Siete cortometrajes para aprender del ser de las culturas originarias
Cristián Warnken conversa con David Vera Meiggs sobre el ciclo de cine indígena que se exhibe en el Museo de Arte Precolombino.
“Nuestro paisaje en América Latina es siempre más grande que cualquiera de nuestros intentos por abarcarlo o por exportarlo”, dice el proyeccionista de películas David Vera-Meiggs en Desde El Jardín, de Radio PAUTA.
La frase cobra sentido cuando se inserta en el contexto del ciclo de cine indígena que se está exhibiendo desde el 25 de agosto hasta el 7 de septiembre en el Museo Chileno de Arte Precolombino para los visitantes virtuales.
La importancia del gesto
Se trata de la 14ª muestra de cine y video indígena, que busca promover el respeto hacia las culturas originarias de América y del mundo. En esa línea, como explica el proyeccionista, no se trata de películas que buscan entretener sino que son trabajos para aprender del ser de otra cultura. “Además, se pueden descubrir territorios de una belleza apabullante”, dice.
El cine nos hizo recuperar el lenguaje del gesto. “El habla es muy reciente, mientras que la fabricación de imágenes no”, agrega.
El país sin indios
Nicolás Soto y Leonardo Rodríguez (2019) – Uruguay
Nicolás Soto y Leonardo Rodríguez indagan en la particularidad de Uruguay como un país sin indígenas. Fueron erradicados en 1831, y los sobrevivientes fueron llevados a los espeluznantes zoológicos humanos de la República colonial francesa.
Sin embargo, “lo lindo del documental es que va mostrando las huellas del mestizaje en la población uruguaya”, dice Vera-Meiggs.
Nueva York, otra ciudad
André Lopes y Joana Brandão (2019) – Brasil
“Lo más interesante es que no todos tenemos una imagen exacta de lo que puede ser una cultura amazónica. Ella observa todo con atención y respeto, pero comienza a comentar las vitrinas”. Va negando muchas de las realidades que impone la institución.
Amukan
Francisco Toro (2019) – Chile
Se cuenta la historia de un pequeño grupo de habitantes de la zona pehuenche. “Llega a ser desconcertante por la otredad. Uno se pregunta, ¿esta cultura existe en mi país en la actualidad?”, dice el proyeccionista. “Nos deja atrapados en el paisaje y en las formas de relación que tienen mucho que ver con el pasado”, describe. Dos hermanos deben ir al río para buscar un remedio para su madre. Pero enfrentan una represa y el río deja de ser navegable.
La vendedora de lirios
Igor Galuk (2020) – Argentina
Es un relato breve del nordeste argentino, que durante un tiempo perteneció al pueblo inca. Narrada en quechua. “Es una planicie, pero una vez un indígena me dijo que no hay que mirar tanto a la tierra, sino más el cielo”, apunta. Son nubes y colores que inundan al ser humano, que funciona en clave femenina.
Evocaciones
Erik Morales (2019) – México
Es cómo la madre del cineasta recuerda a sus antepasados. Sobre todo, pone énfasis en un recorrido emocional.
Mundo
Ana Edwards (2019) – Chile
La cineasta explora el fenómeno de la conversión evangélica a través de una mujer aimara que habita en la frontera entre Chile y Bolivia.
Mamapara
Alberto Flores Vilca (2020) – Perú
“Es importante el apellido materno en este caso, porque hace un retrato de su madre. Una quechua anciana que vende golosinas en una esquina donde casi nadie pasa en Juliaca“, cuenta Vera-Meiggs.
Se trata de la belleza de un día en la vida cotidiana de esta madre que sale de su casa y se dedica a vender. “Cero discursividades y pura acción”, sostiene.
“Qué maravilla. Lo encuentro extraordinario, porque el cine con demasiado discurso lo mata. Por sí misma, la poética de la imagen, de la historia vale más”, comenta Cristián Warnken.
En sus quince minutos de duración, “da la impresión de haber visto una obra monumental”, añade Vera-Meiggs.
Es un cortometraje que apunta a una potente metáfora ecológica, ya que ‘mamapara’ significa ‘mamá lluvia’. Es un relato que se entrega al gesto del ser humano y su relación con la naturaleza.
La hija de la laguna
Ernesto Cabellos (2015) – Perú
“Parece un guion de Hollywood”, dice Vera-Meiggs. Trata de una mujer que tiene que ir a buscar agua a una laguna bajo la cual hay un tesoro. “Por supuesto, están listas todas las empresas con sus dientes mecánicos para acabar con un entorno natural y sacar el oro”, cuenta.
Es un cuento folclórico, pero real.
Vea el programa sobre el ciclo de video y cine indígena del Museo de Arte Precolombino