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La última estación en el largo recorrido del cine de Scorsese

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Créditos: El Periódico de Catalunya
POR Fernanda Valiente |

El proyeccionista David Vera Meiggs rememora junto con Cristián Warnken las principales temáticas de las obras maestras del director de la recién estrenada “El Irlandés”.

Venecia. 1988. Llega la hora de la proyección de la película La última tentación de Cristo (1988) de Martín Scorsese (1942-). Hay amenazas de bombas. Los espectadores, antes de entrar a la sala de cine, son revisados exhaustivamente, y los seguidores del sacerdote conservador Marcel Lefebvre lanza globos de tinta, describe el proyeccionista de películas, David Vera Meiggs

En tal escenario, recuerda su encuentro con el ganador del Óscar por Los Infiltrados (2006) a la salida de la conferencia de prensa. 

Vera Meiggs alza su mano y le pregunta a Scorsese sobre su mirada centrada en la perspectiva neoyorquina.

“Entonces él se molestó mucho y me dijo, ‘quiero hablar con usted después’ y yo le dije, ‘te espero en la salida’. […] Escuchó que a mí la película me había parecido enfática, no había considerado a su público objetivo y que, en definitiva, lo que había tratado era causar sensación”, dice en Desde El Jardín.  

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El proyeccionista reconoce que Scorsese —proveniente de Little Italy, en Nueva York—, como cualquier ser humano, tiene sus altos y bajos en la dirección cinematográfica. Sin embargo, rescata la emoción excesiva como una especie de sello, que funciona como una herencia de sus abuelos sicilianos y que lo acerca al estilo del neorrealismo italiano. Y destaca que si en algún minuto consideró ser sacerdote, su pasión por el cine venció esa idea. 

Boxcar Bertha (1972)

La tensión moral es recurrente en la obra de Scorsese, plantea Vera Meiggs, donde los sujetos luchan por la redención. Un tema, agrega, que usó mucho Roberto Rossellini, del cual el cineasta neoyorquino fue un seguidor.

En esa pugna interna que traen sus personajes, con un duro trasfondo social, se encuentra Barbara Herhsey —quien representa a María Magdalena en La última Tentación de Cristo (1988)—en Boxcar Bertha (1972), donde un dúo de bandidos se enfrenta a una sociedad dividida.

“Ya es una película compleja, interesante, que sabe mantener su historia con la tensión justa entre la emocionalidad interior de los personajes y la aventura transgresora”, dice.

Taxi Driver (1976)

El cineasta se traslada a los años 70, a la ciudad de Nueva York, para continuar explorando la tensión moral de sujetos marginados, como ocurre con Robert de Niro en Taxi Driver (1976).

Pero a diferencia del personaje de Hershey en Boxcar Bertha (1972), para Vera Meiggs, Travis Bickle representa un ángel caído, que no puede ejercer su labor dadas las circunstancias en las que está, “pero que decide hacer una campaña de purificación”. De esta forma, postula que cuando el personaje recurre a múltiples asesinatos para salvar a un personaje, el espectador desconoce su culpabilidad. Incluso, pareciera que le habla a Dios, quien deambula por sobre todos, cuando el taxista pregunta “Are you talking to me”?, sostiene el proyeccionista. 

—Hay una dimensión teológica en Scorsese— dice Cristián Warnken.

—De verdad que sí— responde Vera Meiggs. 

Toro salvaje (1980)

Como presenta la BBC, en el Salón de la Fama de Boxeo Internacional, el boxeador que falleció el 2017, Jake LaMotta, también conocido como “el toro del Bronx” obtuvo 83 victorias (con 30 knockouts, 19 derrotas y 4 empates).

Otro clásico protagonizado por De Niro. En este caso, Scorsese demuestra cómo un deporte tan rudo como el boxeo puede alcanzar la compasión y hasta la penitencia, sostiene Vera Meiggs, porque cuando el boxeador recibe golpe tras golpe en el ring y empieza a caer, se da cuenta de que nada es gratuito. 

New York, New York (1977)

Por otro lado, Scorsese también exploró el amor, en manos del género musical. En un contexto social donde EE.UU gana en la Segunda Guerra Mundial, un saxofonista conoce a una cantante —interpretada por Liza Minnelli—y se enamoran. Sin embargo, frente al amor doméstico termina ganando el espectáculo, dice el proyeccionista.

La edad de la inocencia (1993)

“Quiero que me cuente acerca de May. ¿Está muy enamorado de ella?”, le pregunta Michelle Pfeiffer, una mujer de la alta sociedad que se separó de su marido, a Daniel Day-Lewis, un abogado que pronto será el esposo de la joven Winona Ryder.

Inspirada en la novela homóloga de 1920 de Edith Wharton, el proyeccionista destaca que en esta sociedad lo que importa finalmente, son las apariencias.

Si es que muchos se preguntaron qué hacía el cineasta del mundo del espectáculo y de la tensión moral con una historia de época, señala el crítico, Scorsese demostró que lo podía manejar. “Y la película es una verdadera joya de ambientación, de deslumbre visual, pero al mismo tiempo de manejo de estas emociones que están prensadas en el convencionalismo y en la posición que no admiten ciertas cosas. No admiten ciertas cosas esenciales, como la libertad o a la posibilidad de elegir, sino que uno tiene que someterse a las necesidades de un grupo social […]”, afirma. 

El irlandés (2019)

“Yo pinto casas”, un código que utilizan los sicarios del siglo XX en EE.UU. Así parte la última película de Scorsese.

En este caso, la ruptura de las cuatro paredes al inicio del largometraje que en esta ocasión alcanza las tres horas y media, con un Frank Sheeran (De Niro) envejecido, y los saltos temporales son los elementos que hacen brillar la historia acerca del crimen organizado. 

“Es porque el relato va constantemente del presente al pasado y de repente te quedas mucho rato en el pasado y olvidamos que esto es un racconto, es alguien que está recordando”, dice Vera Meiggs. 

Y, a su juicio, es la gran obra de Scorsese. 

Hugo (2011)

Una historia que trabaja con la fantasía. Un niño que vive tras el gran reloj de una estación en París se encuentra con George Méliès (1861-1938), el padre del cine, como sostiene Vera Meiggs. 

—¿Y por qué es padre del cine?— pregunta Warnken.

—Porque descubre el lenguaje y todo el trucaje que existió […] hasta la aparición de los inventos digitales— dice el proyeccionista. 

Vea el programa sobre Martín Scorsese

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