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Gastón Soublette ahonda en las razones de su crítico diagnóstico del presente

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POR Cristián Rodríguez |

El académico UC repasó con Cristián Warnken su mirada de la cultura, de la deshumanización moderna y del aporte de los jóvenes, recogidas en su reciente libro.

“El corazón ve, siente y presiente” dice de entrada el profesor de la Universidad Católica.

En su reciente libro “Cartas públicas, ideas y reflexiones de Gastón Soublette“, publicado por El Mercurio, el autor profundiza acerca del empobrecimiento de la calidad humana, rescatando la importancia del pueblo dentro de la cultura, por sobre el de la élite.

Soublette visitó el jardín de Cristián Warnken en PAUTA y se sumergió en una conversación abierta y franca con el intelectual. Le confesó que le gusta caminar por la ciudad. Que es un ritual que practica de manera cotidiana para descubrir partes de la cultura chilena, en especial cuando lo hace cerca de su casona de estilo genovés en Limache, el lugar donde vive, la que está rodeada de árboles que superan los 100 años.

“Cuando un pueblo es dueño de su cultura, está protegida”, comenta el discípulo y seguidor de talentos tan diversos como Violeta Parra y Confucio.

Su desazón de la sociedad industrial

La conversación se sumerge hacia comienzos del siglo XIX, en lo que fueron los albores de la sociedad industrial. “La humanidad ya no necesita esta maquinaria gigantesca. Algo que se pensó para bien en el hombre, ahora está destruyendo la vida”, sentencia Soublette, quien parece recordar la nostalgia de “los poetas en los tiempos de miseria” de Friedrich Hölderlin, en relación con el vacío espiritual que enfrenta el hombre moderno.

“El descenso de calidad humana es a nivel mundial, porque el modelo de civilización es puramente tecnológico, aleja al hombre de lo natural y neurotiza a las masas. Entonces, los empobrece espiritualmente de una manera trágica”, explica el experto en Estética, quien a través de El Mercurio ha participado en el debate público nacional en los últimos cuarenta años.

¿Tiempos de indigencia espiritual?

Virtud, sabiduría y fe. Esas son las cualidades que falta potenciar para complementar al hombre de hoy que vive en torno al consumo. “Antes la vida era un don, hoy es un problema que se soluciona con recursos financieros, tecnología apropiada y capacitación”, critica Soublette.

Amigo y amante de la literatura, del caminar entre la naturaleza y de la música, el intelectual –quien recibió dos flautas chinas como regalo de parte de Mao Tse Tung- destaca la preocupación por el mundo interior del hombre. “Está ocurriendo una polaridad que no pertenece al sistema, donde la gente rechaza esto, busca conocerse a sí mismo y vivir una vida más auténtica”, refuerza el filósofo.

A pesar de que hace falta equilibrar lo material con lo espiritual, su mirada es optimista frente a las nuevas generaciones. “Siento que antes la palabra sabiduría era atribuible solo a los ancianos, pero hoy el joven tiene sabiduría”, agrega, relatando su experiencia con los estudiantes universitarios a quienes imparte clases en la UC.

Vea la conversación completa entre Gastón Soublette y Cristián Warnken