Gobierno ajusta proyecciones y compromete deuda pública bajo 45% del PIB
El ministro de Hacienda dijo que se reducirá el déficit fiscal en 0,75% del PIB cada año y que esta consolidación es clave para un crecimiento sostenible no inflacionario.
El mercado esperaba que las proyecciones fiscales para 2022 se ajustaran en línea con las expectativas privadas, y así ocurrió. Pero la principal novedad del Informe de Finanzas Públicas (IFP) que las autoridades económicas expusieron en el Senado es la meta fiscal: la administración del Presidente Gabriel Boric no solo fijó una trayectoria para reducir el déficit, sino que en forma inédita también se comprometió a mantener la deuda pública bajo 45% del PIB.
Según los cálculos presentados, el endeudamiento del Fisco llegaría a 38,8% del PIB este año y seguiría subiendo hasta estabilizarse en 43,9% entre 2025-26, para luego comenzar un lento descenso. Para lograrlo, el Gobierno se comprometió ir reduciendo el balance estructural en 0,75% del PIB anual: esto implica pasar desde el -3,3% del PIB previsto para el año en curso a -0,3% en 2026. El objetivo es complejo, considerando tanto las promesas de campaña como la ampliación de derechos sociales recogidos en el proyecto constitucional.
Se trata de un esfuerzo “exigente pero realista”, expresó la directora de Presupuestos, Javiera Martínez, quien durante la campaña presidencial había comprometido un techo de deuda levemente más alto. Incluir la deuda como parte del ancla fiscal adelanta un estándar sugerido por el Consejo Fiscal Autónomo, que recoge el proyecto que modifica la Ley de Responsabilidad Fiscal.
“Esta consolidación fiscal no es en lo absoluto incompatible con la implementación de la agenda del gobierno del Presidente Boric”, dijo el ministro de Hacienda, Mario Marcel. Agregó que la reforma tributaria que impulsará el Gobierno “financiará la ampliación de derechos sociales y reformas estructurales en salud y pensiones, entre otros”.
Menor crecimiento, mayor inflación
En su último reporte, el gobierno anterior cifró el crecimiento del PIB 2022 en 3,5%, lo que fue calificado como optimista por el mercado. Ahora, la administración del Presidente Gabriel Boric “aplicó una mayor dosis de realismo y consistencia”, dijo Marcel, llevando a 1,5% la proyección de crecimiento, en línea con la expectativas privadas y en el centro de lo que prevé el Banco Central. Entre otros cambios, también introdujo un fuerte ajuste a la baja en la evolución de la demanda (de 2,6% a -1%) y elevó las perspectivas para la inflación promedio desde 6,9% a 8,9%.
Este escenario, afirmó el ministro, debe permitir una “transición lo más ordenada posible desde una economía sobrecalentada, como terminó el año pasado, a un crecimiento sostenible no inflacionario”. Lo anterior, agregó, “no es fácil de hacer”, pero enfatizó que la consolidación de las finanzas públicas es un elemento central de ese proceso al “colaborar al control de la inflación y seguir apoyando a sectores rezagados”.
Aunque en el IFP de febrero las entonces autoridades destacaron que el gobierno entrante dispondría de holguras fiscales (ingresos proyectados no comprometidos) que llegarían a US$ 30 mil millones entre 2023-26, los cambios en este aspecto fueron menores, ya que se ahora se estiman en US$ 25.500 millones para todo el periodo.
“Hay un compromiso del Gobierno de ir financiando gastos permanentes con ingresos permanentes”, trazó la directora de Presupuestos al plantear que aquellas holguras no sirven “para financiar gastos permanentes”.