Lo bueno, lo malo y lo feo de los cambios en los Premios Oscar
La Academia de Hollywood anunció tres novedades acerca del trofeo más influyente en Hollywood.
Los críticos estadounidenses han puesto el grito en el cielo y se han enfrascado en largos debates en redes sociales tras el anuncio del miércoles 8 de agosto de tres novedades salidas de la Academia hollywoodense, o la casa de los Oscar. Si bien los Oscar siempre son material de sabrosos intercambios para los críticos, esta vez la lucha sería por mantener el prestigio del trofeo dorado, tras las nuevas iniciativas que buscan aumentar los rating de la transmisión en TV -que llevan años en declive-, y volver a generar el interés popular de antaño.
Los cambios de la Academia parten por algo que parece sencillo, pero altera un poco la “temporada de premios”, como se conoce en Hollywood la época que va desde diciembre a principios de marzo. Parte con premios del cine independiente, pasa en enero a los Globos de Oro -que son más glamour que prestigio-, sigue con los Bafta en Londres y termina a finales de febrero o principios de marzo con los Oscar. Tras la entrega de estos galardones, se daba por finalizado el año cinematográfico.
Las fechas ahora han cambiado.
Ahora, a partir del 2020, los Oscar serán a principios de febrero, lo que quizás afecte la época de estrenos de las cintas que ambicionan el premio y que acumulan sus debuts desde septiembre a diciembre por lo general; eso podría adelantarse.
Una muy, pero muy buena noticia es que la transmisión televisiva durará, de ahora en adelante, “sólo” tres horas, con la promesa de “estar comprometidos de producir un show entretenido” , según anotó el comunicado oficial de la organización. Ya era casi tradición que ver los Oscar en TV partía como entretención y terminaba en tortura, con más de cinco horas de duración en innumerables actos de relleno. Lo que preocupa a algunos gremios es que este feliz anuncio de síntesis programática obligará a que algunas categorías -probablemente las más técnicas como maquillaje o vestuario, por ejemplo- no sean televisadas, o se entreguen durante los comerciales.
Por último, está el cambio de la discordia: la Academia anunció una nueva categoría de “logros destacados en cine popular”. Aún no detalla qué películas serán candidatas ni cómo se escogerán. Los expertos ven ahí la ambición de los organizadores de los Oscar de reavivar el interés masivo en los premios, tras años de triunfos de películas más independientes y con menos taquilla, como Luz de Luna o La forma del agua. Se supone que en esta categoría popular podrían entrar cintas como Misión Imposible o Pantera Negra, pero los críticos de cine argumentan que esto es ofensivo para la ya ampliada categoría de mejor película -la única donde hay diez nominados, en vez de cinco-.
¿Acaso no es premio suficiente ganar millones de millones de dólares en todo el mundo? ¿Puede el éxito ser sinónimo de calidad? ¿Sigue teniendo valor el Oscar si se añaden categorías que no premian el arte sino el billete? Los críticos de medios como The New York Times y Variety no han dudado en tildar directamente este nuevo premio como una “medida desesperada”, “patético” y más; otros simplemente lo ven como la intrascendencia de un galardón que premia al cine más comercial.
Queda entonces aún que la Academia aclare las dudas sobre su flamante trofeo, antes de la próxima ceremonia: la versión número 91 de los Oscar se realizará el 24 de febrero de 2019.