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La antigua herencia de la comedia en el cine italiano

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POR Fernanda Valiente |

El crítico David Vera-Meiggs explora las piezas de ese género que mejor reflejan la identidad y la cultura de los ciudadanos de ese país europeo.

Después de la caída del régimen de Benito Mussolini, y a través de un referendo, en junio de 1946 se formó la República de Italia. Un país que más allá de su tradición cultural, culinaria y deportiva tiene una marca registrada en el cine. Y especialmente en el género de la comedia, entre sus modismos exagerados y su tradición etrusca. 

“Los italianos son los mejores alumnos que tuvo la comedia griega”, señala el proyeccionista de películas David Vera-Meiggs. “Ella nos lleva a estar más cerca del sentir popular”, agrega.

Y a través de estas obras, como señala Cristián Warnken, conductor de Desde el Jardín, de Radio PAUTA, lograron explorar tanto sus virtudes como defectos.

A continuación, algunas de las comedias italianas más inolvidables.

Pan, amor y fantasía (1953)

Luigi Comencini

Un ciudadano de provincia se enamora de una mujer huérfana, interpretada por Gina Lollobrigida, que presenta una gran afinidad para el baile.

En medio de una sociedad recatada, “ella lucha por vencer los prejuicios de su sensualidad“, sostiene Vera-Meiggs.

Los desconocidos de siempre (1958)

Mario Monicelli

“Fue un suceso mundial. Es que la historia no podía ser más significativa. Un grupo de ladrones organiza un gran atraco que requiere de varias especialidades”, que van desde la seducción hasta el perfecto engaño, comenta el proyeccionista. 

“La película ha tenido tanto éxito, que todos vimos una situación similar con George Clooney y Brad Pitt [en Ocean’s Twelve (2004)]”, agrega.

Monicelli fue uno de los grandes innovadores del género. Ocurre que el cineasta era florentino, de tradición etrusca, cultura que creó la representación sonriente de los muertos. “Entonces no casualmente Monicelli toma esto y define el humor como  ‘cuando uno se ríe a pesar de todo'”, comenta.

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Divorcio a la italiana (1961)

Pietro Germi

Cuando un barón italiano, quien lleva 12 años casado, se enamora de su sobrina de 16 años, hará lo posible para que su esposa cometa infidelidad para librarse de ella. 

Matrimonio a la italiana (1964)

Vittorio De Sica

Sophia Loren representa a una prostituta que recibe a un cliente frecuentemente. Un día le revela que uno de sus tres hijos es suyo.

Cuando su pretendiente pide conocerlo, ella le responde ‘para mí todos mis hijos son iguales’. De esta forma De Sica resalta a la gran figura materna italiana, símbolo esencial de la cultura familiar del país. 

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Querido diario (1993)

Nanni Moretti

“Le dije una vez que era el Woody Allen italiano”, ríe Vera-Meiggs. “[Y] me miró sumamente serio. ‘Hay cosas que yo no hago’, me dijo”.

Un filme ideal para conocer la cultura italiana, ya que en tres episodios Moretti, quien protagoniza la historia, reúne algunas de las características del ciudadano común.

Si es que a simple vista presenta un trasfondo más bien ligero, el espectador irá descubriendo que se oculta una densidad. Detrás de las simpatías se crea “un cuadro bastante agudo sobre las mistificaciones italianas”, dice Vera-Meiggs. De esta forma, el cineasta explora que las apariencias muchas veces no se condicen con la realidad. 

Si Dios quiere (2015)

Edoardo Falcone 

Un médico acomodado solo cree en sus habilidades y en el mundo científico. 

Su mundo se comienza a desmoronar cuando un hijo revela que quiere ser cura. “Obviamente es de izquierda, superprogre y va a estar en la mira del doctor. Se van a hacer amigos, nada más que para uno destruir al otro”, cuenta el proyeccionista. 

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No renuncio (2016)

Gennaro Nunziante

“Es la película italiana de mayor éxito del siglo XXI”, destaca el proyeccionista.

La historia sigue la vida de un funcionario público (Checco) que lleva una vida mediocre, que sin embargo lo logra satisfacer plenamente. Por ende, cuando el Estado se moderniza y es obligado a despedir personal, Checco se niega.

Es así como termina siendo trasladado a Noruega para realizar una labor bastante particular: debe contabilizar la disminución de la producción de espermios en osos polares.

Vea la conversación entre Cristián Warnken y el proyeccionista de películas David Vera-Meiggs