De las procesiones a los huevos de chocolate: cómo ha cambiado la forma de conmemorar
El historiador Cristóbal García Huidobro cuenta la evolución de Semana Santa.
El pasado 14 de abril, con la tradicional celebración del Domingo de Ramos, los cristianos comenzaron las celebraciones de Semana Santa, donde conmemoran la pasión, muerte y resurrección de Cristo.
Veintiún siglos después del comienzo de esta festividad, el pueblo católico sigue manteniendo varias tradiciones muy arraigadas en los hogares. Sin embargo, no todo sigue siendo igual que al comienzo, ya que la forma de conmemorar es muy distinta hoy que en siglos anteriores.
Desde la austeridad y sobriedad en el vestir hasta los ya clásicos huevitos y conejos de chocolate. El historiador Cristóbal García Huidobro conversó con Maritxu Sangroniz en Un Día Perfecto y explicó la evolución que ha tenido la forma en que se celebra esta tradicional fecha católica.
Celebraciones en época colonial
La pascua, explicó el académico, comenzó en el mundo europeo. “Llega a Chile en el siglo XX. Cien años después de la llegada de los colonos alemanes, porque esto principalmente se celebraba en las colonias (…) Además, no estaban los recursos para hacer grandes celebraciones, pero sí había procesiones. Era una celebración bastante dramática en el tiempo de Cuaresma, ya que la idea era sacrificarse: si Cristo dio su vida, que importaría sufrir un poquito y hacer un sacrificio”.
Datos curiosos del conejo de pascua
El historiador comentó que la tradición del conejo de pascua se inició con una liebre y no un conejo como es hoy en día. “Originalmente no era un conejo, era la liebre de pascua (…) Las liebres, al igual que los huevos, eran símbolo de fertilidad. Además, esto tendía a ser mirado como un sinónimo de la Virgen María”.
Si hablamos sobre los conocidos huevos de chocolate, estos tampoco eran algo de las épocas pasadas. Antiguamente, cuando llegaba el momento de celebrar, sí se comían huevos, pero cocidos para poder mantenerlos por más tiempo.
“El huevo de chocolate surge como una versión de regalo de lo que eran los huevos de pascua, porque no bastaba solamente con el diseño, sino que entregarle algo dulce a los niños. Esto nace, porque en Alemania a alguien se le ocurre vender este tipo de huevos y aparentemente la idea fue bastante lucrativa”, explicó.
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