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¿Por qué los constituyentes no usan las instalaciones del Palacio Pereira?

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Fernanda Monasterio/PAUTA
POR Matias Bobadilla |

Pese a que fue presentado como una de las sedes principales, el espacio ha recibido críticas por no entregar las condiciones idóneas para la realización del trabajo constitucional.

Tras conocerse esta semana la decisión de la Comisión de Reglamento de sesionar en la Universidad de Chile, una vez más se cuestionó el uso de las sedes oficiales para el proceso de redacción de la nueva Constitución. En ese contexto, llegó hasta el buzón del Contestadog la siguiente pregunta que puso en alerta a nuestro WatchDog PAUTA: ¿Por qué los constituyentes no usan las instalaciones del Palacio Pereira?

Ubicado en Huérfanos con San Martín, el Palacio Pereira, abrió sus puertas este 2021, luego de una larga reparación y restauración que tardó aproximadamente ocho años, para convertirse en “la nueva casa del Ministerio de las Culturas, el Patrimonio y las Artes”, de acuerdo con lo que expresan desde la Secretaría General de la Presidencia (Segpres).

A partir de este año, el Presidente Sebastián Piñera decretó que fuera sede para el funcionamiento regular de las comisiones y servicios de la Convención Constitucional. Sin embargo, los constituyentes señalan que existen problemas de conexión, espacios con aforos muy reducidos, necesidad de reservar con antelación las salas, falta de privacidad y dificultades para la transmisión de sesiones.

¿Cuánto espacio del Palacio Pereira puede ser utilizado?

El edificio, al que la ciudadanía puede acceder por medio de visitas guiadas con previa reserva, cuenta con cuatro pisos, además de una azotea. En el primero están los espacios públicos, tales como salas de exhibiciones, un patio, una cafetería, un auditorio, una sala de lectura y el centro de documentación del Consejo de Monumentos. 

En el segundo piso se encuentran las oficinas de la institucionalidad patrimonial, debido a que originalmente se pensó en este palacio para albergar la mayor cantidad de equipos del Ministerio de las Culturas. Sin embargo, se trasladaron solo algunos para dar cabida a la Convención Constitucional.

El Palacio tiene 6.922 m2, de los cuales alrededor de 1.100 m2 se destinaron a oficinas para el uso de los convencionales constituyentes y su personal de apoyo. Por lo mismo, desde la Segpres, argumentan que el lugar cuenta con los espacios necesarios para trabajar, tales como salas de reuniones y oficinas basadas en la metodología de cowork (trabajo compartido). Adicionalmente, hay un auditorio que también puede ser solicitado para el trabajo constitucional, previa coordinación con el Ministerio de las Culturas. En cuanto a los lugares para almorzar, estos se encuentran en el interior (donde se dispone de un refrigerador y microondas), como también en la azotea, en la que se distribuyen mesas al aire libre; las que son de uso común y sin agendamiento. 

Algunos de los constituyentes hacen distinciones de los usos de estas disposiciones. Constanza Schönhaut (Apruebo Dignidad), convencional del distrito 11, explica que el problema es que las salas tienen aforos muy limitados, y que compartir el lugar con el Ministerio y la Segpres, “reduce los espacios y la autonomía que debiese tener la convención”.

“Supuestamente estaría a nuestra disposición, pero ahí se encuentra el Ministerio de Cultura, por lo que no es específico para nosotras y nosotros”, agrega en ese mismo sentido Francisca Arauna (Lista del Pueblo), constituyente del distrito 18.

Junto con los problemas de espacio, otras de las complicaciones para los constituyentes ha sido la falta de los servicios técnicos necesarios para sesionar de forma remota u online, además de que el aforo de las salas solo permite una cantidad limitada de asistentes. “La principal dificultad es que no permite el trabajo en comisión porque la sala más grande solo tiene aforo de 12 personas, además no se puede transmitir en vivo desde allá”, explica la convencional del distrito 14, Paulina Valenzuela (Independientes por la Nueva Constitución). 

Las entradas a las diferentes salas y oficinas de los constituyentes, que se encuentran en distintos pisos del edificio, son en algunos casos de difícil acceso. Estas se encuentran conectadas entre sí, por lo que cuando se quiere entrar a una en específico, hay que atravesar varias para llegar a ella. 

“El único problema que veo es la falta de privacidad, ya que la circulación es por dentro de los espacios de reunión: se pasa de una oficina a otra y se interrumpe demasiado las reuniones con el paso de extraños. No basta con pedir permiso”, explica el constituyente del distrito 25, Harry Jürgensen (Vamos por Chile).

Estas condiciones explican en parte por qué un grupo de convencionales de Vamos por Chile envió un oficio a la presidenta y al vicepresidente de la Convención Constitucional, Elisa Loncon y Jaime Bassa, respectivamente, solicitando que se devuelvan las dependencias del palacio debido a su inutilización, y que a cambio se reemplace por sesiones en las respectivas regiones de los convencionales, junto con solicitar que el Senado facilite salas para trabajar. Por ello, hasta el momento, el imponente Palacio Pereira cumple un rol más bien secundario en el desarrollo del trabajo constitucional.

WatchDog PAUTA es un proyecto de fact-checking conjunto entre la Facultad de Comunicación de la Universidad de los Andes y PAUTA. Busca tomar temas en la agenda y rastrear su veracidad desde una perspectiva positiva, no inquisitoria.

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