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Amazing Grace: la película perdida de Aretha Franklin

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POR Isabel Plant |

En 1972, el director Sydney Pollack filmó el famoso concierto de la artista en una iglesia en Watts, del que salió su famoso álbum góspel en vivo. Pero la cinta nunca ha sido mostrada públicamente.

Era enero de 1972 y Aretha Franklin ya era una estrella. La joven cantante, nacida en Tennessee en 1942, había comenzado presentándose en iglesias y entonando himnos góspel, para luego pasar a la música popular y, a mediados de los 60, lograr fama masiva. Tenía para ese entonces un contrato con Atlantic Records y ya había llegado al número uno de los ránking con canciones como Respect, el que se transformó no sólo en un hit sino que en un himno para la lucha de derechos civiles. En ese entonces Franklin estaba a punto de grabar su tercer disco en vivo y había expectación: volvía a lo góspel, y la presentación estaba agendada en una iglesia bautista en Watts, un barrio de Los Angeles. Figuras como Mick Jagger, de los Rolling Stones, estaban en el público, ansiosos de ver a una de las mayores estrellas femeninas del momento en un show que prometía ser histórico.

El álbum, llamado Amazing Grace, fue un éxito arrasador, que vendió más de dos millones de copias en Estados Unidos y le valió un Grammy a Franklin. Sería hasta hoy, su disco más exitoso.

Pero hay una segunda parte de esa historia que ha sufrido un camino de errores, demandas y problemas. Ese día en la iglesia de Watts, un cineasta llegó con un equipo para documentar en cine el concierto de Aretha Franklin. Era Sydney Pollack, quien ya había sido nominado al Oscar. La idea era hacer un plan de lanzamiento conjunto: disco y documental de Amazing Grace. Pero hubo un gran problema: Pollack, muy hábil al minuto de retratar ficción, no tenía ni una experiencia de filmar música en vivo. Y de hecho, olvidó algo fundamental: el audio. No llevó el equipo adecuado para sincronizar el sonido con la imagen, y terminó con un documental de 87 minutos sobre un concierto, pero sin la música. El álbum salió, pero el fallido documental fue archivado.

Eso hasta 2008, cuando Pollack le pasó el material, en ese entonces guardado por más treinta años, al productor Alan Elliot. El director estaba muriendo de cáncer terminal cuando Elliot, después de llamadas y reuniones, logró que le traspasara la película fallida, con la promesa de arreglarla y estrenarla. Y eso mismo hizo, ayudado de nuevas tecnologías. Amazing Grace la película, estaba lista en 2010.

El problema entonces fue con la mismísima Aretha Franklin, ya una diva inmortal del soul y quizás una de las artistas negras más importantes de la historia. El documental estaba listo para ser mostrado, pero la cantante puso una demanda por falta de permisos para mostrar la cinta. Hubo una búsqueda de los contratos que se demoró, y, eventualmente, Elliot contraatacó con todos los papeles en regla, y dispuso que la película fuera estrenada en 2015 en los festivales de Toronto y Telluride. Pero Franklin se interpuso de nuevo; y de nuevo puso acciones legales para impedir el estreno. Al parecer es un problema de dinero, derechos y, acusa la defensa de la cantante, casi un “robo” de las imágenes filmadas en 1972, alegando que desde un principio las imágenes no podían ser liberadas sin el consentimiento de la artista. Y se ha negado a consentir, defendiendo el derecho a manejar la propia imagen.

Franklin grabando Amazing Grace. 

El embrollo legal terminó en 2017, tras dos años de peleas legales, con los encargados del festival de Telluride cediendo casi por cansancio ante Aretha Franklin. Se explicó que no entienden bien las razones que ella tiene para no querer mostrarlo, pero que no les queda otra, ante tanto ir y venir en la corte, que respetar su voluntad. Esperan, claro, que algún día pueda estrenarse.

Ahora, en agosto de 2018, Aretha Franklin se encuentra un débil estado de salud, tras una batalla con el cáncer y haber cancelado sus presentaciones durante el último año. El material del documental se vuelve aún más valioso, como un testimonio en movimiento de su álbum más exitoso y de su legado en el mundo de la música.