El primer examen a CoronApp, la aplicación de Covid-19 del Gobierno
El 16 de abril se lanzó La aplicación digital desarrollada por un equipo de Gobierno Digital. Algunos expertos compartieron con PAUTA sus impresiones sobre CoronApp.
Distintos países de la región ya se habían aventurado con la elaboración de aplicaciones para dispositivos móviles donde acceder a la información del Covid-19 en sus territorios. Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador y Uruguay, entre otros, ya contaban con sus apps desde hace semanas. Solo faltaba Chile.
Este 16 de abril por la mañana el Presidente Sebastián Piñera hizo el anuncio de rigor. A través de las redes sociales, invitó a los chilenos a descargar desde sus celulares la nueva aplicación hecha en La Moneda: CoronApp.
La tecnología nos permite, pese a la distancia, estar informados y cerca de nuestros seres queridos. Queremos entregarles más herramientas para informarse del #COVID19. Los invito a descargar la App #CoronApp para más info:
👉🏻 https://t.co/7Oj3Nmlcbe
👉🏻 https://t.co/gFPovkSeWT pic.twitter.com/Af3KlB6npB— Sebastian Piñera (@sebastianpinera) April 16, 2020
A los pocos minutos el hashtag #CoronaApp ingresó en el listado de los trending topic a nivel nacional en Twitter.
Dificultades de usabilidad
Aunque el término usabilidad no se encuentra dentro del diccionario de la Real Academia Española (RAE), la Organización Internacional de Normalización (ISO) lo define como la “capacidad del producto software para ser entendido, aprendido, usado y resultar atractivo para el usuario, cuando se usa bajo determinadas condiciones”.
Es sentido común: cualquier plataforma con la cual un usuario deba relacionarse debe ser de interacción cómoda y práctica, que se entienda y que, idealmente, cuente con una interfaz amigable.
“En la versión que probé hoy [jueves 16] temprano tenía algunos problemas de usabilidad, no era fácil de usar. De hecho, en algunas partes la información no era del todo clara”, comenta a PAUTA Alejandro Barros, académico asociado del Centro de Sistemas Públicos de la Universidad de Chile. “Ahora, entiendo que están en una etapa de testeo en la cual la están probando y que de aquí a unos días, o dentro de poco, esto se va a ir solucionando”, agrega.
Eso es así. En los próximos días el Gobierno irá actualizando las versiones, tal como sucede en general con todas las aplicaciones que existen en el mercado: se agregan mejoras basadas en los comentarios de los usuarios y en la detección sistemática de problemas.
De todos modos, el experto asegura que esto no solo era posible, sino que esperable. Por ejemplo, en Uruguay la aplicación ya ha pasado por tres versiones, en las cuales se ha ido mejorando y perfeccionando. Para comparar la usabilidad de la app chilena con alguna extranjera “habría que haberlo hecho con la primera versión de esas también. Quizás tenían los mismos problemas en un principio, pero eso ya no tenemos como saberlo”, aclara Barros.
En términos de interfaz, según María Paz Canales, directora ejecutiva de la organización Derechos Digitales, esta permite una utilización adecuada por parte del usuario, pero la necesidad de autenticarse mediante Clave única o número de identificación de la cedula de identidad, “lo cual genera complicaciones a la hora de interactuar con la app”.
Brecha digital
En cuanto a la utilidad efectiva de la CoronApp, el experto manifiesta que tiene sus dudas. “Si esto lo quieren orientar a las poblaciones de riesgo, hay que considerar que la población de riesgo tiene un mayor nivel de brecha digital. Estamos hablando de adultos mayores y personas en zonas más vulnerables, entonces no es evidente que vayan a utilizar una aplicación como esta”, afirma.
“Esto podría ocasionar que la información que recolecte la aplicación pueda estar sesgada”, comenta sobre este punto la directora de Derechos Digitales. “Evidentemente que esta aplicación asume una cierta natividad en el uso de tecnología, que no va a ser la misma en toda la población”, asegura.
Con todo, este tipo de app permite incluir los datos de terceros. Por lo tanto, bien podría suceder que un miembro más joven del hogar pueda llenar los datos de sus padres o abuelos.
La cantidad de datos
Además, para hacer un completo y correcto uso de la plataforma, se solicita que el usuario proporcione una gran cantidad de datos, entre ellos la geolocalización, el consumo de medicamentos o la preexistencia de enfermedades. Esto se podría volver en contra de la app, ya que según indica Barros, “mientras más datos pides, mayor es la barrera de entrada”.
Por otro lado, Canales comenta a PAUTA que, “no hay claridad de la utilidad real de cierta data, como el uso de clave única y la información de GPS. Además, la información de autodiagnóstico debe ser acompañada de capacidad de respuesta del sistema de salud para ser útil o puede generar una demanda que el sistema no podrá absorber adecuadamente”.
