Pauta Motor

Columna: “Visión cero en Latinoamérica”

Imagen principal
POR Equipo Radio Pauta |

Por Pablo Díaz, gerente comercial y asesor en seguridad vial de Blackay.

En el horizonte europeo, se erige una visión audaz y encomiable: la eliminación de víctimas en las carreteras para el año 2050. Tal determinación ha impulsado la implementación de regulaciones estrictas y tecnologías de vanguardia en el ámbito vehicular.

No obstante, mientras Europa traza una ruta hacia una seguridad vial envidiable, Latinoamérica se enfrenta a obstáculos significativos en esa travesía.

El viejo continente ha demostrado su compromiso con esta causa, al instituir regulaciones como el GSR (General Safety Regulation), que establece estándares para sistemas de seguridad avanzados en todos los vehículos, incluyendo aquellos destinados al transporte público, y normativas específicas, como el R151 y el R159, abordan problemáticas como los puntos ciegos y la detección de peatones y ciclistas.  Por otra parte, la tecnología los ha ayudado a aumentar el nivel de seguridad de los automóviles, y las nuevas funciones de seguridad obligatorias siguen contribuyendo a reducir el número de víctimas de accidentes.

En nuestra región, en cambio, la situación reviste una mayor complejidad, porque aunque existen regulaciones y esfuerzos por promover la seguridad vial, la implementación y el cumplimiento varían considerablemente entre naciones, en lo cual inciden factores culturales, deficiencias en infraestructura y la limitación de recursos, que pueden desacelerar la adopción de tecnologías avanzadas y la materialización de un entorno seguro.

Algo es seguro, y es que la consigna de «cero víctimas» en las carreteras no debe ser una prerrogativa exclusiva de Europa. No obstante, en muchos países, la seguridad vial suele quedar en segundo plano, eclipsada por otras prioridades.

Es imperativo reconocer que Latinoamérica enfrenta desafíos propios y específicos. Entre ellos, la carencia de sistemas de seguridad avanzados en flotas de transporte público y la coexistencia con elevadas tasas de accidentes y fatalidades subrayan una brecha considerable en comparación con la resolución europea.

A pesar de estas diferencias, es crucial que en Latinoamérica también abracemos la seguridad vial y adoptemos tecnologías preventivas para reducir accidentes y víctimas. Los datos son contundentes, el 94% de los accidentes de tránsito encuentran su origen en errores humanos.

Europa está por convertir en obligatoriedad lo que hasta ahora era una recomendación. ¿Esperaremos lo mismo en Latinoamérica?

La toma de conciencia y la colaboración público-privada emergen como pilares fundamentales para crear un entorno vial más seguro en ambas realidades. En definitiva, trabajar unidos hacia el objetivo compartido de carreteras más seguras y protegidas para todos.