Crisis en Venezuela: ¿Después de Bachelet qué?
Luego de que durante semanas el Gobierno y personalidades de Latinoamérica, solicitaran el pronunciamiento de Michelle Bachelet sobre la situación de Venezuela, la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU aseguró que las violaciones de las libertades fundamentales son causantes del deterioro de las condiciones sociales y económicas. ¿Qué efectos podría tener este hito?
Hace meses que los ojos de la comunidad internacional han estado sobre Venezuela. La crisis política y humanitaria que atraviesa el país ha sido motivo de preocupación, pues desde diferentes sectores se ha sostenido que aquello se traduce en una violación sostenida de los derechos de la población. Esto, a su vez, ha llevado a líderes políticos, como al Presidente Sebastián Piñera y a los demás integrantes del Grupo de Lima, a clamar por un pronunciamiento del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, quien desde agosto de 2018 es la expresidenta Michelle Bachelet.
Desde que asumió en el cargo, la exmandataria se ha referido en tres ocasiones a esta situación, la última de ellas, y quizás la más contundente, el miércoles 6 de marzo, siendo destacada tanto por la oposición como por el oficialismo en Chile. En el marco de la 40 sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Bachelet sostuvo que las violaciones de las libertades fundamentales en Venezuela son causantes del deterioro de las condiciones sociales y económicas, reconociendo que estas últimas se han agravado por las sanciones internacionales.
Luego, a través de su cuenta de Twitter, reafirmó lo que a muchos les urgía: una misión de su oficina visitará el país que hoy controla Nicolás Maduro la semana del 11 de marzo, para evaluar las condiciones. Entre tanto, “continuamos monitoreando la situación”, dijo. Manifestó que, tras la visita de este equipo, podría arribar a Caracas.
“He sido invitada a Venezuela. Siempre que me invitan a un país, antes de ir, quiero asegurarme de que las condiciones de mi visita garanticen que puedo desempeñar mi papel como debería, que puedo ir y hablar con todo el mundo. De otro modo sería inútil”, sentenció.
Una misión de mi Oficina irá a Venezuela la próxima semana para hacer una evaluación del país. Entretanto, continuamos monitorando la situación. pic.twitter.com/LrebLkqbhm
— Michelle Bachelet (@mbachelet) 6 de marzo de 2019
En qué se traduce
Hasta ahora se conocía que para la comunidad internacional era primordial que Bachelet tomara protagonismo en este asunto, pues sería una señal potente, pero lo cierto es que en la práctica tiene pocos efectos. La abogada Catalina Fernández, experta en derecho internacional, explica que por sí misma, esta unidad de Naciones Unidas no tiene facultades para sancionar o tomar cualquier medida específica contra Venezuela o contra individuos en particular.
“Sin duda tiene efectos políticos, la Oficina del Alto Comisionado es importante e influyente, y sus opiniones son muy consideradas por los países y en general por los actores internacionales. Estas declaraciones pueden influenciar las decisiones que tomen los países en el futuro en sus relaciones con Venezuela. Sin embargo, no tiene facultades de sanción. En términos prácticos, no puede tener una intervención concreta en el conflicto”, detalla al ser consultada por PAUTA.
Fernández detalla que el organismo que puede emprender acciones es el Consejo de Seguridad de la ONU, entidad que no tiene como obligación acoger las opiniones que tenga el Alto Comisionado. “Sin duda puede considerarlas relevantes, pero no está obligado a hacer nada a partir de ellas. Y ya vimos hace algunos días que el Consejo de Seguridad trató de sacar una declaración sobre Venezuela y esta fue vetada por Rusia y China“, asegura.
Además de tener dichas repercusiones, el pronunciamiento de Bachelet, dice la experta, podrían tener influencia en el examen preliminar que está haciendo la Corte Penal Internacional sobre Venezuela.
Por ser expresidenta de Chile
Stefano Palestini, docente del Instituto de Ciencias Políticas de la Universidad Católica, concuerda con Fernández en el sentido de que este pronunciamiento tiene “un importante valor político y simbólico” más que práctico, y agrega que ante la situación de “amenaza” que vive Juan Guaidó tras regresar a Venezuela, es relevante “ver que en las Naciones Unidas pronuncian palabras explícitas denunciando la violación de derechos políticos y civiles”.
