Sostenibilidad

José Luis Blasco: “En sostenibilidad, nosotros decimos que, si es fácil, es greenwashing”

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POR Daniela Silva |

El director global de sostenibilidad de Acciona señaló que “Un 75% de nuestras emisiones son todo el diesel que consumimos en las maquinarias de las obras. Sólo en Chile, usamos 12 millones de litros al año, que explican el 50% de las emisiones de la constructora a nivel mundial”.

Este ingeniero en química y materiales lidera – para todo el mundo- el área de sostenibilidad de una empresa en que este tema está en el centro de su quehacer y es parte de su ADN. No por nada se definen como “expertos en diseñar un planeta mejor”, planteando la creación de soluciones sostenibles para los principales desafíos del planeta que darán forma a la futura relación de la humanidad con la Tierra.

Acciona es un grupo global de desarrollo y gestión de soluciones sostenibles de infraestructuras – especialmente de energía renovable – operando en más de 40 países, con cerca de 46.000 trabajadores de 140 nacionalidades.

Por eso es que los desafíos que se autoimponen en materia de sostenibilidad son titánicos. José Luis Blasco, su director global de sostenibilidad, lo define así: “En sostenibilidad, nosotros decimos que, si es fácil, es greenwashing”. Esto porque han pasado de la descarbonización de las operaciones, donde ya existe tecnología disponible, a la descarbonización más compleja que es la del CAPEX (gastos de capital), es decir las maquinarias de alto tonelaje que aún no son eléctricas y para las que siguen, activamente, propiciando el uso de combustibles sin emisiones contaminantes: “Un 75% de nuestras emisiones son todo el diesel que consumimos en las maquinarias de las obras. Sólo en Chile, usamos 12 millones de litros al año, que explican el 50% de las emisiones de la constructora a nivel mundial, ya que muy intensivo, principalmente por nuestro trabajo para la minería“, explica.

Para ello, la solución que están implementando en diversas geografías es un biocombustible de segunda generación, que no necesita mezclarse y que proviene del aceite vegetal hidrogenado, posible de obtenerse en casi todos los países.

Y es que así como, a nivel micro, están repensando la forma de alimentar sus maquinarias para contribuir al medio ambiente; a nivel macro, están reconcibiendo el negocio completo: “Tenemos que repensar una manera de hacer infraestructuras que viene de la época de los romanos y concebirlas de forma diferente desde el diseño”, explica Blasco y ahonda en un concepto que cataloga como “provocador“: “Eso es lo que llamamos infraestructuras regenerativas: Infraestructuras invisibles, integradas en la naturaleza. Como por ejemplo, la tunelación bajo el agua para evitar la contaminación visual de los puentes en los paisajes o carreteras que produzcan energía eléctrica y permitan captar el agua para regar”, en síntesis, una forma de plantear la infraestructura para que aporte a mitigar los efectos del cambio climático.

Ello requiere de un enfoque integrado, multidisciplinario, en que las distintas áreas se “polinizan” para pensar el proyecto en todas sus aristas. Un ejemplo de ello es la construcción de plantas desalinizadoras. Acciona tomó el desafío de construirlas más allá de los países que tuvieran energía a bajo costo, a partir de combustibles fósiles – considerando que el 70% del costo de un metro cúbico de agua es energía – y lograr que la desalinización dejara de “ser un lujo”, para que países con terrenos fértiles, pero con falta de agua, pudieran utilizarlas.

En esa línea, construyeron la mayor desalinizadora de África, en Casablanca, capital de Marruecos – una zona con desafíos parecidos a los que tiene nuestra Región Metropolitana – donde producen 180 mil metros cúbicos de agua al año, con energías totalmente renovables y al precio que los habitantes pueden pagar, no sólo por agua para beber, si no también para regar. Algo que les permite ser competitivos en la exportación agroalimentaria.

La convicción de Acciona por la sostenibilidad, se traduce también en su gobernanza y en sus decisiones estratégicas. La dirección de sostenibilidad es también la dirección financiera, lo que le da una potencia a la selección de los proyectos. “No vamos a todos. Porque uno es lo que hace. Dependiendo de lo que eliges, eres“, explica José Luis Blasco y lo refuerza diciendo que solamente invierten en proyectos taxonómicos, es decir, que hacen posible la descarbonización.


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