De policíaco y de política: vinculan al actual primer ministro de Haití con el asesinato del presidente
El primer ministro de Haití, Ariel Henry, ordenó la destitución del fiscal que investiga el magnicidio.
El 7 de julio quedó anotado en las páginas políticas de Haiti a partir de un hecho policíaco: hombres fuertemente armados asaltaron la residencia presidencial y mataron, de 12 tiros, a Jovenel Moïse, presidente de la nación. Se agravó así la crisis política y la incertidumbre crónica en la que vive uno de los países más pobres de todo el continente y, si bien ya se detuvo a 18 exmilitares colombianos que habrían confesado su participación en el crimen, quedan suficientes dudas en un hilo largo de especulaciones que están llegando al más alto nivel.
Uno de los elementos que generan más confusión entre los investigadores es la facilidad con la que el grupo de atacantes entró al domicilio de Moïse. No encontraron resistencia. Ninguno de los guardaespaldas resultó herido.
Diversas han sido las teorías sobre quién pudo ser el cerebro tras el ataque. Ahora mismo lo que acapara la atención en la opinión pública local es una investigación del FBI y autoridades judiciales haitianas que vinculan al actual primer ministro, Ariel Henry, como uno de los autores intelectuales del asesinato.
Las sospechas las deslizó el fiscal Bel-Ford Claude, quien solicitó a un juez abrir una investigación al jefe del Gobierno como imputado por el magnicidio. Y este martes 14 de septiembre, el primer ministro Henry anunció la destitución del fiscal.
La razón que dio el primer ministro fue una supuesta falta administrativa grave cometida por parte de Claude, aunque resuta inevitable apuntar a la eventual conexión de las hebras relacionadas con el magnicidio y por la petición a las autoridades migratorias que le impidan salir del país.
Las sospechas del fiscal sobre el primer ministro fueron suscitadas por dos supuestas conversaciones telefónicas que mantuvo Henry con uno de los principales sospechosos del magnicidio, Joseph Felix Badio, tres horas después de que sucediera el crimen, el pasado 7 de julio. Si se confirmaran las sospechas, se trataría no solo de un acto de alta traición penal, sino también política, dado que había sido Moïse quien había nombrado a Henry como primer ministro justo días antes del asesinato.
En Primera Pauta, de Radio Pauta, John Müller explicó que en su día la suspicacia sobre el asesinato nació a partir precisamente de la destitución de Claude Joseph como primer ministro y de nombramiento de Ariel Henry como su sucesor. Con ello, Moïse buscaba que se formara un nuevo gobierno necesario para que la oposición participara en el proceso electoral.