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Más que un simple lavado de manos

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POR Fernanda Valiente |

Una de las principales medidas de precaución contra el coronavirus abrió interrogantes: qué sucede en los países más pobres; qué pasa con quienes sufren trastornos de ansiedad o cómo puede afectar el lavado excesivo.

#SaveHandsChallenge. Ese es el nuevo hashtag que intenta promover una limpieza correcta de manos a través de redes sociales. La iniciativa fue creada por el director general de la OMS Tedros Adhanom, quien mediante su cuenta de Twitter desde el 13 de marzo ha nominado a todo tipo de referentes internacionales. Entre los nombres aparecen Leonardo DiCaprio, Greta Thunberg, Jane Fonda, Sanna Marin, Romelu Lukako y Ursula von der Leyen.

¿Y usted, cuándo fue la última vez que se lavó las manos?

Como consignó la revista peruana El Comercio la Organización Mundial de Salud (OMS) dice que una persona se debe lavar las manos ocho veces al día con agua y jabón pH neutro. 

“La higiene de las manos es la medida primordial para reducir dichas infecciones. Aunque se trata de una acción sencilla, su incumplimiento entre los dispensadores de atención sanitaria representa un problema en todo el mundo”, así lo determinó el 2005 la OMS en su documento “Las directrices sobre la higiene de las manos en la atención sanitaria”.

Si bien tal conclusión puede resultar obvia, ya que uno de los requisitos mínimos es atender a un paciente con un adecuado proceso sanitario, hoy no todos los hogares tienen acceso a una de las principales forma de combate contra la infección. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) reveló que “tres mil millones de personas no tienen cómo lavarse las manos para protegerse del coronavirus”. Es decir, alrededor de un 40% de la población mundial no tiene las instalaciones adecuadas.

El impacto sicológico

Pero también hay otras preguntas que quedan en el aire en relación al tema: ¿Qué ocurre con aquellos que sufren de trastornos de ansiedad y los llamados a intensificar la higiene? ¿Qué pasa con la piel luego de tantos lavados? 

Por ejemplo, como describe Mayo Clinic “el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) se trata de patrones de pensamiento irracionales que generan miedo, los que intervienen con las actividades diarias y causan mucha angustia”. 

Y la creciente preocupación por la limpieza de manos y de no tocarse la cara podría gatillar trastornos obsesivos.

“Principalmente, el aumento por la ansiedad en el virus puede alimentar los trastornos obsesivos existentes de contaminación y desencadenar acciones compulsivas destructivas. Para algunas personas con TOC, el coronavirus puede convertirse en todo lo que piensan”, dice Dave Adam en The Guardian, autor de The Man Who Couldn’t Stop: The Truth About OCD (2015)

Se estima que en Chile entre un 2% y 3% de la población (alrededor de 500.000 personas) podría padecer de TOC. 

Para el siquiatra de la Universidad de Chile León Cohen, “la aparición del coronavirus es peor que la crisis en el sentido de que es un enemigo que no lo vemos [y] que está repartido en todos los lugares”.

“No sabemos si alguien se puede hacer cargo de él, porque en realidad es como que no tiene cura. Entonces nos lleva a temores primarios desde hace miles de años atrás. Y en realidad, más que medios, nos lleva a angustias primitivas”, comentó Cohen en su visita a Desde El Jardín de Radio PAUTA,

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Los efectos en la piel

A pesar de que existe el temor de tocar algún objeto contaminado, la OMS advierte que no se dispone de datos sobre la estabilidad del Covid-19 sobre las superficies. 

Sin embargo, con el rápido aumento de los infectados con coronavirus, se ha impulsado el lavado constante de manos y de higiene de los espacios. 

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Pero al hacerlo, no hay que olvidar cuidar la piel. Como explicó la profesora emérita de investigación en enfermería de la Escuela de Enfermería de Columbia, Elaine Larson a Katie Camero de The Wall Street Journal “frotar demasiado fuerte o con demasiada frecuencia puede dañar la piel, secándola y haciéndola más susceptible a grietas. Los cortes y grietas son lugares perfectos para los gérmenes”. Por ende, para evitar daños en la piel, la especialista recomienda usar una crema hidratante después del lavado.

En ese sentido, pese a que la OMS dice que se puede utilizar “una solución de cloro de baja concentración (0,5%) para desinfectar las manos cuando no se disponga de un desinfectante de manos a base de alcohol o de jabón […] no se recomienda […] ya que la elaboración y dilución de soluciones de cloro conllevan un mayor riesgo de irritación de las manos y efectos nocivos para la salud”.