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Woodstock 99: el caótico festival de música que marcó una era

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Woodstock 1999 | Netflix
POR Agustin Lizana |

23 años después del evento masivo, Netflix revive el espectáculo con su miniserie documental “Fiasco total: Woodstock 99” estrenado este mes en la plataforma.

Un festival que trató de emular el original de 1969. Ese evento que buscaba transmitir un mensaje de “paz, amor y música” propio de la época hippie. Sin embargo, el Festival de Woodstock 1999 resultó ser todo lo contrario. Entre el viernes 23 de julio y domingo 25 de julio de ese año, terminó reinando la violencia, asaltos sexuales, acusaciones de violación, vandalismo e incendios.

23 años después del evento masivo, Netflix revive lo acontecido con su miniserie documental “Fiasco total: Woodstock 99” estrenado este mes en la plataforma. La producción, dirigida por Jamie Crawford, cuenta los hechos en tres episodios.

La edición de 1969 de Woodstock se convirtió en el ícono de una generación cansada de las guerras que proclamaban la paz y el amor como una forma de vida. Michael Lang fue uno de los impulsores de aquel evento y, a pesar de contar con una serie de problemas organizativos, logró trascender y consolidó la contracultura de los años 60′.

En 1999, Lang junto al principal promotor de la nueva edición de Woodstock, John Scher quisieron revivir el entusiasmo del 69′ con una nueva versión del festival de música, pero “más profesional” en su ejecución.

Las controversias que envolvieron al festival

El evento de tres días contó con la presencia de artistas como The Offspring, Jamiroquai, Red Hot Chili Peppers, Limp Biskit y Metallica. Sin embargo, los más de 400 mil asistentes tuvieron que soportar las altas temperaturas del lugar. El festival se realizó en la base aérea Griffis, un recinto militar abandonado ubicado en la ciudad de Rome, Nueva York. El lugar casi no contaba con árboles para que los visitantes se protegiesen del sol. Además, los dos escenarios principales estaban separados por una distancia de 3.7 kilómetros, obligando a los espectadores a caminar por el asfalto caliente.

Los altos precios de los alimentos y bebidas también dificultaron la experiencia del público. Eso, sumado a la falta de agua potable e insuficiencia de baños para la cantidad de visitantes, perjudicaron el desarrollo del festival.

La violencia también se apoderó de Woodstock 99′. En el concierto de Limp Biskit del sábado, el público destrozó los paneles decorativos de madera durante la interpretación de “Break Stuff”. Durante la noche del domingo, Red Hot Chili Peppers se presentó al escenario. Los organizadores del evento repartieron velas encendidas a los asistentes para homenajear a las víctimas de Columbine, el recinto educacional que había sufrido un tiroteo el mismo año. Sin embargo, los espectadores usaron las velas para encender hogueras. Finalizado el concierto, grupos de jóvenes destruyeron las carpas comerciales, derribaron torres de sonido e incluso trataron de entrar a la fuerza a las oficinas de la organización.

Tras el evento, Jane Ganahl, periodista del San Francisco Examiner describió el evento como “el día en que la música murió” y cuestionó la capacidad de promover otro concierto importante de Woodstock.