Tres miradas de científicos chilenos sobre el descubrimiento en Venus
Sebastián Pérez, Bernardita Araya y Diego Mardones ponderan la importancia del hallazgo de supuestos signos de vida en el planeta caliente.
Puede que se transforme en el descubrimiento astronómico de la década o quién sabe si del siglo. El lunes un grupo de científicos encabezados por Jane Greaves, de la Universidad de Cardiff, hicieron el anuncio tras publicar sus hallazgos en la revista Nature Astronomy: habían encontrado moléculas de fosfina (PH3) en las nubes de Venus, el planeta rocoso caliente más próximo a la Tierra.
“A lo largo de toda mi carrera me he interesado en buscar vida en otras partes del Universo, por eso me impresiona que esto sea posible”, comentó Greaves.
La fosfina es una molécula compuesta por un átomo de fósforo y tres de hidrógeno, que en la Tierra producen ciertas bacterias y es altamente tóxico para los humanos. El misterio está en que los científicos no pudieron encontrar ningún indicio de que la fosfina fuese producida por vía volcánica, por meteoros o por rayos, u otros orígenes puramente químicos. Así, vía descarte, se estableció un posible nexo con una fuente biológica.
En la identificación del gas, los científicos utilizaron los telescopios James Clerk Maxwell (Hawaii) y ALMA, en el Desierto de Atacama, en Chile.
Las miradas de tres chilenos
En Radio PAUTA conversamos con tres científicos chilenos sobre algunos de los aspectos relevantes del descubrimiento y su impacto también en el país.
De hecho, la confirmación con el observatorio chileno fue dirimente. “Con ALMA muestra una línea espectral preciosa. Un astrónomo queda feliz. No hay ninguna duda de que ahí está la fosfina”, comentó Diego Mardones, doctor en astrofísica por Harvard y astrónomo de la Universidad de Chile, en Un Día Perfecto.
Revise la entrevista completa con Diego Mardones:
Para Bernardita Araya, doctora en biotecnología por la Universidad de Cambridge y directora ejecutiva de HubTech, aún quedan puzles por resolver. De partida, todavía restan elementos para que se pueda descartar completamente un origen no biológico. “Puede que se abra todo un nuevo camino respecto de que la fosfina haya sido efectivamente producida por procesos fotoquímicos, geológicos, físico-químicos que no conozcamos. Las preguntas que se abren son fascinantes”, dijo en Pauta Final.
Revisite la columna de Bernardita Araya:
Y mirando sobre cómo los chilenos participaron en esta experiencia en que usó ALMA, el doctor en astrofísica por la Universidad de Oxford Sebastián Pérez, profesor asistente del Departamento de Física de la Universidad de Santiago de Chile, tiene una visión crítica. “No hay ningún astrónomo ni científico chileno involucrado en este descubrimiento”, planteó, “y eso me parece preocupante”.
En Primera Pauta, Pérez afirmó que “la atención que recibe este descubrimiento empujará a más proyectos, a más observaciones que se harán en Venus para corroborar o encontrar la explicación de la señal que se encontró […] Siempre es bueno que el cielo chileno se consolide como el mejor lugar de observación”.
Escuche la entrevista completa con Sebastián Pérez: