Por qué la victoria de Justin Trudeau en Canadá sabe a derrota
A pesar de la victoria, los liberales no obtuvieron la mayoría que esperaba en el Congreso, por lo que tendrán que pactar o formar un gobierno en minoría.
Justin Trudeau, líder del Partido Liberal, se proclamó ganador por tercera vez consecutiva en Canadá luego de que su colectividad consiguiera 158 diputados con el 31,8% de los votos emitidos, cuando se contabilizaba el 91% de los votos. Si se confirma ese número de representantes, el Partido Liberal habrá ganado tres escaños más que los 155 que ya poseía, lo que de todos modos resulta insuficiente para alcanzar la mayoría absoluta de 170 asientos que necesitaba para gobernar sin necesidad de alianzas.
En su discurso, Trudeau señaló que los canadienses han elegido un plan progresista y que está listo para formar gobierno. Se comprometió a seguir trabajando en temas claves de su partido como son la lucha contra la crisis climática, la “mejora de las condiciones” para la clase media y la “reconciliación” con los grupos indígenas.
Sin embargo, a pesar de la victoria, la realidad es que las cosas no han salido como el líder liberal esperaba. El primer ministro había convocado elecciones anticipadas a mediados de agosto, apenas dos años después de iniciado su último su gobierno, porque apostó por obtener una mayoría absoluta que no logró.
La oposición
El problema para Trudeau fue que el candidato opositor, Erin O’Toole, líder del Partido Conservador, pasó de ser prácticamente un desconocido para los canadienses a convertirse en una fuerza movilizadora. Su partido se mantuvo como la segunda fuerza política del país al alcanzar más votos que el Partido Liberal (34,1%), aunque debido al sistema electoral ese respaldo solo se tradujo en 121 diputados. Ese número de escaños, de confirmarse, es exactamente el mismo con el que contaba antes de estos comicios.
De alguna manera este resultado es un triunfo para los conservadores. Después de todo, las encuestas en agosto les daban a los liberales muchas más chances de conseguir el objetivo de Trudeau.
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La clave de la campaña conservadora fue tratar de llegar a los votantes más centristas y progresistas. O’Toole declaró su apoyo a políticas que permitieran el aborto y en favor de las minorías sexuales. Además, atacó duramente a Justin Trudeau por hacer una convocatoria electoral adelantada en medio de la pandemia, pues a su juicio se trató de algo costoso, innecesario y que solo buscaba el propio interés del jefe de gobierno.
Ahora el revalidado primer ministro tendrá una larga tarea por delante en su afán por lograr los acuerdos necesarios con otros partidos que le permitan alcanzar la mayoría absoluta, establecida a partir de 170 escaños, y así justificar las elecciones adelantadas. Para ello deberá reforzar sus alianzas con el Nuevo Partido Democrático, liderado por Jagmeet Singh, que se está quedando con 25 escaños.