Presupuesto en semana crítica: qué entregará Hacienda para no subir el gasto
El dilema del ministro Cerda es qué puntos ceder para que la oposición apruebe el erario. Se espera que esa decisión se materialice en indicaciones que se votarán el 8 y 9 de noviembre en el Senado.
El Presupuesto 2022, uno de los más complejos que se ha discutido desde el fin de la dictadura, entra en su semana final. No se trata solo de un erario “de salida” de la doble crisis sanitaria y económica. Además, busca normalizar significativamente las finanzas públicas, recortando 22,5% el gasto para 2022 respecto de lo que se ejecutará este año.
La oposición -y también parlamentarios del oficialismo- han reclamado por este “ajuste brusco” o “frenazo”, como lo califican. Para presionar por cambios al gasto global, rechazaron 12 de las 31 partidas en la discusión en la Sala de la Cámara de Diputados, mientras que en otras cuatro objetaron recursos para programas relevantes.
Ahora es el turno de la Sala del Senado, que votará el texto el lunes 8 y martes 9 de noviembre. Y aunque es temprano aún para cantar victoria, al parecer el ministro de Hacienda, Rodrigo Cerda, estaría logrando su principal meta: retirar la mayor parte del gasto transitorio asociado a la pandemia y, de este modo, volver las finanzas públicas a una ruta sostenible, terminando lo que algunos calificaron como “fiesta fiscal”.
Para dimensionar esta meta, desde 1990 no hay un solo año en que el gasto público haya caído. Más bien, ha crecido 6,2% anual en promedio y en 2003, el año de menor avance, lo hizo en 1,5%.
Retirar en 2022 las ayudas excepcionales de la pandemia permite contener el déficit fiscal y el crecimiento de la deuda, que termina devorando recursos públicos para pagar intereses que estarían mejor destinados a programas sociales.
Los pasos que vienen
No es que esté todo resuelto. Aún faltan muchas negociaciones y detalles por amarrar, que han tenido ocupados a los equipos de Hacienda y la Dirección de Presupuestos (Dipres) todo el fin de semana.
El Ejecutivo debe reponer vía indicación todas las partidas y programas rechazados; entre ellos Vivienda, Interior, Educación, Cultura, Economía, Obras Públicas, Transporte, Defensa, Agricultura, Ciencias y Desarrollo Social.
Pero lo central es que el ministro Cerda debe definir qué acoge de los planteamientos de mejora que ha hecho la oposición, con temas como un plan extraordinario de vivienda, más recursos de decisión regional, más financiamiento para educación pública y universitaria, fondos para pymes, ciencia y cultura, entre otros. A cambio, la oposición renuncia a su principal aspiración: subir el monto global del gasto.
“Se presentó una minuta con los intereses fundamentales de la oposición. Si el Gobierno los acoge y el Senado los ratifica, significa que habría acuerdo. Y cuando vuelva el Presupuesto a la Cámara de Diputados a tercer trámite, se aprobaría evitando una comisión mixta”, explicó el diputado integrante de la Comisión de Hacienda, Marcelo Schilling (PS). Un parlamentario oficialista que pidió no ser identificado confirmó que este es el itinerario que se está considerando, aunque advirtió que no está todo resuelto.
¿Pero se presentarán nuevas indicaciones en el Senado para mejorar el proyecto? “Tengo bastante confianza en la palabra del ministro Cerda, que en el pasado ha cumplido todas las cosas que hemos convenido”, dijo Schilling.
Ese tercer trámite (y eventual mixta) está previsto para el viernes 12, ya que si bien el plazo de despacho constitucional del Presupuesto es el 22 de noviembre, los parlamentarios no sesionarán a partir del 15 porque estarán en sus distritos en cierres de campaña.
Los nudos: Tesoro y cambios inadmisibles
Entre los temas más “duros”, en los que no hay acercamiento, está el rechazo del Tesoro Público. Con él se sostiene toda la estructura del Presupuesto, al ser la fuente de transferencias de recursos no asignados y donde figuran parte del Fondo de Emergencia Transitorio (FET), que mantiene recursos transitorios destinados a la pandemia, la reactivación económica y del empleo.
No aprobar la partida del Tesoro es una medida de fuerza de la oposición para presionar por pensiones reparatorias para las víctimas de violaciones a los derechos humanos desde octubre 2019, acreditadas por el Instituto Nacional de Derechos Humanos. El debate de esta indicación se trabó luego de que desde la derecha se argumentara que, en tal caso, debía también otorgarse reparaciones a quienes vieron destruidas sus propiedades debido al vandalismo, saqueos e incendios registrados en el estallido.
Otro punto de similar complejidad para el Gobierno es qué hacer con las numerosas indicaciones de diputados que implican gasto (lo que es facultad exclusiva del Ejecutivo) y que terminaron aprobadas. Un ejemplo es lo ocurrido en la partida de Salud, donde se aprobaron indicaciones para financiar la compra de dispositivos para personas con hipoacusia, la distribución de productos de gestión menstrual y que los tratamientos complementarios para personas del espectro autista sean financiados por Fonasa.
En estos y otros casos las autoridades hicieron reserva de constitucionalidad, pero no es claro si estos casos serán “parte del acuerdo” o si el Gobierno acudirá al Tribunal Constitucional. El acuerdo 2021 no consideró este asunto y finalmente el TC acogió el requerimiento de inconstitucionalidad presentado por el Presidente Sebastián Piñera respecto de nueve glosas de la Ley de Presupuestos.