El cine del individuo ante la encrucijada social
La jubilación de un anciano italiano en los 50, la lucha de una obrera revolucionaria en Estados Unidos y la reivindicación de una profesora chilena son algunas de las historias del neorrealismo.
David Vera-Meiggs, el “proyeccionista de películas” de PAUTA, cuenta que ha estado leyendo un poco de filosofía hindú, la que explora “la fragilidad del destino humano”.
Su afición se despertó debido a las manifestaciones sociales. ¿Qué ocurre con el individuo en medio de esta masa? Por eso trae a Desde El Jardín, de Radio PAUTA, una lista de largometrajes inspirados en el neorrealismo italiano, con una fuerte corriente social.
El proyeccionista entrega el dato para encontrar las películas clásicas, ocultas en una camisería: se trata de la tienda Videos y Discos Clásicos, ubicada en Avenida Providencia 1433.
A continuación el listado de películas que exploran las diferentes encrucijadas sociales que pueden afectar al ser.
Umberto D.
Vittorio de Sica (1950)
El cineasta de Ladrón de bicicletas (1948) trae otra historia reconocida por el neorrealismo italiano, una corriente que llegó a Latinoamérica, Hollywood y hasta la India, señala Vera-Meiggs.
Umberto Domenico Ferrari debe luchar por su dignidad cuando su jubilación ni siquiera le alcanza para alimentar a su perro. Incluso llama al hospital para declararse enfermo y poder recibir la ayuda necesaria.
“Sin embargo, hay mucha belleza en esta película, porque es de un naturalismo que quizás es el límite al que se puede llegar en términos de verosimilitud. Hay fragmentos […] que existen por el solo hecho de mostrar lo que muestra, no por un hecho dramático”, destaca Vera Meiggs.
—¿Es como un neorrealismo llevado al extremo-extremo?—pregunta Cristián Warnken, el anfitrión en Desde el Jardín.
—Extremo-extremo—responde el proyeccionista. Y añade—: No hay una tesis […] es simplemente “esta es la vida”.
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Norma Rae
Martin Ritt (1979)
Está inspirada en la historia de Crystal Lee Sutton. Protagonizada por Sally Field —quien obtuvo un Oscar por su actuación—, narra cómo una joven madre luchadora, ignorada por los hombres que la rodean, logra movilizar a sus compañeros de trabajo.
“Estamos hablando de una obrera de una fábrica de hilos en el sur de Estados Unidos […] que busca en la poesía, en la cultura, un grado de conciencia mayor al que ha podido acceder”, explica el proyeccionista.
Lo interesante de este cineasta es que incorpora una visión opuesta a la imperante de la época. Martin Ritt, quien tiene sus raíces en el realismo, “fue un cineasta que desarrolló una obra más bien despojada de toda la espectacularidad hollywoodense y que se afirmaba en muy buenos guiones y en muy buenos actores”, indica. De esta forma logró acercarse a la realidad “que los otros no querían ver”, añade.
El Sacrificio
Andrei Tarkowski (1986)
Uno de los cineastas favoritos de Warnken, quien explora el dolor del alma rusa, “de un pueblo que parece traicionarse a sí mismo […] porque carece de oídos para escuchar su propia voz interior y por lo tanto no puede liberarse de ello”, dice el proyeccionista.
Un director que dejó “en evidencia la importancia de la poesía, [que] no todo tiene que ser narrativo […] el cine también puede ser poema”, añade.
Alexander es un exprofesor de estética y crítica de arte quien vive alejado en una isla junto con sus hijos. Cuando parece llegar la Tercera Guerra Mundial, el intelectual —”quien teme por la desaparición de sus afectos”, como detalla Vera Meiggs— está dipuesto a entregarlo todo para que el mundo vuelva a la normalidad.
Un largometraje realizado en medio del deterioro de Tarkowski, quien estaba con tratamientos de cáncer, que también debió enfrentar sus propios demonios. Porque en medio de la escena final donde se quema una casa, en un plano secuencia de seis minutos de duración, la cámara se detuvo misteriosamente.
Código Desconocido
Michael Haneke (2000)
Un hombre se para en el metro de París y reclama: “Soy solo un árabe que busca un poco de afecto”. A lo lejos otro hombre se ríe, y Juliette Binoche (Doble Vida, Azul, Chocolate), la mujer sentada más cerca de él, lo ignora. “No importa”, señala el inmigrante y se sienta a su lado. Una historia que explora las relaciones distantes entre los ciudadanos de Francia, principalmente París, y los inmigrantes.
Desastres Naturales
Bernardo Quesnay (2017)
Cuando Anita Reeves (Versus), quien interpreta a una profesora de matemáticas, entra un día al aula de clases se encuentra con una sopresa para nada grata. Hay una joven reemplazante y se entera de que la han jubilado. Por eso, junto a un grupo de alumnos creará una insurrección que afectará al colegio en su totalidad y creará una rivalidad contra la directora, Catalina Saavedra (La nana).
La película, como señala el proyeccionista, muestra “la sociedad que quiere aparecer triunfalista, pero que en el fondo echa abajo de la alfombra todo el polvito, todo lo que no funciona bien, para que no se note”.
Stefan Zweig, adiós a Europa
María Schrader (2016)
Stefan Zweig fue un escritor judío austriaco, que presentó una visión de cómo descendió el mundo europeo, símbolo de refinamiento y punto de encuentro, tras la irrupción de la Segunda Guerra Mundial.
“La pregunta que se hace Stefan Zweig es ‘¿cómo en el corazón del humanismo surge el horror y los totalitarismos?'”, agrega Warnken.
En tal escenario, la película retrata su exilio a Brasil, donde parece encontrar una realidad paralela, porque se mezclan las culturas y las religiones. Un lugar que parece ser el futuro. Sin embargo, Vera-Meiggs cuenta que poco a poco se va revelando “un retrato de un alma quebrada […] y que no puede escapar de su propia lucidez”.
Como señala el proyeccionista, lo que se destaca del largometraje es “una secuencia final notable”, que en la vida real contó con la participación de nada menos que Gabriela Mistral, vecina de Zweig en Petrópolis.
Yo, Daniel Blake
Ken Loach (2016)
Película ganadora de la Palma de Oro de Cannes.
Ken Loach es otro cineasta de la vertiente realista, que explora el problema social “y que es capaz hoy día de hacer convincente un cuadro de pobreza radical […] en uno de los países más ricos”, dice Vera-Meiggs.
No se ven actores, sino personas del barrio obrero de Inglaterra, donde “se pierde la idea la interpretación”, sostiene el proyeccionista.
Daniel, un carpintero británico de 59 años enfrenta problemas cardíacos y debe seguir trabajando. Entabla una amistad con una madre soltera, quien tampoco recibe la ayuda necesaria. Juntos deben luchar contra el sistema hasta el punto de la rebeldía, que, como añade Vera-Meiggs, podría parecerse a las conductas de los chalecos amarillos en Francia o a las de algunos manifestantes chilenos.
Revise el programa completo con David Vera Meiggs
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