Es más, la experta comenta que incluso la utilidad del GPS puede ser cuestionada, ya que existen mecanismos para vulnerar la data que la geolocalización proporciona. Además, este mecanismo de localización, por sí mismo, depende de las condiciones de conectividad, por lo cual existen altas probabilidades de que pueda arrojar errores sobre la ubicación.
En cualquier caso, en las próximas versiones se incorporarán elementos atractivos para incentivar a los usuarios a descargar la plataforma. Por ejemplo, que gracias a los datos propios y los del resto de la comunidad se visualicen mapas de sectores con mayor prevalencia de contagios incluso dentro de cada comuna. Esa información, por lo demás, puede resultar muy útil para la ejecución más fina de políticas públicas de contención de la pandemia.
Riesgos de privacidad
El tercer punto que ha levantado alertas y que incluso podría mantener a algunos usuarios alejados de utilizar la app, es el criterio de privacidad.
“Aquí hay dos bienes en conflicto, el tema de la privacidad y el tema de la salud pública”, afirma Alejandro Barros. “Yo creo que efectivamente las personas tienen que perder ciertos niveles de privacidad en función de la salud pública, pero finalmente una vez que termine este episodio de la pandemia no se sabe qué pasará con todos esos datos ni cual es el compromiso”, agrega.
Canales concuerda en dicho punto. “No hay claridad de los controles en el uso de la información recolectada, que son datos sensibles de salud, más allá del compromiso vago de cumplir con la normativa de salud y general de datos personales”, comenta.
Al consultar sobre esto a Gobierno Digital, realizadores de la aplicación, indicaron que “el tratamiento de estos datos se rige por la política de privacidad de la aplicación y por los Términos y Condiciones de uso de la aplicación, los cuales el usuario necesariamente deberá consentir en forma expresa previo a su uso”.
Así es como en la política de privacidad se puede leer que “la información registrada en la aplicación será almacenada y replicada en una nube privada bajo la completa administración del Minsal, en Amazon Web Services (AWS) correspondiente a la región ‘US-East Region’ el cual se encuentra físicamente en Estados Unidos de América en el estado de Virginia”.
Además, se asegura que la utilización de esta tecnología respeta la confidencialidad y privacidad de la información de sus usuarios de acuerdo con la legislación chilena, y que los datos serán almacenados y tratados durante el tiempo que sea necesario para la protección de la salud pública.
Por último, señala que, para fines históricos, estadísticos, científicos y de estudios o investigaciones, se podrán almacenar y utilizar los datos por un período de 15 años, con las debidas medidas de seguridad y garantías de anonimización.
Y es que, aunque la intención con esta aplicación es clara y positiva, difícilmente podrá solucionar varios de los problemas que se han presentado en esta nueva época de pandemia. “Todos estos mecanismos hacen que la tecnología pueda verse como interesante a primera vista, pero en la realidad y en los detalles no va a ser capaz de cumplir con las funcionalidades que se pretende”, augura Canales.
Otras app en América del Sur
Chile está a la zaga de casi todo el resto de América del Sur en el lanzamiento de este tipo de plataformas.
Sí tiene en común el nombre con otra app de la región: Colombia.
A continuación está la lista de aplicaciones oficiales sobre el Covid-19 y la fecha de lanzamiento de las versiones originales.
Argentina: “Covid-19 Ministerio de Salud“. Lanzamiento: 22 de marzo
Bolivia: “Coronavirus Bolivia“. Lanzamiento: 15 de marzo
Brasil: “Coronavírus SUS” Lanzamiento: 28 de febrero
Chile: “CoronApp“. Lanzamiento:16 de abril
Colombia: “Coronapp“. Lanzamiento original: 12 de marzo
Ecuador: “Salud EC“. Lanzamiento original: 25 de marzo
México: “Covid-19MX“. Lanzamiento: 2 de abril
Paraguay: “Covid-19 PY“. Lanzamiento: 31 de marzo *
Perú: “Perú en tus manos“. Lanzamiento: 3 de abril
Uruguay: “Coronavirus UY“. Lanzamiento: 20 de marzo
Venezuela: sin nombre oficial. Lanzamiento: no existen anuncios
* Exclusiva para pacientes en cuarentena y personal de salud
De acuerdo con datos de las tiendas de app, hasta la publicación de este artículo la app CoronApp del Gobierno de Chile había sido descargada casi 4.000 veces. Se espera que esa cantidad aumente con los días, cuando las propias tiendas para dispositivos Android y de iOS permitan un hallazgo más directo en la búsqueda de esta plataforma.