Columna de Rodrigo Gutiérrez: “Empoderamiento de las personas versus paternalismo del Estado”
El desafío es diseñar políticas públicas que permitan resguardar los intereses de las personas, pero sin limitar sus oportunidades de aprendizaje. Promover la autonomía informada y responsable es mejor camino para alcanzar una sociedad más libre y equitativa.
En el debate sobre el rol del Estado en las políticas públicas, surge un dilema clave: ¿es mejor empoderar a las personas para que tomen sus propias decisiones, o debería el Estado intervenir para protegerlas de sus posibles errores? Esta reflexión es relevante cuando se argumenta que las decisiones tomadas por los ciudadanos pueden tener efectos negativos sobre ellos mismos.
El empoderamiento de las personas parte de la premisa de que los individuos son capaces de tomar decisiones informadas sobre sus vidas. Este enfoque promueve la autonomía, la libertad y la responsabilidad personal. No se trata solamente de otorgar a los ciudadanos la potestad de decidir sobre su futuro, sino que también de proporcionarles las herramientas necesarias para hacerlo de manera consciente. Para lograrlo, es fundamental garantizar acceso a información relevante, transparencia, educación y recursos adecuados.
Alternativamente, el paternalismo estatal se basa en la idea de que es necesario intervenir para proteger a los ciudadanos de decisiones erróneas, sobre todo cuando se trata de sectores vulnerables de la sociedad. Este enfoque busca evitar que los individuos tomen decisiones que puedan perjudicar su futuro, asumiendo que no estarían habilitados para decidir por ellos mismos, en cuyo caso podrían generar consecuencias negativas o perjuicios, tanto individuales como colectivos.
Parecería sensato buscar un equilibrio entre empoderamiento y protección estatal. En lo esencial, el Estado debería ofrecer a los ciudadanos las herramientas necesarias para que puedan tomar decisiones informadas, evitando caer en la tentación de intervenir de manera excesiva en su vida cotidiana. Al mismo tiempo, debería garantizar las condiciones para que las personas puedan ejercer su autonomía, asegurando un entorno en el que puedan actuar con libertad y responsabilidad.
¿Por qué esta reflexión? Hace pocos días se aprobó la propuesta del Gobierno sobre fondos generacionales, un esquema que ajusta automáticamente el nivel de riesgo de las inversiones según la edad de los cotizantes, en reemplazo del actual sistema de multifondos. Uno de los argumentos fue: “Cuando las personas en Chile han elegido, el resultado ha sido más negativo para ellas”.
Nos parece mejor un modelo que respete la autonomía de las personas y les brinde las herramientas para que puedan tomar decisiones conscientes, reservando la participación del Estado para cuando es estrictamente necesario. En este caso, técnicamente quedaba un camino intermedio y más simple: limitar los traspasos a fondos adyacentes y en cantidad una vez al año. Además, fortalecer la educación previsional y financiera, para enseñar a las personas a no caer en la trampa de malos consejos. Empoderar a las personas es un mejor camino para construir una sociedad más libre y equitativa.