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Doce datos duros que derriban mitos sobre la migración en Estados Unidos

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Jonathan McIntosh (CC-BY-2.5)
POR jorge Román |

Estudios y análisis estadísticos concuerdan que ésta es positiva para el crecimiento económico, la innovación y la recaudación fiscal.

La migración es un fenómeno que se ha dado en toda la historia de la humanidad, pero que en Chile empezó a cobrar mayor notoriedad apenas al inicio del siglo XXI, sobre todo después de la crisis de Argentina en 2001. De hecho, según el informe del Observatorio Iberoamericano sobre Movilidad Humana, Migraciones y Desarrollo (Obimid) publicado por el Departamento de Extranjería y Migración, entre 1990 y 2015 la migración latinoamericana a Chile se cuadruplicó. En abril de este año, las autoridades de gobierno afirmaron que la cifra actual de migrantes superaría el millón de personas, lo que representaría el 5,5% de la población.

En Estados Unidos, los migrantes constituían el 14% de la población en 2017 (en otros países, como Canadá, este porcentaje se eleva por sobre el 20%). Aunque se trata de un porcentaje muy superior a las décadas de 1960 y 1970, se trata de un nivel que fue muy común en el siglo XIX. En un reporte publicado recientemente por The Brookings Institution, se detallan una serie de hechos que demuestran el importante papel que juega la población migrante en la economía de Estados Unidos.

De acuerdo con estos datos, los migrantes suelen trabajar en áreas distintas y que exigen niveles educacionales diferentes que quienes nacieron en el país, tienen un bajo impacto en los salarios de los nacionales y producen, en general, un impacto positivo en las finanzas estatales y en la innovación, lo que produce un crecimiento en la productividad.

1. El porcentaje de personas nacidas fuera de Estados Unidos regresó al nivel del siglo XIX

La migración siempre ha formado parte de la historia de ese país. Sin embargo, a partir de la década de 1910, el número de migrantes empezó a caer en forma notoria hasta que alcanzó un histórico 4,7% en 1970. Esto ocurrió por una serie de políticas contrarias a la migración, en especial contra ciertos países (por ejemplo, China). Las dos guerras mundiales y la Gran Depresión también contribuyeron a esta baja. Sin embargo, en la segunda mitad del siglo XX, bajo una serie de reformas de regularización de la migración irregular, políticas de reunificación familiar e iniciativas para atraer migrantes calificados se empezó a elevar esta proporción hasta alcanzar el 13,7% en 2017, pero con variaciones de entre 5 y 20% o más dependiendo del estado.

2. El alza de esta proporción se da tanto por el flujo migratorio como por la baja tasa de fertilidad de la población nacida en Estados Unidos

Entre 1960 y 2016, la tasa de fertilidad cayó de 3,65 a 1,8 hijos por mujer. Las causas no están del todo claras, pero se cree que hay una multitud de factores que influyen en esto: el acceso a métodos anticonceptivos,la creciente incorporación de las mujeres al mercado laboral y el aumento del costo de la crianza de los hijos son algunos de ellos. Así, el aumento porcentual de la población migrante no refleja tanto un mayor flujo migratorio, sino un envejecimiento de la población nativa.

3. Alrededor del 75% de las personas nacidas fuera de Estados Unidos son ciudadanos naturalizados o residentes legales permanentes

Alrededor del 75% de los migrantes en situación irregular han vivido en el país por más de 10 años. En 2007, un estimado de 44,5% llevaba ese tiempo. También el 75% de estos migrantes están en la principal edad de trabajo (25 a 54 años).

4. El 80% de los migrantes de hoy provienen de Asia o América Latina, mientras que 1910 más del 80% provenía de Europa

La mayoría de esos migrantes de principios del siglo pasado provenía de Europa occidental, pero un número importante había nacido en Escandinavia o Europa oriental. En la actualidad, casi el 60% de los inmigrantes estadounidenses provienen de México o algún país asiático.

5. Comparado con un hijo de nativo estadounidense, es cuatro veces más probable que un migrante no tenga ni siquiera la educación escolar completa, pero también casi el doble de las probabilidades de tener un doctorado.

