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Ignacio Valente: “El ser humano no soporta mucha realidad”

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PAUTA
POR Fernanda Valiente |

En Semana Santa, PAUTA rememora el diálogo entre Cristián Warnken y José Miguel Ibáñez, por su libro “El amor que hizo el sol y las estrellas: fundamentos de doctrina cristiana”.

Antes de convertirse en un famoso crítico literario, el sacerdote que utiliza el seudónimo Ignacio Valente estudió en el Saint George’s College y siguió ingeniería. Posteriormente, en Europa recibió el título de periodista en la Universidad de Navarra, y obtuvo dos doctorados que relacionaban la filosofía, las letras y la teología.

A veces la doctrina puede ser “árida”, explica José Miguel Ibáñez Langlois (83), su verdadero nombre, en Desde El Jardín. De esta forma en el libro El amor que hizo el sol y las estrellas: fundamentos de doctrina cristiana, el autor añade el “sesgo existencial”. Mediante anécdotas, ilustraciones y citas de grandes pensadores, busca acercar las doctrinas de la fe católica desde otra perspectiva.

Utilizando elementos como la Gracia, Ibáñez señala que fue necesario conceptualizar el misterio de la fe a través de la palabra escrita, para enfrentar el peligro del rigorismo y para enseñar a escuchar los silencios de los evangelios. Como comenta el sacerdote, parte importante de creer conlleva imaginación: es necesario recrear imágenes en la mente individual, en la que se ven las expresiones, los tonos y los gestos de Jesús.

Se requiere más que corazón

Por otra parte, en un periodo en el que se destaca la sociedad del entretenimiento y la pérdida de sentido, Valente explica que la predicación debe mantener el asombro, para que la fe no adquiera un carácter rutinario.

Pero no es un asombro ingenuo ni puramente emocional, ya que ella “no es un sentimiento en el sentido bíblico del corazón”, sino que además requiere de la conciencia y de la inteligencia, añade el sacerdote, quien enseña teología moral en la Universidad de Los Andes.

El universo es inmenso y oscuro. Por ende, el ser humano muchas veces busca explicaciones para darle sentido a su vida y una de las herramientas que surgieron con el tiempo fue la sicología.

—¿Puede ser la fe una alucinación colectiva?—pregunta Cristián Warnken.

Ignacio Valente nunca dudó, siempre creyó en las enseñanzas de los apóstoles. “Jesús no es inventable por la mente humana, está más allá de las capacidades creativas”, responde el religioso perteneciente a la orden del Opus Dei.

Otra rama de los ateos puede cuestionar la fe mediante el avance de la técnica. Debido a esto, Valente agrega “no veo por qué la ciencia puede probar la existencia de Dios”, porque “no es una verdad de laboratorio”.

El crítico literario concluye con la idea de que “el ser humano no soporta mucha realidad”, y que dentro de la Santísima Trinidad, “al Espíritu Santo hay que buscarlo” hasta el final de al vida humana.

Vea el programa de Ignacio Valente