Ley de Plásticos de Un Solo Uso extiende prohibición a productos de papel y cartón en establecimientos gastronómicos
La normativa, que busca disminuir el impacto ambiental de los plásticos desechables, enfrenta críticas por prohibir alternativas eco amigables y podría desincentivar la innovación y sostenibilidad en la industria del packaging y los residuos en Chile.
La Ley de Plásticos de Un Solo Uso en Chile, que prohíbe los utensilios desechables, incluidos los biodegradables y compostables, ha generado preocupación entre los comercios gastronómicos y los proveedores de packaging.
La Asociación Gremial de Industriales Gráficos (Asimpres), mayoritariamente compuesta por pymes, critica que la ley no distingue entre plásticos convencionales y alternativas más sostenibles, como el papel o fibras naturales.
Ley de Plásticos de Un Solo Uso extiende prohibición a productos de papel y cartón
Según María Eugenia Mingo, gerente general de Asimpres, “la normativa podría frenar el desarrollo de la industria de compostaje y la gestión responsable de residuos en el país”.
La ley, que incluye reutilizables intensivos en recursos como el vidrio y el metal, favorece indirectamente al plástico debido a su bajo costo y durabilidad, lo que representa una contradicción con sus objetivos ambientales.
Asimpres propone revisar la ley para incentivar opciones más eco-amigables y promover una economía circular más efectiva.
Paradojas de la Ley de Plásticos de Un Solo Uso
La Ley de Plásticos de Un Solo Uso, en su última fase de implementación, extiende la prohibición más allá de los plásticos, incluyendo utensilios y envases desechables de otros materiales como papel, cartón, madera y algas en locales de comida.
Esta normativa impacta negativamente a la industria que busca alternativas al plástico, especialmente a pequeños negocios que no cuentan con infraestructura para lavar utensilios reusables.
Además, paradójicamente, puede resultar en un aumento de residuos plásticos, ya que los utensilios de plástico reutilizables de baja calidad tienden a deteriorarse rápidamente y terminan en vertederos, exacerbando el problema ambiental que busca solucionar.
La Ley de Plásticos de Un Solo Uso en Chile podría incrementar el consumo de agua, debido a la necesidad de lavar utensilios reutilizables en un contexto de crisis hídrica.
A diferencia de Chile, la Unión Europea optó por no seguir el modelo francés, que ha enfrentado problemas, y en su lugar planea una normativa para 2030 que permitirá envases desechables reciclables y compostables.
Además, la ley chilena podría frenar la innovación al desincentivar el desarrollo de envases sostenibles de materiales como papel y cartón, lo cual impacta negativamente los esfuerzos hacia una economía circular.