analistas del mercado de capitales repiten cuando se les pregunta por el brusco y sostenido descenso que muestra desde hace meses el fondo E de las AFP: una situación que no estaba ni en el peor de los escenarios y una baja que podría no haber tocado fondo… en la medida que se mantenga el fantasma del cuarto retiro.
El fondo E, el más conservador del sistema de capitalización individual y que invierte hasta el 95% de sus activos en renta fija, cerró septiembre con su peor desempeño desde la creación de los multifondos, en septiembre de 2002. Fue una caída mensual de 4,35% real, pero que si se toma en lo que va de 2021 representa una merma de 13,99%.
Incluso el fondo E mirado a 36 meses muestra un desempeño negativo, pues que no consiguió “vencer” a la inflación: su rentabilidad real -descontada la inflación- en ese período fue negativa, a diferencia de todos los otros multifondos.
El mayor problema es que quienes están en este fondo son personas que tienen bajo nivel de tolerancia al riesgo o que están cercanos a su edad de jubilación. En el caso de los afiliados de mayor edad, quedan expuestos a un retorno negativo difícil de recuperar a largo plazo.
¿Qué ha pasado?
La baja del fondo E se explica en gran medida por el mal desempeño que muestra la renta fija tanto a nivel local como internacional. La renta fija corresponde habitualmente a deuda de empresas y Estados que son adquiridas por el mercado. Por su naturaleza, sus rendimientos suelen ser bajos -por tratarse de inversiones consideradas más seguras-, pero positivos.
Parte de los supuestos de que sus rentabilidades sean bajas pero positivas es un ambiente con inflación controlada. Debido a varios factores, uno de ellos los retiros previsionales así como las transferencias fiscales tipo IFE, los precios han aumentado. Cuando la inflación sube, el Banco Central debe subir las tasas de interés (Tasa de Política Monetaria) para contrarrestar el mayor IPC. Y es entonces cuando un aumento de las tasas de interés "recorta" capital a la renta fija. Como casi todo el multifondo E está invertido en renta fija, su valor cae.
"Se observa un alza en las tasas de interés de los instrumentos de renta fija nacional luego del aumento en la Tasa de Política Monetaria (TPM) por sobre lo esperado y la incertidumbre respecto a un nuevo retiro de fondos de pensiones, impactando negativamente a los fondos conservadores a través de las pérdidas de capital", asegura un reporte de la consultora previsional Ciedess. "Se observa un incremento en las tasas de interés de los bonos del Banco Central a 5 y 10 años, tanto en pesos como en UF (tasas BCP5 y BCP10 suben 121 y 83 puntos básicos, respectivamente, mientras que BCU5 y BCU10 suben 101 y 65 puntos)", agrega el informe.
En este mismo sentido, la Superintendencia de Pensiones informó que uno de los instrumentos más demandados de renta fija nacional del largo plazo, el BCU a 30 años, tuvo una caída de 6,29% en el mes.
Un año para el olvido
El director regional de Portafolio Solutions de Credicorp Capital Chile, Klaus Kaempfe, explica que esta caída se sostiene en una sumatoria de eventos. El especialista precisa que durante 2020 se produjo en el mundo una mezcla de exceso de liquidez y contracción del crecimiento. "Esto llevó a que las tasas cayeran a niveles nunca antes visto", asegura.
Con esa base comparativa de fondo, la llegada de 2021 significó una normalización de las tasas. Por ejemplo, los bonos estatales en UF llegaron a mediados de febrero a su mejor momento, pero ya a fines de marzo habían caído drásticamente, generando una pérdida de 5,5 puntos porcentuales en el fondo E.
A esto se agregó un segundo elemento: el aumento de la inflación. Ante el incremento en los precios, varios bancos centrales del mundo -entre ellos, el chileno- debieron subir los tipos de interés, lo que a su vez generó una depreciación en las monedas emergentes.
Y en paralelo, se activó una tercera variable de carácter fiscal y financiera. Por un lado, el pago del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), que significó un gasto público de US$ 3.000 millones mensuales. Por el otro, la materialización del tercer retiro, que presionó la inflación debido a un mayor gasto en la economía real y obligó a liquidar activos a las AFP, haciendo caer aún más el precio.
"Un cuarto retiro es clave para la dinámica de corto plazo de la renta fija chilena y para los ahorrantes en general. De darse este evento, podríamos tener algo más de volatilidad", plantea Kaempfe.