El desafío de evolucionar hacia ciudades más equitativas
La entrega del Premio Aporte Urbano (PAU) 2019, en sus seis categorías, fue el escenario para un debate a fondo sobre la importancia de un desarrollo más inclusivo y sostenible.
Si en una ciudad todos los habitantes valen lo mismo, ¿por qué se mantiene un modelo urbano que termina dividiendo las urbes? Y sobre todo, ¿por qué es relevante que las ciudades se esfuercen por ser equitativas?
En torno a esta problemática giró el conversatorio «Equidad en la ciudad», el que fue convocado este 7 de enero por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) -controladora de PAUTA-, para anteceder la quinta entrega del Premio Aporte Urbano (PAU), que relevó el aporte de diversos proyectos en seis categorías distintas, donde participaron en total 61 proyectos.
Entender el problema
Una de las claves para combatir la inequidad territorial, según expuso Pilar Giménez, secretaria ejecutiva del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano (CNDU), es dejar de mirar la segregación como un problema que afecta solo a aquellos que viven marginados. La desigualdad territorial es un malestar que compete a todos los actores urbanos.
Es por esto que la integración social es un tema que se aborda en el primer capítulo de la actual Política Nacional de Desarrollo Urbano, y que se encuentra fundada sobre dos pilares esenciales: el poder para acceder a todo tipo de bien público y beneficio que otorga la ciudad, y el derecho a vivir incluido y cohesionado dentro del mapa urbano.
Para hacer frente a esta situación, que forma parte del panorama chileno actual, desde el CNDU proponen que exista un compromiso ciudadano; esto es, que la ciudad se construya desde las personas y las comunidades, fortaleciendo el rol de los municipios e impulsando el compromiso de los vecinos con sus barrios. Además, es imperante que se garantice el acceso de todos a una vivienda social integrada, que no esté privada de los beneficios que tienen los demás habitantes.
Pero en este último tiempo, y en el marco de la crisis social que estalló el 18 de octubre, problemas como la inequidad territorial se han hecho mucho más presentes. Para Felipe Arteaga, director ejecutivo de la Fundación Vivienda y consejero del CNDU, el estallido social es el fruto que produjo una ciudad desigual, precaria y poco equitativa.
Y las diversas formas de segregación marcan la vida de las personas desde diferentes aristas. La movilidad, acceso a áreas verdes, educación, salud y participación ciudadana son solo algunas de ellas.
“Todos valemos lo mismo, sin importar dónde vivimos, pero hoy esto no se cumple en Chile”, sentenció Arteaga, mientras detrás de él se proyectaban mapas de la capital que, a través de diferentes colores, graficaban cómo la distribución de grupos socioeconómicos ha generado una segregación patente en la ciudad.
“¿Por qué necesitamos equidad?”, preguntó a la audiencia Pilar Giménez. Tras unos segundos de pensar, la respuesta la entregó ella misma: “El estallido social nos da la respuesta. La ciudad afecta en la calidad de vida de las personas, y las hizo cansarse”, puntualizó.
Los mejores proyectos
Después de este conversatorio, que fue moderado por la periodista y conductora del programa PAUTA Bloomberg, Gabriela Villalobos, se entregaron los galardones a los ganadores de las distintas categorías de esta quinta versión de los PAU. Estos proyectos o iniciativas fueron los siguientes:
– Mejor Proyecto de Densificación Equilibrada: Mirador Barón – Valparaíso
– Mejor Proyecto de Integración Social: Mejoramiento Integral Condominio El Bosque 1 – Huechuraba
– Mejor Proyecto de Equipamiento: Complejo Educacional Santa Olga – Constitución
– Mejor Proyecto de Uso Mixto: Núcleo Tecnológico Bellavista – Recoleta
– Mejor Proyecto de Intervención Patrimonial: Reconstrucción 3 Casonas Patrimoniales – Puerto Varas
– Mejor Proyecto de Espacio de Uso Público: Plazas Antofagasta Limpia y Conectada – Antofagasta