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Joseph Ramos: los economistas “tuvimos una influencia exagerada”

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Agencia Uno
POR Fernanda Valiente |

El reconocido economista habla de la fe, de Dios y del universo. Pero lanza su propia proyección terrenal: el PIB de Chile se recuperará recién en 2022.

Desde hace dos años que el economista Joseph Ramos está retirado de su cargo como docente en la Universidad de Chile. “Quisiera dejar en claro que tengo una preparación seria en economía. Pero tengo una pasión tanto por la economía como por la filosofía”, dice en Desde El Jardín.

Cuando abandonó la docencia decidió comenzar a trabajar en un libro, bajo el nombre de Desde el asombro a Dios. Como un fiel creyente de la teoría de la evolución, en parte, este proyecto está dedicado a Richard Dawkins. “El argumento más fuerte del diseño científico está en que el universo sigue leyes. Uno se tiene que preguntar, ¿por qué cada átomo no sigue su propia ley? ¿Por qué no hay caos?”, cuestiona Ramos.

Un mundo escéptico

¿El universo tiene un fin o es puro azar?

La búsqueda de Dios está en todo el mundo, dice Ramos. “Todos en algún momento se han preguntado de dónde vino todo. Creo que hay agnósticos creyentes y agnósticos no creyentes. Solo alguien muy pretencioso diría que tiene certeza respecto a estos temas”.

“¿Qué es más razonable? ¿Un universo que es azar? Como Albert Einstein propuso que este es un mundo inteligible, a mí me parece que algo o alguien impuso esa inteligibilidad, y que no es simplemente un accidente”, señala.

En ese sentido, afirma que “el libre albedrío apunta a que hay algo que no sigue las leyes deterministas de la materia. Si hay algo como un espíritu es porque hay un agujero en la cosmovisión naturalista y materialista”. Si bien la libertad es limitada por la sociedad, cree que tal margen representa una dimensión de la realidad espiritual, que da la oportunidad de obrar bien.

Cómo se vinculan la economía con la religión 

Nacido en Filadelfia, a sus tres años partió a Cuba con su familia. Regresó a Nueva York a los siete. “Hasta los 28 años, me crié en Queens”, cuenta. Y por un “accidente histórico” llegó a un colegio católico en Nueva York, todo porque en la escuela pública lo querían poner en un nivel inadecuado. “Mi padre dijo ¿pero cómo? Si es muy chico. Y ahí la directora sugirió ‘¿por qué no prueban en la parroquia, en el colegio católico que va un poco más adelantado que nosotros?’. Y así es como accidentalmente entré al sistema parroquial”. 

Antes de Dios, su interés se centró en la economía, que en parte fue influenciada por su educación religiosa. Por ende, obtuvo un título de pregrado en ingeniería eléctrica y luego cursó un doctorado en economía, ambos en la Universidad de Columbia. “Fue cuando tuve la convicción de que la pobreza se podía eliminar en el mundo gracias a la tecnología”, señala. 

En ese sentido, su vocación como economista siempre nació de una inquietud social, que posteriormente lo trajo a América Latina a trabajar con países en vía de desarrollo.

Su pronóstico de las crisis política y sanitaria 

Sin embargo, como postula Cristián Warnken, “se ha hablado mucho de un impulso económico reduccionista. Incluso en Chile, donde los índices son tan buenos, aparece este estallido social. […] Da la impresión de que la economía en Chile fue subsumida dentro de la política. ¿Hay algo de verdad en eso?”.  

“Creo que sí”, responde Ramos. “Tuvimos una influencia exagerada, donde se disfrazaba de técnico algo que era valórico […] y también está la tendencia mundial a la cuantificación“, agrega. Pero para el exdocente, el principal tema de preocupación nacional no es la educación, ni la desigualdad, sino la delincuencia.

Sumando al estallido la pandemia, dice que este año en Chile el PIB caerá entre 6% y 7%. “Que no tiene nada de raro. En Estados Unidos caerá un ocho, en Italia siete, en España 10. Chile no podía ser la excepción a esto. Y la razón es obvia: no estamos dejando que la gente trabaje”. 

Sin embargo, afirma que el repunte será mucho más rápido que en 1982. “El Banco Central proyecta que el próximo año el PIB aumentará un 5%. El empleo en general se mueve con la producción. Esto quiere decir que el año que viene si se cumple el pronóstico, no se recuperará el nivel de empleo que tuvimos el 2019. Habrá que esperar hasta fines de 2022 para que se recupere el nivel de producción”, sostiene. 

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