Que el juguete, que las zapatillas, que las comidas de delivery, que los permisos. Las demandas de los hijos pueden ser infinitas y a veces caminan en la dirección contraria a la formación y al merecido descanso de los padres. Del arte de decir “no”, de las ganancias que eso genera, conversó Carolina de Moras con Catalina Schaere.