Esto refleja la diversidad de antecedentes de la población migrante. Entre los migrantes en la principal edad de trabajo, alrededor del 58% que tiene estudios superiores provienen de Asia, mientras que 51% de quienes tienen solo la educación secundaria o menos provienen de México.

6. Comparada con la población nativa, es más probable que los migrantes trabajen en construcción o en servicios, pero los hijos de migrantes tienen aproximadamente las mismas ocupaciones que los hijos de la población nativa.

También ocurre que los migrantes integran el 39% del crecimiento en empleos en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas entre 1980 y 2010. Los nativos con alto nivel educacional tienden a ocupar empleos que requieren más habilidades en comunicación y relaciones interpersonales.

7. Los hombres migrantes entre 25 y 54 años trabajan más que los nativos (3,4 puntos porcentuales más), pero las mujeres migrantes de ese mismo rango etario trabajan menos que las nativas (11,4 puntos porcentuales menos).

Las mujeres —tanto nativas como migrantes— se enfrentan a mayores obstáculos para entrar al mundo laboral, pero estos obstáculos son mayores para las mujeres migrantes. Además, algunos migrantes provienen de culturas en las que no es habitual que las mujeres trabajen fuera del hogar. Aun así, los migrantes con baja calificación tienen una tasa de empleo considerablemente mayor que sus equivalentes nativos (72,8% contra 69,5%).

8. La producción económica es mayor y crece más rápido a medida que aumentan los migrantes.

Esta es una conclusión común a la que han llegado investigadores y analistas. Al incrementar la fuerza laboral, los migrantes aumentan la capacidad productiva de la economía estadounidense. Una de las estimaciones afirma que la contribución anual de los trabajadores nacidos en el extranjero a la economía es de US$ 2 billones, o un 10% del PIB. Los migrantes irregulares contribuirían en 2,6% del PIB y se estima que si su situación se regularizara y se permitiera más migración, el PIB crecería en 0,33% durante la próxima década. Al revés, si se expulsara la población migrante en situación irregular reduciría el PIB en 0,27% durante el mismo tiempo. Sin embargo, esto no significa necesariamente un aumento del ingreso per cápita.

9. Hay consenso en que la migración genera un bajo impacto en los salarios de los nativos poco calificados.

Hay varias explicaciones posibles para ello. Por ejemplo, la población migrante tiende a responder rápidamente a las desaceleraciones y crisis económicas, desplazándose a lugares donde hay mayores oportunidades laborales (más incluso que la población nativa). Además, los migrantes, tanto los poco como los altamente calificados, contribuyen a la demanda y a la generación de empleo, ya que consumen bienes y servicios, y suelen desarrollar emprendimientos propios.

10. Los migrantes altamente calificados aumentan la innovación.

Los migrantes estadounidenses tienden a generar más tecnología patentable que los nativos. Pese a constituir solo el 18% de la fuerza de trabajo mayor de 25 años, los migrantes consiguen el 28% de las patentes de alta calidad. Además, es más probable que los migrantes obtengan un premio Nobel en física, química y fisiología o medicina. Aumentar en 1% el número de migrantes con educación superior aumenta las patentes per cápita en 6%. El impacto es aproximadamente el doble para quienes tienen niveles de educación aun mayores.

11. Los migrantes contribuyen en forma positiva a las arcas fiscales en el largo plazo y los migrantes altamente calificados hacen contribuciones aun mayores.

En todas las categorías educacionales, la población nacida en el extranjero tiene un impacto fiscal ligeramente más positivo que la nativa. Además, el Estado invierte menos per cápita en los programas de asistencia social para población migrante que para la población nativa.

12. La migración en Estados Unidos no aumenta los índices de criminalidad.

La probabilidad de que un migrante cometa delitos o sea encarcelado es considerablemente menor que la de un nativo. Esto ocurre porque los migrantes son sometidos a diversos tipos de examinación (tanto formales como informales), por lo que los migrantes son personas aventajadas en relación a sus contrapartes de su país de origen y menos dispuestas a cometer delitos. Además, la evidencia sugiere que darle el estatus de residente legal a migrantes irregulares reduce el crimen: esto ocurre porque, al regularizar su situación, los migrantes tienen mejores oportunidades de empleo. Y, al contrario, restringir el acceso a empleos legales para migrantes indocumentados provoca un aumento del crimen, especialmente en delitos que permiten generar ingresos.