El inadaptable Roth en el cine
Las novelas del escritor nunca fueron fáciles de llevar a la gran pantalla, pero varios hicieron el intento. Una historia de fracasos y pocos aciertos.
Inadaptables. Esa es la palabra que se repite una y otra vez cuando se hablar de las novelas de Philip Roth, el gigante de las letras estadounidense que murió a los 85 años. Puede ser porque una novela es un monólogo entre un hombre y su terapeuta difícil de trasladar con la misma fuerza a un guion, o puede ser porque la historia sintetiza la vida de una familia norteamericana con tantas capas bajo los hechos aparentemente simples que en el traslado se pierde la mitad de la carga. La voz narrativa de Roth era una de las más potentes, y si se transforma en voz en off o se anula totalmente, siempre termina perdida en las imágenes. El mismo autor muchas veces se declaró disgustado por las versiones fílmicas que se hicieron de sus escritos. Pero algunos, sin embargo, lo intentaron.
Los primeros intentos de llevar a Roth a la pantalla grande fracasaron, o por lo menos así lo consideró el mismo Pulitzer en entrevistas. Está Goodbye Columbus, de 1969, dirigida por Larry Peerce y con una novata Ali MacGraw. La película, basada en la novela corta del mismo nombre, tuvo buena recepción por parte de la crítica y fue bastante popular; aunque se alejaba un poco del material original, seguía siendo una sátira de la clase media judía. Aunque a Roth no le gustó, consiguió hasta una nominación al Oscar por su guion adaptado. Portnoy’s complaint, de 1972 y basada en el libro que lanzó a Roth a la fama, no tuvo la misma suerte. Dirigida por Ernest Lehman fue tildada como una completa vergüenza y un fiasco; quizás habría que haber anticipado que un monólogo en el diván de un hombre complejo podía ser inadaptable a la pantalla.
Pero quizás el mayor fracaso fue el de 2003, con La mancha humana. De hecho, la película completa no hacía sentido, al no hacerse cargo del elemento vital de la trama: un profesor afroamericano con una tez lo suficientemente clara para pasar -y así lo hace- por un blanco y judío. El personaje fue interpretado, insólitamente, por Anthony Hopkins. Coprotagonizada por Nicole Kidman, la cinta recibió críticas mixtas, desde los que decían que podía ser una adaptación decente a pesar del pequeño detalle del casting del personaje principal, a los que simplemente llamaron a los directores a rendirse con llevar todas las sutilezas y cargas sicológicas de un libro de Roth a la pantalla grande.
Elegía, de 2008, fue la versión fílmica de El animal moribundo, donde un profesor universitario ya entrado en años cuenta su romance con una de sus estudiantes. Lo interesante de esta adaptación, quizás una de las más logradas, es que es dirigida por la catalana Isabel Coixet -y protagonizada por Ben Kingsley y Penélope Cruz-, lo que le da una aproximación interesante a un autor tan marcado por lo masculino. Quizás un Roth menos reconocible para sus fanáticos, pero una excelente película.
Luego, en 2014, se filmó The Humbling, basada en La humillación. Protagonizada por Al Pacino, sigue a un actor en decadencia que comienza a sufrir demencia, y que tendrá un affaire con una joven. Un “descenso al infierno”, que fue dirigida por Barry Levinson como una especie de comedia negra y recibió malas críticas.
Por último, en 2016 se estrenaron dos adaptaciones fímicas de Philip Roth. Una fue Pastoral Americana, el debut como director del actor Ewan McGregor, quien también protagonizaba junto a Jennifer Connelly y Dakota Fanning. Una película que sonaba a Oscar, pero que no tuvo una recepción muy entusiasta. Es quizás una de los escritos más famosos de Roth y era una ambición adaptarla. Es la historia de un exitoso hombre judío de clase media cuya familia se desarma en los años 60 con la rebelión de su hija, y es una reflexión sobre el sueño americano convertido en pesadilla. La película es algo insípida, obtuvo críticas tibias, pero quizás es una aproximación amable al mundo del Roth para quienes recién lo conocen y aún no lo leen; está disponible en Netflix.
Al mismo tiempo se estrenó una cinta independiente que obtuvo mucho mejores críticas, basada en la novela Indignación y dirigida por James Schamus. Aquí Roth vuelve a los mismos temas de siempre, religión, masculinidad y clases sociales, al contar la historia de un estudiante judío que escapa de su comunidad cerrada y en la universidad conoce a una chica más experimentada que él, y también con problemas. Una película a pequeña escala pero recibida con un entusiasmo poco común cuando se trata de adaptaciones a Roth; quizás la última fue realmente la vencida.