Economía

Estatización de fondos: la dimensión que esconde el programa de Boric por el fin de las AFP

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POR Cristián Rodríguez |

El candidato de Apruebo Dignidad propone que las nuevas cotizaciones de los trabajadores sean gestionados por un ente público, lo que en los hechos bloquearía los ingresos de las AFP y las presionaría a su cierre.

El futuro del sistema previsional se convirtió en uno de los ejes centrales de la discusión política entre los distintos candidatos presidenciales. En el caso del abanderado de Apruebo Dignidad, Gabriel Boric, su programa plantea un modelo futuro con un nuevo sistema de pensiones sin la presencia de las AFP, las que quedaría relegadas solo a la administración de los dineros de los cotizantes que quieran mantener sus ahorros acumulados en ellas.

Es decir, en este nuevo escenario las AFP tendrían un eventual rol solo para la administración del stock de dineros que ya existen, pero no de los flujos de cotizaciones obligatorias que generen los trabajadores en el futuro. Eso en el papel, porque en la práctica el programa de Boric implicaría un riesgo muy alto de desaparación de las AFP, con la consiguiente estatización de los fondos de pensiones ya existentes. ¿Por qué? Porque las AFP se verían imposibilitadas de cobrar comisiones por las cotizaciones obligatorias, las que representa cerca del 90% de los ingresos operacionales de la industria previsional privada, presionándolas al cierre.

¿Cómo cobran las AFP?

A diferencia de lo que ocurre con la generalidad de los fondos del mercado financiero -como los fondos mutuos, por ejemplo-, las AFP cobran comisiones por flujo y no por saldo en el caso de las cotizaciones obligatorias. Esto significa que cobran por el dinero fresco que ingresa a ser administrado, y no por el dinero que está empozado desde hace meses, años o décadas.

Supongamos que una persona tiene un sueldo mensual imponible de $500 mil. Esto significa que cotizará $50.000 (el 10% del monto imponible) en su cuenta de capitalización individual. Al existir una comisión por flujo, el cotizante pagará entre $2.900 y $7.250 mensual a su AFP, dependiendo de si está en la administradora con la comisión más barata (0,58%) o más cara (1,45%) del mercado.

Los $50.000 se unen a todo lo que la persona ya tenga ahorrado de antes. La AFP gestiona esos dineros para rentablizar el ahorro total. Esa gestión de la AFP ya fue cobrada al inicio (la comisión) y no hay cobro posterior. Por eso se llama comisión por flujo (de una sola vez).

Una situación distinta -y que se presta para muchas confusiones- es cuando existe una comisión por saldo. Un ejemplo permite marcar la diferencia entre los dos modelos. Supongamos que el mismo trabajador que gana estos $500 mil mensuales imponibles tiene un ahorro acumulado de $10 millones en su cuenta de capitalización individual. Si las AFP cobraran por saldo (también conocido como stock), no habría que pagarles cuando ingresan los $50 mil mensuales a la cuenta; a cambio de eso, las AFP sí cobrarían un porcentaje por el ahorro total que administran. Si esta comisión fuera de 0,5% del saldo, recibirían anualmente $50.000 (o el equivalente a $139 diarios, ya que habitualmente las comisiones por saldo descuentan por día la fracción de 1/360 de la comisión anual).

Pero atención: se cobraría siempre, a todo evento, mientras que la comisión por flujo (el actual sistema) solo se cobra en la medida en que el trabajador cotiza. Si no cotiza y aún así tiene ahorro previsional, la AFP debe gestionar esos dineros de la misma forma que al resto de los afiliados.

Un ejemplo de comisión por saldo es la Cuenta 2 de las AFP, que es un producto de ahorro voluntario. Y su comisión va entre 0,16% y 0,95% del total del fondo, según la AFP que se contrate.

¿Qué dice el programa de Boric?

El programa de Gabriel Boric destina cuatro carillas y media -de las 229 que tiene en total- para presentar su propuesta sobre pensiones. “A las personas que aún no se han jubilado, están afiliadas al sistema de AFP y tienen fondos en sus cuentas de capitalización individual en las AFP, se les permite el traspaso voluntario de sus fondos al nuevo sistema público”, plantea el documento, conocido en detalle este lunes 1 de noviembre.

El candidato presidencial de Apruebo Dignidad ha propuesto en reiteradas ocasiones que respecto del stock de fondos se permitirá a los chilenos elegir entre emigrar a un sistema previsional “administrado por un órgano público autónomo y técnicamente idóneo” o mantener los ahorros en las manos de las AFP.

Pero una cosa distinta ocurre con las nuevas cotizaciones, las que serán gestionadas por este órgano público “técnico, paritario y con representación incidente de las y los trabajadores”. De esta forma, no habrá opción de que los afiliados destinen sus cotizaciones futuras a las AFP, sino solo a este nuevo ente de carácter estatal.

