Economía

Columna de Rodrigo Gutiérrez: “Pensiones y el préstamo de los trabajadores al Estado”

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Foto de Agencia Uno
POR Equipo Radio Pauta |

El “préstamo de los trabajadores al Estado” ha permitido avanzar y destrabar la reforma de pensiones, entregando una solución para mejorar las pensiones actuales y proporcionando una realidad que puede ser contada de distintas maneras.

La reforma de pensiones está avanzando. Si bien falta camino legislativo por resolver, es cierto que el acuerdo logrado en el Senado entre el Gobierno y parte de la oposición, permiten anticipar que tendremos cambios importantes a nuestro actual sistema de pensiones. Se trata de un diseño complejo, en el cual varias de sus medidas surgieron en el camino de la negociación generando diversos cuestionamientos, ya sea por el riesgo de afectación de los derechos de los afiliados, tales como la propiedad de los fondos o el derecho a elegir; o por falta de evidencia.

Así, uno de los aspectos más controversiales de la reforma es el esquema de préstamo que los trabajadores harán al Estado para que éste tenga los recursos necesarios para aumentar las pensiones de los actuales jubilados y aquellos próximos a jubilar. Esta idea generó diversas inquietudes, tales como si se mantendría la propiedad de los recursos y que fueran heredables, o si el bono se pierde si el afiliado fallece antes de la edad de jubilación. También se dudaba si dicho esquema se asimilaría a uno de cuentas nocionales, que no otorgan propiedad real; o derechamente, si acaso esos aportes podrían ser expropiados por el Estado.

Pues bien, el diseño del préstamo resuelve satisfactoriamente varias de estas inquietudes. Por un lado, se asegura la propiedad y la devolución de los aportes, puesto que se respaldan mediante bonos de Tesorería a precio de mercado, cuyo valor futuro al momento de jubilar se reintegra al trabajador para financiar su propia pensión. Si el afiliado fallece, los fondos permanecen en su patrimonio, ya sea como parte de la pensión de sobrevivencia o como parte de la herencia. Si bien la deuda es reconocida por un Fondo y no de manera directa, igualmente posee garantía estatal.

Sin embargo, igualmente cabe hacer presente algunos inconvenientes con este diseño. Primero, los trabajadores asumen un costo de oportunidad por la brecha de rentabilidad originada entre la tasa de interés de los bonos de la Tesorería y la mayor rentabilidad alternativa que podrían obtener en instrumentos más rentables, lo cual hace una diferencia significativa en el largo plazo. Segundo, el riesgo de sentar el precedente de repetir esta fórmula, justificando estos “préstamos forzados al Estado”, para enfrentar otros asuntos prioritarios o emergencias, evitando aumentar la deuda pública de manera directa, lo cual no podemos descartar, según nuestra experiencia reciente.

En resumen, la singular fórmula del “préstamo de los trabajadores al Estado” ha permitido avanzar y destrabar una discusión de años, respecto de cómo mejorar las pensiones actuales mediante una lógica de solidaridad intergeneracional en el pilar contributivo, constituyendo una solución de facto para satisfacer parcialmente a las partes. En cierto modo, una misma realidad que puede ser contada de maneras diferentes, que sólo el tiempo permitirá juzgar como un “segundo mejor” o “segundo peor” diseño de política pública.