Eso sí, consultado por este medio, atribuye a un “desconocimiento” la urgencia con la que políticos chilenos le pedía a Bachelet pronunciarse, porque ella ya no está en un cargo de jefa de Estado. “Ahora ella es funcionaria de una organización intergubernamental, lo que quiere decir que su margen de maniobra, su margen de lo que puede decir y hacer es muchísimo más limitado. Su cargo depende de la autoridad del secretario general. No se manda sola”, recalca.
“Lo que ella diga o haga tiene que estar bajo la autorización de Antonio Guterres, quien ha tenido también una posición institucional muy pronegociación, prodiálogo y muy cautelosa. Yo creo que hay bastante desconocimiento, probablemente en algunos casos hay una mala intención. El Alto Comisionado se ha pronunciado y también distintos órganos”, puntualiza.
.@mbachelet condena violencia en las fronteras de #Venezuela. “El Gobierno venezolano debe obligar a los cuerpos de seguridad a dejar de emplear el uso excesivo de la fuerza contra manifestantes desarmados y ciudadanos comunes” -> https://t.co/reQeRR7vVq pic.twitter.com/xmS7kRmnYP
— UN Human Rights (@UNHumanRights) 24 de febrero de 2019
El excanciller Juan Gabriel Valdés también es de los que considera que hay desconocimiento en torno al rol del Alto Comisionado de Naciones Unidad. Para él, además, la serie de interpelaciones a Bachelet por este tema, responde a una “campaña” en su contra.
“Para los que miran desde afuera y observan el proceso, es evidente de que en Chile hay una campaña personal contra Michelle Bachelet. No se puede explicar de otra manera que autoridades manifiesten una ignorancia de tal naturaleza sobre cómo funciona Naciones Unidas. El presidente debería saber perfectamente que ni el secretario general de Naciones Unidas, ni nadie, puede estar calificando a un país miembro como dictadura o no. Hay una distorsión permanente de lo que se hace o debiera hacer en materia de países donde derechos humanos estén amenazados”, comenta en Pauta Final.
Más allá de lo práctico
Si bien de forma instantánea este informe no tiene efectos prácticos, en Chile fue acogido de buena manera. El Presidente Piñera- que hace solo tres días había criticado a la expresidenta en duros términos, asegurando en entrevista con El Mercurio que su antecesor (Zeid Ra’ad Al Hussein) fue mucho más claro- manifestó que se alegraba de conocer sus palabras.
Comparto q NU y Oficina Alto Comisionado de NU para los DDHH deben jugar un rol más activo y eficaz en recuperación libertades y respeto DDHH en Venezuela. Pero no comparto y rechazo las irrespetuosas palabras de un conocido cantante contra la ex presidenta de Chile M Bachelet
— Sebastian Piñera (@sebastianpinera) 23 de febrero de 2019
“Me alegro mucho de que la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la ONU y la expresidenta Michelle Bachelet se haya pronunciado sobre ese tema”, reconoció en Radio Duna.
A estas palabras se sumó el canciller Roberto Ampuero, quien también planteó que “es muy importante que la oficina del Alto Comisionado se comprometa con la defensa de la libertad y democracia en Venezuela […] Para el gobierno lo importante es que se condene con claridad y sin ambages a la dictadura de Maduro, la violación permanente de los derechos humanos y que se reconozca a presidente encargado Juan Guaidó”.
El excanciller Hernán Felipe Errázuriz también ve como algo positivo el pronunciamiento de la alta comisionada. Aunque se define como un escéptico de Naciones Unidas, considera que esta declaración “es una sumatoria a la condena de la comunidad internacional a la permanencia de Maduro en el poder […] Es un apoyo también a la oposición interna en Venezuela que necesita comprensión”.
Por su parte, el senador Manuel José Ossandón, integrante de la Comisión de Relaciones Exteriores, dice que a pesar de que fueron palabras “bastantes tibias”, espera que se traduzcan en “acciones concretas”. “Esto en la práctica no tiene ninguna implicancia, hasta que no se transforme en acciones concretas, como, por ejemplo, coordinar la ayuda que necesitan las personas en Venezuela. Espero que las Naciones Unidas, indistintamente a lo que pase, tome acciones. Hay una realidad que va a ir obligando a las autoridades a actuar”.