Es en este escenario en que las AFP están en serios problemas de sobrevivencia. ¿Por qué? Porque las AFP se financian con las comisiones por flujos de los ahorros de los trabajadores. Y al no haber esos flujos -ya que irán al ente público-, perderán todos los ingresos provenientes de las cotizaciones obligatorias, quedándose solo con la línea de negocios del ahorro voluntario.

De acuerdo con estimaciones de la industria, el APV y la Cuenta 2 representan menos del 10% de los ingresos de las administradoras privadas.

Una salida alternativa, que incluso ha planteado el economista y coordinador económico del programa de Boric, Nicolás Grau, es que el sistema de comisiones pueda cambiar hacia uno por saldo. El problema -y la paradoja- es que esto significaría que los cotizantes pagarían dos veces: ya lo habrían hecho cuando cotizaron mes a mes y ahora lo harían por el total del stock ahorrado. Por lo mismo, esa alternativa tiene una bajísima viabilidad política.

PAUTA consultó por esta dimensión de la propuesta de Boric a la economista y asesora en materia de pensiones del comando del candidato, Claudia Sanhueza, quien dijo que es un hecho que las AFP ya cobraron esa administración a sus afiliados mediante las comisiones. “En el proceso de diálogo técnico-social se pueden evaluar alternativas como licitación de administración”, agregó.

“En ningún caso hay estatización. Lo que cambia es la administración, pasando desde las AFP a un ente técnico, sin fines de lucro y autónomo del gobierno de turno”, enfatizó Sanhueza. Agregó que en la propuesta del comando “hay un pilar de ahorro voluntario donde las personas que desean pueden aportar voluntariamente, por sobre la contribución obligatoria al sistema de seguridad social”.

Consultada también la Asociación de AFP sobre el eventual impacto que tendría en la industria esta propuesta, respondieron que “desconocemos las implicancias y detalles de las propuestas del programa de Gobierno de Gabriel Boric en lo que respecta al stock de ahorros de los fondos de pensiones que quedaría en administración de las AFP y estamos a la espera de que se transparente las implicancias de ese planteamiento”.

Los duros (y fríos) números

Actualmente los fondos de pensiones administrados por las AFP alcanzan cerca de US$ 150.000 millones, casi la mitad del PIB de Chile. Esto implica que las administradoras tienen en encaje cerca de US$ 1.500 millones.

¿Qué es el encaje? Es una obligación legal que deben cumplir las AFP a través de la cual invierten un patrimonio equivalente al 1% del total administrado en los mismos activos en que están invertidos los ahorros de los trabajadores. En caso de cerrar, una AFP puede liquidar ese encaje, ya que forma parte de su patrimonio.

El monto de US$ 1.500 millones equivale, en términos gruesos, a cerca de 24 meses de ventas (comisiones) de las AFP.

Sin AFP en el mercado, lo único que quedaría sería la entidad del Estado que el programa presenta para la administración de las cotizaciones futuras.

El DL 3.500, que rige la industria previsional en Chile, aborda una parte central de este aspecto. PAUTA consultó a la Superintendencia de Pensiones para obtener una interpretación oficial. 

“Existe separación patrimonial entre administradora (AFP) y fondo de pensiones, de tal forma que lo que ocurra con una AFP que salga del mercado no afecta a las cuentas de las y los afiliados. Dicho lo anterior, en el supuesto de que una AFP deje de operar en el mercado, las y los afiliados se deben  incorporar dentro de 90 días a la AFP que seleccionen. Si no lo hacen, será el liquidador el que los transfiere a otra AFP de acuerdo a los estipulado en el Reglamento”, respondieron desde la entidad liderada por el superintendente Osvaldo Macías.

Pero si se impide a las AFP participar de la gestión de los flujos de los trabajadores se acrecienta la opción de que no cierre una sino todas las administradoras privadas, por el mencionado hecho de que no tendrían ingresos para operar, ¿qué ocurriría en el hipotético caso que todas las AFP dejaran de operar?

“La ley no contempla una situación de esa naturaleza. Si eso ocurriera, por ejemplo, por un cambio de sistema previsional, el mismo cambio legal que lo origine debiera disponer o establecer cómo debiera efectuarse esa transición, la que, en todo caso, podría efectuarse por la separación patrimonial existente entre AFP y fondo“, contestaron desde la Superintendencia de Pensiones.

Este artículo fue actualizado para incluir las respuestas que se le pidieron a Claudia Sanhueza, economista y asesora previsional del comando de Gabriel Boric, las que no habían sido recibidas al momento de su publicación.