Las enfermedades que podrían resurgir por los movimientos antivacunas
El preocupante aumento de estos grupos ha hecho que la Organización Mundial de la Salud los considere entre las diez amenazas principales de la salud global.
No hay persona que no se acuerde de la primera vez que fue vacunada, algunos con más dolor que otros. Sin embargo, durante los últimos años ha aumentado un sector de la población que se ha catalogado como “antivacunas”, que son quienes afirman que las inyecciones generan efectos adversos en los niños y que, incluso, tendrían vínculos con el autismo.
José Vicente González, científico y académico de la Facultad de Química y Farmacia de la Pontificia Universidad Católica, enfatiza en que existe evidencia científica que respalda el funcionamiento de las vacunas y que su no aplicación podría generar el resurgimiento de patógenos controlados como difteria, tos ferina, tétanos y sarampión.
“[Las vacunas] al funcionar efectivamente, han hecho olvidarse de las enfermedades inmuno predecibles. Ya nadie tiene idea de qué es un paciente enfermo de polio o con sarampión porque las vacunas funcionan bien. Entonces, al perder ese susto, se cree que las vacunas empiezan a ser menos usables, pero no por eso es posible dejarlas de administrar”, asegura el académico.
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Las cifras son tan alarmantes que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha catolago a los antivacunas como parte de las diez amenazas principales de la salud mundial. “Tú ves las cifras de sarampión en los últimos tres años y en Europa se ha triplicado. Acá en Chile no teníamos un caso desde 1992, y si bien han llegado desde afuera, comienza a ser preocupante”, comenta González.
Su Origen
El médico británico Andrew Wakefield publicó una investigación en el año 1998, donde estableció un vínculo entre autismo y la vacuna que protege a los humanos contra el sarampión, rubeola y paperas, tras solo examinar a 12 niños con esa enfermedad. El estudio causó polémica en la comunidad científica debido a lo pequeño de la muestra. Además, generó un nuevo brote de sarampión.
Tras varios experimentos con mayor rigurosidad, no se puedo respaldar lo afirmado por el médico británico. Por el contrario, la revista científica que publicó el artículo lo cuestionó y luego lo borró de sus archivos y en 2010 el Consejo General Médico del Reino Unido prohibió a Wakefield ejercer su profesión tras descubrir que había realizado el escándalo para poder desarrollar otras vacunas y obtener beneficios económicos.
“Hay tantas noticias falsas que no son más que eso. […] Las vacunas son la cura de bastantes enfermedades. Hay que entender que esto es un tema de salud pública”, afirma el científico.
Mire la entrevista de José Vicente González en La Invención del Futuro: