Cross-Play: todos juegan, todos ganan
Al fin, después de muchos reclamos por parte de la comunidad, ahora es posible que usuarios de PlayStation, Xbox, Nintendo y PC puedan jugar el mismo videojuego de manera simultánea. Ya era hora.
Hugo, Francisco y Luis son tres amigos. Van al colegio y les gusta jugar videojuegos en línea. Y si bien a los tres les gusta el mismo título, hay un problema: los tres tienen consolas distintas. Por ende, sólo pueden jugar con quienes tengan el juego sólo en la misma plataforma. De esa manera, Hugo, Francisco y Luis no pueden jugar simultáneamente su juego favorito. Lástima.
Aunque, para ser honestos, esto siempre ha funcionado de la misma manera: sólo se puede jugar en línea con quienes tienen la misma consola, ya sea Nintendo, PlayStation o Xbox. Para qué decir de los usuarios de PC, que ni siquiera deben desembolsar dinero para jugar en línea. En resumen, juntos pero no revueltos. Pero por suerte, estas (ridículas) barreras de exclusividad acaban por fin de caer. Y hoy ya es posible que usuarios de Xbox puedan jugar en línea con algún jugador de PlayStation. O de Nintendo. O de PC.
A esa nueva característica se le ha denominado cross-platform play o, más sencillo, cross-play. Técnicamente, la posibilidad ha existido desde hace años. Pero los fabricantes siempre se han negado principalmente por dos motivos: por la desventaja es el uso de controles (se asume que quienes usan el combo teclado/mouse tienen la ventaja sobre usuarios que usan controles de consola más tradicionales) y –más significativo– por el hecho de que cada fabricante quiere que sus espacios en línea –a los que se accede tras el pago de una mensualidad– sean ambientes seguros y consistentes entre personas que usan la misma plataforma.
Sin embargo, ante la creciente popularidad en los últimos años de los juegos multijugador competitivos en línea, la comunidad cada vez estuvo más vehemente a la hora de exigir que esta posibilidad fuese una realidad. Pero no hubo caso. Eso hasta hace un par de años, cuando Microsoft ofreció una luz al permitir que usuarios de su consola Xbox podían jugar Minecraft junto con quienes jugaran el mismo juego en PC. Cierto, ambos ambientes son parte del mismo dueño. Pero se trataba de todas formas de dos plataformas distintas y, en consecuencia, una posibilidad real.
La demanda generalizada alcanzó un peak en los últimos meses. Primero, sin tanto ruido, sucedió durante el 2016 con la comunidad del Rocket League, un juego competitivo donde básicamente hay que jugar fútbol, pero dentro de automóviles. Como primer paso, hubo éxito y, así, usuarios de Steam (PC) podían jugar contra usuarios que venían desde Xbox Live. Y después ocurrió el mismo fenómeno en el que es, por lejos, el videojuego más popular del momento: el Fortnite Battle Royale. El clamor comunitario fue tal que de manera inédita tanto Nintendo como Microsoft decidieron abrirse para que cualquier jugador pudiese jugar, entre plataformas, con gente que estaba jugando el mismo título. De manera simultánea, claro está.
Faltaba otra plataforma, la PlayStation. Y ocurrió el milagro: Sony anunció que por fin se abriría con el Fortnite para que usuarios de otras plataformas pudiesen jugar entre ellos. Al fin, el concepto se logra destapar definitivamente en lo que, en términos de industria, no está lejos de ser un verdadero hito histórico.
Shawn Lyden, presidente de Sony Interactive Entertainment, comentó que la demora se debía a una “serie de contratiempos técnicos, de negocios y de servicio al consumidor”.
“Establecer una modalidad cross-play es complicado”, agregó, “aunque es algo en lo que definitivamente nos hemos demorado más de lo que me habría gustado. No basta con simplemente prender un interruptor y listo. Por el contrario, esto una característica multi dimensional”.
La apertura cross-play no sólo es un inmenso beneficio para la comunidad de videojugadores. También lo es para la misma industria. Porque a partir de la meta data que se pueda recolectar de los hábitos de juego que esta nueva modalidad permita, la cantidad de nuevas percepciones al respecto puede ser profundamente novedosa e iluminadora. Definitivamente, son nuevos tiempos.
Y a pesar de la tozudez que pudo haber mostrado Sony en los pasados meses, ahora toda la industria está alienada y es el comienzo de una nueva era para la industria de videojuegos. Lo mejor: todos ganaron. Hugo, Francisco y Luis ya no caben en sí de alegría.