El inesperado ataque que llevó a la implosión del líder de INXS
En 1997, con 37 años, Michael Hutchence no podía más. Llevaba cinco años atormentado por la pérdida del olfato, que contribuyó a una personalidad cada vez más errática.
Hay algo poderoso en la música australiana. Kylie Minogue despierta la sensualidad en su estilo pop. Luego, al escuchar a Nick Cave, se experimenta la nostalgia más pura con su barítono con creaciones como “Into my arms”.
Y Michael Hutchence, vocalista de INXS, siempre estuvo en una búsqueda.
Primero, sentir amor.
En sus relaciones con Michele Bennett, Minogue y Helena Christensen, el artista australiano buscó la compañía. Porque la vida de un músico puede ser tan intensa como solitaria.
Segundo, sentir, vibrar con la música. De entrevista en entrevista, el cantante explicaba en el documental Mistify: Michael Hutchence (2019), hoy en Netflix, que todo valía la pena por estar dos horas en el escenario.
La banda de INXS se creó en el auge de los años 80. Hutchence, la mente detrás de las letras y las melodías del grupo, se hizo su lugar en la esfera rockera en medio de figuras como Mick Jagger y Billy Idol, y dejó una huella imposible de borrar. Pese a que su estilo era más sobrio tanto en estética como en movimientos, tenía un carisma especial que atrajo la mirada del público.
Interesado en la generación Beat
“Me siento muy honrado de abrir oficialmente este sitio web conmemorativo que ha sido creado como un homenaje a la memoria de nuestro amado Michael”, son las palabras introductorias de la página oficial fundada por el padre del músico, Kelland Hutchence, publicadas el 11 de octubre de 1999. En ella se reúne material de su vida, su trabajo y recuerdos familiares.
Por ejemplo, la modelo danesa Helena Chistensen, expareja de Hutchence, menciona que no olvidará aquellos tiempos en los que actuaron como niños y se divirtieron. Dice que escucha INXS cuando el cielo se torna un púrpura oscuro. Y su amigo Greg Perano entrega recuerdos cuando iban de paseo de noche y hacían trekking. También hace alusión a su carácter introvertido, a su risa contagiosa y a su secreto mundo erudito.
Resulta que el interés musical de Hutchense, quien nació en 1960 en Crows Nest, Australia, siempre estuvo muy ligado a la literatura. Pese a que en el documental de Netflix el cantautor contó que conocía a algunos intelectuales, sabía que no pertenecía a ese mundo. Pero sus lecturas lo contradicen. Interesado por el movimiento Beat y la filosofía, las entrevistas retratan cómo quiso ser más que un músico atractivo y ser considerado un artista completo.
Se puede vislumbrar un ser humano que intenta dejar una huella, y no una mera imagen de sex symbol rockero con pantalones de cuero ajustados, pelo sin lavar y desordenado, además de camisas sueltas.
Y su voz. Qué podía hacer, era su voz.
Varios reconocen que la magia del australiano se encontraba en su capacidad vocal. Desde tonos muy altos hasta unos muy bajos, Hutchence creó con la práctica un dominio impecable de las distintas tonalidades pasando a ser un referente de los 80.
Una infancia en movimiento
El cantante nació el 22 de enero de 1960. A los cinco años se fue a Hong Kong por el trabajo de su padre en una compañía que importaba vacuno de Australia y vino y alcohol de Francia. A los 12 regresó a Sydney. A los 15 años sus padres se separaron, por lo que se fue con su mamá a Estados Unidos, donde se encontraba su hermana Tina.
En su infancia, la buena música siempre estuvo presente. Tenía oído para Ella Fitzgerald y Frank Sinatra, y para Los Beatles y los Rolling Stones.
Al salir de la escuela fue a perseguir su sueño: formar una banda. Como la mayoría de los músicos, Hutchence y unos compañeros iniciaron su trabajo en pubs haciendo covers. Su carisma como cantante no tardó en ser notado una noche por Garry Morris, el manager de Midnight Oil.
Enfrentó la encrucijada de toda banda, de todo grupo artístico, de todo creador: el nombre. Debido al nivel de energía que plasmaban en sus presentaciones, se quedarían con INXS (que suena “in excess”, que en español es “en exceso”).
A cuatro años de lanzar sus sencillos “We Are The Vegetables” y “Simple Simon”, la banda realizó su primer tour mundial. El peak lo alcanzó a fines de los 80 y a inicios de los 90: fue nominada en tres ocasiones a los premios Grammy (1988, 1990 y 1993).
En medio de este auge, Hutchence creó su base de fanáticos alrededor del mundo y los viajes no paraban.
El accidente del que nadie supo y lo cambió todo
Fue 1992 el año que cambiaría la vida del líder. Para mal. Un altercado con un taxista en Dinamarca, donde compartía varios meses del año con su novia Helena Christensen, lo dejó con un daño permanente. Un daño que, incluso, se acrecentó con el tiempo.
Solo habían salido a comer pizza. Como relata la modelo danesa, de pronto un taxista gritó a Hutchence que se corriera de la calle. Luego lo golpeó, provocando que el músico colapsara y chocara su cabeza contra el cemento.
Christenen agrega que, durante las primeras semanas, el líder musical estuvo inapetente, y casi violento. En los ensayos, los otros músicos también sintieron sus cambios de humor.
Además, el accidente potenció sus inseguridades. Y el ascenso de bandas como U2 y Oasis comenzaron a afectar el éxito de INXS.
La personalidad errática también lo alejó de su novia, hasta que conoció a la presentadora de televisión galesa Paula Yates, madre de tres hijas, y quien sería detenida después por posesión de drogas.
La pareja tuvo una hija: Heavenly Hiraani Tiger Lily, hoy de 23 años. La paternidad tampoco detuvo su adicción por la heroína.
Una repentina despedida
Como relata The Guardian, la noche anterior a la muerte del músico se “veía relajado pese a la presión de los procedimientos legales entre Yates y su exesposo Bob Geldof y su custodia de las tres niñas”.
El ídolo murió el 22 de noviembre de 1997. “Cerca del mediodía, una mucama encontraría el cuerpo desnudo de Hutchence en su suite. […] No había una nota suicida, sino botellas de alcohol, y cinco prescripciones médicas, incluyendo el antidepresivo Prozac”, se recoge en los registros periodísticos.
Michael Hutchence se había ahorcado.
El diagnóstico neurológico
¿Cómo un accidente tan repentino puede haber transformado tanto la personalidad del líder de INXS?
Casi al final del documental, especialistas describen cómo el daño de su lóbulo temporal izquierdo, producto del altercado con el taxista, cambió para siempre la percepción del cantautor. El llamado “inicio de la ira de Michael contra el mundo” fue detonado por la pérdida de olfato, que se vincula directamente con las emociones y va creando un vacío con el tiempo.
Así, poco a poco, la vida del australiano se convirtió en una pesadilla, porque ya no podía compartir la experiencia de una comida con otros. Solo podía acceder a las texturas de los alimentos.
Llamado un “soñador” en sus reportes escolares, el creador de “Never tear us apart” luchó por cinco años con un dolor que lo ahogaba más y más. Si bien varias fueron las primeras teorías de su muerte, su hermana Tina junto con Patricia Glassop (la maquilladora que acompañó al músico) intentan dar luz de cómo fue la vida del artista a través del libro Just A Man: The Real Michael Hutchence (2001).