Economía

Columna de Rodrigo Gutiérrez: “Un acierto tributario: nuevos controles y sanciones al uso indebido de facturas”

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Foto de Agencia Uno
POR Equipo Radio Pauta |

El Servicio de Impuestos Internos ha decidido reforzar el control al uso indebido de facturas por compras personales en supermercados y restaurantes. Si bien esto implica controles más estrictos y sanciones más severas, también es un llamado a reflexionar sobre nuestra moral tributaria.

El concepto de moral tributaria hace referencia a la disposición de los individuos a cumplir voluntariamente con sus obligaciones de pago de impuestos, motivados por un sentido de ética y corresponsabilidad. En Chile, al igual que en otros planos valóricos, la moral tributaria se ha deteriorado, transformando la lucha contra la elusión y evasión en un verdadero desafío. Así, es posible encontrar casos de fraudes con alto impacto mediático que incluso han llegado a la justicia, como también observar otras prácticas generalizadas, aparentemente menos graves, que muchos han normalizado y que probablemente consideran legítimas.

No se trata de hacer una apología de la moral tributaria. Es cierto que la disposición a contribuir puede verse afectada cuando se conocen de casos de corrupción que ocurren en la administración del Estado, varios de ellos con motivaciones o intereses políticos, que contribuyen a aumentar la desconfianza en las instituciones. Además, las críticas sobre la falta de eficiencia en el gasto fiscal, el aumento del empleo público y la deficiente evaluación de numerosos programas públicos, alimentan el juicio negativo de muchas personas respecto del sentido y legitimidad del pago de impuestos. Sin embargo, lo anterior no es excusa para faltar a las obligaciones tributarias.

Así, la falta de sentido de responsabilidad ha dado paso a comportamientos permisivos hacia la evasión, que se manifiestan en actos cotidianos. Un ejemplo habitual es pedir facturas respecto de compras para uso personal que luego son utilizadas como gastos de la empresa. Esta práctica, ampliamente utilizada y normalizada, ha llevado a muchos a creer que se trata de algo lícito. Tanto es así que el comercio establecido ha incorporado en sus protocolos de servicio la habitual consulta: ¿boleta o factura?, la cual ocurre a todo evento, incluso cuando es evidente que los productos adquiridos no podrían constituir un costo de la empresa.

En este contexto, la reciente resolución del Servicio de Impuestos Internos (SII), que refuerza las exigencias para la emisión de facturas en supermercados y restaurantes no solo representa una medida técnica, que incorpora controles más estrictos y sanciones más severas, sino que también es un llamado urgente a reflexionar sobre nuestra moral tributaria. El cumplimiento tributario no es opcional, es un deber y una responsabilidad compartida.

Pero no es suficiente. Es fundamental fortalecer la moral tributaria desde la educación y la transparencia en el uso de los recursos recaudados, junto con mejorar la eficiencia y eficacia del Estado. Los contribuyentes estarán más dispuestos a cumplir con sus impuestos si perciben que estos son utilizados de manera eficiente y equitativa. Recuperar esta conciencia es crucial para superar las inequidades que nos afectan y avanzar hacia un Chile más justo y solidario.