Tendencias

Un nuevo informe de la ONU refleja la tardanza en las acciones contra el cambio climático

Imagen principal
Agencia Uno
POR Eduardo Olivares |

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, acusó que algunos gobiernos “mienten” sobre sus logros en la reducción de emisiones.

No hay tiempo. Hubo; ya no hay. Lo que queda no es evitar lo malo, sino lo peor. Los científicos que han trabajado por décadas en los modelos sobre el cambio climático ya no pueden usar más analogías, eufemismos ni amenazas: debido a la contaminación causada por la humanidad, las temperaturas tendrán el tan temido incremento de 1,5 °C en las próximas décadas. 

Casi no hay vueltas. “En los escenarios que evaluamos, para limitar el calentamiento a aproximadamente 1,5 °C es necesario que las emisiones de gases de efecto invernadero a escala global alcancen su punto máximo antes de 2025, a más tardar, y se reduzcan en un 43% a más tardar en 2030; por otra parte, también habría que reducir el metano en alrededor de un tercio. Aunque esto suceda, es casi inevitable que superemos temporalmente este umbral de temperatura, pero podríamos volver a situarnos por debajo de él a finales de siglo”, dice la más reciente entrega del informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).

El escrito corresponde al grupo de trabajo III que evalúa mitigaciones al cambio climático, y en el cual participan 278 autores de 65 países. Los antecedentes fueron aprobados este lunes 4 de abril por 195 miembros del IPCC y se agregan al Sexto Informe de Evaluación del IPCC, cuyo contenido final se conocerá este año. El Quinto Informe fue publicado en 2014 y fue el insumo central al Acuerdo de París (2015) contra el cambio climático.

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, establecido en 1988, es un órgano de la Organización de Naciones Unidas “encargado de evaluar los conocimientos científicos relativos al cambio climático”, dice su descripción.

“Si queremos limitar el calentamiento global a 1,5 °C, este es el momento. Es ahora o nunca […]. Sin una reducción inmediata y profunda de las emisiones en todos los sectores, será imposible”, dijo Jim Skea, copresidente del grupo de trabajo III del IPCC.

¿Se puede hacer algo aún?

“Estamos en una encrucijada”, dijo el titular del grupo, Hoesung Lee.

Con ello apunta a que, si hubiese un cambio radical durante esta misma década, las proyecciones lúgubres podrían al menos contenerse, según se desprende del resumen del subgrupo a los diseñadores de políticas públicas.

Entre los factores de optimismo están la reducción de 85% en los costos de generación de las energías solar, eólica y de las baterías sustentables, a partir del 2010. El comunicado de prensa agrega que existe una mejor combinación de leyes en pro de la eficiencia energética, un recorte en las tasas de deforestación y un mayor uso de energías renovables.

“Las decisiones que adoptemos ahora pueden asegurar un futuro digno. Contamos con las herramientas y los conocimientos especializados necesarios para limitar el calentamiento”, dijo Lee en tono más bien esperanzador.

Las fechas y las metas siguen siendo estrechas, según se desprende de lo que ha planteado Priyadarshi Shukla, copresidente del grupo de trabajo III del IPCC: “Si disponemos de las políticas, la infraestructura y las tecnologías adecuadas para realizar cambios en nuestros estilos de vida y comportamientos, de aquí a 2050 podremos reducir las emisiones de gases de efecto invernadero entre el 40% y el 70%. Esto ofrece importantes posibilidades que aún no hemos aprovechado […] La evidencia indica que estos cambios en el estilo de vida pueden mejorar nuestra salud y bienestar”.

De hecho, dado que aún no existe la tecnología para remover el dióxido de carbono desde la atmósfera, los esfuerzos ahora deben concentrarse en el cambio de vida global. Con la guerra en Ucrania, sin embargo, los precios de las energías han aumentado y, con ello, también se expandió la urgencia de los gobiernos por reemplazar fuentes de energía renovable por aquellas más contaminantes (y baratas), como el carbón.

Distintos reportes previos de los grupos de trabajo I y II indican las graves consecuencias que se observan por cada centígrado Celsius de aumento en las temperaturas. Las emisiones están en su mayor nivel de los últimos 800 mil años. En países como Chile, la evidencia muestra el impacto en la megasequía que vive el país dada la crisis hídrica causada, entre otros motivos, por una grave falta de precipitaciones.

Gobiernos que mienten

El propio António Guterres, secretario general de Naciones Unidas, dijo en un mensaje que desconfía de las informaciones que transmiten algunos actores globales.

“Estamos en camino hacia un calentamiento global de más del doble del límite de 1,5 °C acordado en París en 2015. Algunos líderes gubernamentales y empresariales dicen una cosa, pero hacen otra. En pocas palabras, mienten. Y los resultados serán catastróficos. Esta es una emergencia climática”, afirmó el funcionario. No mencionó quiénes serían los mentirosos.

Sin embargo, los datos de 2018 del World Resources Institutecitado por Naciones Unidas– indican que los mayores contaminantes son, en orden, China, Estados Unidos, la Unión Europea (como bloque), India, Rusia, Japón, Brasil, Indonesia, Irán y Canadá.

Según el Acuerdo de París, los gobiernos resolvieron mantener el calentamiento global bajo los 2 °C, o incluso por debajo de los ya estandarizdos 1,5 °C. Pero en comparación con el período pre Revolución Industrial, las temperaturas ya son 1,1 °C superiores, estiman los científicos, lo que explica la intensidad y frecuencia de desastres que causan muerte, destrucción y pérdidas materiales en todo el mundo.

Revise el mensaje de António Guterres (en inglés)