Economía

FNE sobre fijar precios o crear empresas estatales ante fallas de mercado: “Efectista, no eficaz”

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FNE
POR Marcela Gómez |

El fiscal Ricardo Riesco dice que esas medidas no son eficaces porque “son caras, de compleja implementación y tienen marcadas externalidades negativas”.

Cuando se trata de corregir fallas de mercado, la creación empresas estatales o impulsar políticas de fijación de precios son herramientas de política pública fáciles de explicar a la ciudadanía y que parecen muy duras. Sin embargo, “la verdad es que la mayoría de las veces proveen soluciones que son efectistas, pero poco eficaces para corregir realmente las fallas de los mercados”, dijo el fiscal de la Fiscalía Nacional Económica (FNE), Ricardo Riesco. Lo explicó: “Son poco eficaces, porque son caras, de compleja implementación y tienen marcadas externalidades negativas”.

Si bien el abogado sostuvo que ambas medidas “son legítimas y no se contraponen per se a una economía de mercado”, no son las únicas que existen para corregir fallas. Añadió que su aplicación en Chile “no ha sido particularmente exitosa”. Aquí recordó la política generalizada de fijación de precios de 1959, “que dañó a la ciudadanía con precios muy altos y escasez”.

También sostuvo que la creación de una empresa estatal puede ser una buena solución a fallas de mercado, pero advirtió que los dineros y esfuerzos “que se utilizan para su creación y operación son recursos públicos que se dejan de utilizar en otra cosa”. 

La autoridad abordó el tema durante el seminario anual con que se celebra el Día de la Competencia, enfocado en el problema de las regulaciones defectuosas para la libre competencia. En el evento también intervino el director de mercado de la autoridad de la Competition and Markets Authority del Reino Unido, Daniel Turnbull.

Regulaciones defectuosas

Riesco planteó que cuando los mercados no están funcionando bien, el Estado debe intervenirlos por la vía regulatoria. Pero cuando esas normas “no existen o son malas, podemos rasgar vestiduras, poner el grito en el cielo y acusar abusos”, pero la realidad es que las empresas actúan siguiendo las reglas que impuso fallidamente el Estado.

Enfatizó que muchas de las fallas de los mercados se originan en regulaciones defectuosas, que no se solucionan fácilmente porque regular es una tarea difícil. “A veces es por desconocimiento, otras veces es por ideología, pero también muchas veces se evita utilizar esta herramienta de política pública”, dijo.

Con esto aludió también a la oposición que generan los cambios en los incumbentes e incluso a los “buenistas” que prefieren la autorregulación para corregir fallas del mercado, “como si desconocieran que los agentes siempre actúan en los mercados maximizando su beneficio económico conforme a las reglas del juego”.

Aquí listó algunos ejemplos de las recomendaciones surgidas de los seis estudios de mercado que ha realizado la FNE. Por ejemplo, señaló que “es evidente que para bajar el precio de los medicamentos no hace falta destinar recursos públicos a crear laboratorios estatales” o que “el alto precio que el Estado paga cuando compra no va a disminuir fijando el precio de venta a esos proveedores”.

Por qué la FNE

El abogado enfatizó que regular mercados requiere “de un análisis técnico largo, complejo y detallado, que a veces no se condice con las ansias populares o con los avatares políticos”.

Por ello, dijo que los estudios de mercado de la FNE son relevantes como fuente de potenciales regulaciones económicas, por una serie de razones. Entre ellas, que como todos los agentes económicos -tanto públicos como privados- están obligados a entregarle la información que solicita “por las buenas o por las malas”, esos estudios se basan en la información completa de los mercados, algo que no tendrán “ni las universidades ni los expertos contratados por los incumbentes, por prestigiosos que puedan ser”.

Además, en la elaboración de sus estudios la FNE cuenta con la estrecha y permanente colaboración de la OCDE, de modo que las propuestas “son acordes a las mejores prácticas y estándares internacionales, por cierto con los ajustes que sean pertinentes para adaptar las regulaciones a la realidad local”. Y por último, que el organismo no tiene intereses comprometidos por lo que apunta “única y exclusivamente al interés general”.

El fiscal destacó que las propuestas que ha formulado el organismo constituyen un camino para “ese ‘mejor Estado’ que parece estar demandando la ciudadanía desde hace ya varios años”. E insistió en que esa demanda cobra especial importancia en momentos en que se están redefiniendo los roles y alcances de la intervención del Estado en la economía.