Economía

Aceite, pollo y tomate: los alimentos que más han subido en el último año

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Ilustración: Fernanda Monasterio
POR Cristián Rodríguez |

La comida y las bebidas no alcohólicas explican más de un cuarto de la inflación en 12 meses. Si se suma el combustible y el transporte, se alcanza más de la mitad del 9,4% anualizado.

La inflación de marzo sorprendió incluso a los analistas más pesimistas: 1,9% mensual de los precios de los bienes y servicios en la economía chilena, el doble de lo que proyectaban los más osados. Con esto, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) que calcula el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) acumula un incremento de 9,4% en 12 meses.

De esta cifra, más de la mitad (5,2 puntos porcentuales) se explica por las alzas que han mostrado dos divisiones: alimentos y bebidas no alcohólicas (2,64 puntos), y transporte (2,63 puntos).

Esta segunda categoría es la que exhibe los incrementos más contundentes. Por ejemplo, el petróleo diésel ha subido 52% en 12 meses; el servicio de bus interurbano, 41%; y la gasolina, 31%. Sin embargo, los alimentos muestran alzas más acotadas, pero más extendidas en un mayor número de productos.

Los precios de ocho productos han avanzado más de 20% desde abril del año pasado y 16 lo han hecho sobre 15%. De entre todos ellos, el aceite vegetal (32,2%), la carne de pollo (28%) y los tomates (27,3%) son los que lideran los incrementos, considerando los bienes con mayor ponderación dentro de la canasta que mide el IPC (y que incluye 303 bienes y servicios).

Las explicaciones

Los precios de los productos pueden subir por factores de oferta, de demanda o ambos. En el caso del aceite, la causa principal es del primer tipo. Ucrania es uno de los principales productores globales de girasol y, por extensión, de este tipo de aceite vegetal. A la menor disponibilidad de este producto se suman las presiones en la cadena logística mundial, las que han afectado también a otros productos no alimenticios.

En el caso del pollo, varios economistas coinciden en dos factores. El primero es la incidencia del costo de los alimentos para animales. El segundo, y el más relevante, es la mayor demanda por el efecto sustitución ante el incremento del precio de la carne de vacuno.

Esta carne roja ha subido 26% en 12 meses y es un producto con una elasticidad de demanda relativamente alta. Esto significa que su consumo disminuye en una proporción similar al aumento de su precio. Por lo mismo, la necesidad de provisión de proteína ha ido a las carnes blancas, y principalmente al pollo, ya que el pescado también se ha encarecido (25% en 12 meses), siendo el sexto alimento que más ha subido en el último año.